Giro de Caputo que ya no quiere vovler a Wall Street: por qué ahora no quiere "excederse" con emisiones de deuda en el exterior
Para que Argentina pueda volver a financiarse en el exterior a tasas razonables, el riesgo país debería perforar zonas de alrededor de los 400 o incluso los 500 puntos básicos.

En la estrategia económica que el Gobierno está delineando de cara a 2026, una de las piezas clave es la prudencia a la hora de emitir deuda en los mercados internacionales.

El ministro de Economía Luis Caputo señaló que el Ejecutivo opta por no “excederse” con nuevas colocaciones en el exterior, una postura que responde a objetivos concretos de política financiera y a lecciones aprendidas de experiencias pasadas

El contexto que motiva esta decisión es la intención oficial de reducir el riesgo país y recuperar el acceso sostenible al financiamiento internacional. Actualmente, el indicador elaborado por JP Morgan se ubica en los 580 puntos, un nivel considerado relativamente elevado para los estándares de colocación de deuda externa.

Para que la Argentina pueda volver a financiarse en el exterior a tasas razonables, ese número debería perforar zonas de alrededor de los 400 o incluso los 500 puntos básicos. 

Es por esta razón que apresurarse a emitir deuda “cara”  en este momento podría ser contraproducente dado que enviaría la señal de que el país depende fuertemente de financiación extranjera y podría interpretarse como un signo de desesperación por fondos, lo que a su vez podría empujar al alza las tasas exigidas por los inversores y deteriorar aún más el riesgo país.

En consecuencia, el Gobierno decidió que las emisiones internacionales sean escasas y estén orientadas principalmente a refinanciar vencimientos de 2026 y 2027, sin intentar una colocación masiva. 

Además de evitar un exceso en las emisiones externas, la estrategia del Gobierno es fortalecer el mercado de capitales doméstico. Esto implica impulsar la colocación de deuda en pesos y promover instrumentos financieros locales que puedan absorber parte de la demanda de inversión.

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También se trabaja en mecanismos institucionales, como un fondo de asistencia laboral que se nutriría con aportes de empresas, para diversificar las fuentes de financiamiento interno. 

El enfoque “más prudente” busca también que el riesgo país siga bajando, con la expectativa de que, conforme avance 2026 y se consoliden señales de estabilidad macroeconómica, los inversores internacionales estén más dispuestos a adquirir deuda argentina sin exigir tasas prohibitivas.

“Para 2026 planteamos dos escenarios principales. Nuestro escenario positivo contempla el retorno a los mercados internacionales asegurando el rollover, en línea con un fortalecimiento de la posición de reservas netas del Banco Central y un flujo positivo en la cuenta financiera”, relataron desde IOL.

“Bajo estas premisas, estimamos una convergencia del riesgo país hacia la zona de los 450 puntos básicos. Asumiendo un spread constante contra la curva de bonos del Tesoro. En un escenario alternativo, donde no se materializan shocks exógenos pero la acumulación de reservas resulta menos dinámica y el Tesoro debe afrontar pagos vía repos, estimamos que el riesgo país podría mantenerse en los 550 puntos básicos”, añadieron.

Por su parte, desde Suramericana Visión expresaron que las próximas jornadas serán determinantes para el Gobierno y, por ende, para el riesgo país, ya que se busca consolidar la mayor fortaleza política y avanzar rápidamente en sesiones extraordinarias con la sanción del Presupuesto 2026 y Régimen de Inocencia Fiscal, a lo que se suma el proyecto de ley de Compromiso nacional para la Estabilidad fiscal y monetaria, y la Reforma Laboral a tratarse en febrero.

“El actual nivel de riesgo se encuentra unos 75 puntos por encima del spread que asume el programa con el Fondo Monetario Internacional (500 puntos) al que el país accedería en el año 2026 para colocar deuda en los mercados internacionales por un monto de US$ 5.000 millones", finalizaron.