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El mundo en alerta por el estrecho de Ormuz: por qué es improbable que Irán bloquee "la ruta del petróleo"

Gaurav Sharma

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Aunque las amenazas de Teherán vuelven a encender las alarmas tras el ataque estadounidense, los intereses comerciales con China y las rutas alternativas limitan las chances de una interrupción prolongada.

23 Junio de 2025 10.07

El domingo a la mañana, Estados Unidos se metió en el conflicto entre Israel e Irán con un bombardeo sobre instalaciones nucleares iraníes, en apoyo a Israel. Esta ofensiva generó otra vez pedidos dentro de Irán para tomar represalias, entre ellas el cierre del Estrecho de Ormuz. Esa vía marítima es clave para el transporte de petróleo y gas desde el Golfo Pérsico hasta el de Omán y más lejos.

Estados Unidos tiró 14 bombas antibúnker sobre tres instalaciones nucleares en Irán: Fordo, Natanz e Isfahán. Así lo confirmó el domingo el Secretario de Defensa, Pete Hegseth. Irán prometió vengarse, y su parlamento ya votó a favor del cierre del estrecho de Ormuz, aunque la decisión final la tiene el ejército.

Se espera que el precio del petróleo, que ya subió un 20% desde el mes pasado, vuelva a aumentar en los próximos días si el conflicto escala y se producen interrupciones en el Estrecho de Ormuz. El volumen de carga que circula por esa vía alimenta la especulación permanente del mercado sobre un posible bloqueo iraní como represalia.

Según Lloyd's List, el crudo que sale de Arabia Saudita, Kuwait, Irak, Irán y, en menor medida, de Emiratos Árabes Unidos representa cerca del 30% del petróleo que se comercia en el mundo. A eso se suman productos derivados, cargas de gas natural licuado (el 20% del comercio global de GNL, sobre todo de Qatar) y un tercio de los envíos mundiales de gas licuado de petróleo. Todo eso cruza a diario por el Estrecho.

En total, pasan entre 30 y 33 millones de barriles de petróleo equivalente por día. Dentro de esa cifra hay 21 millones de barriles diarios de crudo y derivados, es decir, una quinta parte del suministro mundial.

Entonces, ¿los iraníes intentarán cerrar el Estrecho? ¿Y podrán hacerlo? Aunque tienen capacidad para bloquearlo por un tiempo limitado, hay razones de peso para pensar que no lo harán.

Por qué podría no pasar, o por qué no duraría mucho si pasa

Para empezar, un cierre del Estrecho desataría una respuesta naval y aérea casi inmediata de Estados Unidos. Es poco probable que el presidente Donald Trump se quede quieto. Si Irán avanza con esa medida, dejaría expuesta toda su costa y sus puertos a un ataque del arsenal aéreo y naval estadounidense, que es muy superior. Además, la Quinta Flota de la Armada Norteamericana tiene base en Bahréin, justo al lado.

Incluso podría no llegar a ejecutarse: al menos cuatro fuerzas de tarea combinadas de esa flota patrullan con frecuencia el Golfo Pérsico y el Estrecho. Ese control constante hace que el factor sorpresa casi desaparezca.

Además, la medida sería perjudicial para el propio Irán, porque afectaría sus exportaciones de crudo. Según la firma de análisis y datos del sector Kpler, Irán exporta en promedio 1,65 millones de barriles por día de petróleo crudo y condensado de gas.

La gran mayoría —alrededor del 90%— de las exportaciones energéticas iraníes con descuento, sujetas a sanciones, va a China. Además, más de la mitad de todas las exportaciones de energía que cruzan el Estrecho, sean de Irán o no, también tienen como destino a China.

Estecho de Ormuz
Estecho de Ormuz

 

Pekín es el mayor importador de hidrocarburos del mundo. Un posible cierre naval sería muy difícil de sostener si China presiona, dado que es el principal comprador de crudo iraní.

Además, un evento de este tipo, aunque dure poco, ya no tiene el mismo impacto. No todas las exportaciones de crudo de la región quedarían frenadas. Países clave como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos tienen oleoductos alternativos para seguir exportando.

En el caso saudita, hay capacidad para transportar 5,1 millones de barriles diarios a través del oleoducto Este-Oeste y cargarlos desde el Mar Rojo. Aunque esa ruta también tiene sus riesgos, ya que sigue expuesta a posibles ataques de los rebeldes hutíes, que cuentan con apoyo iraní desde Yemen.

Emiratos Árabes Unidos está en una posición mucho más ventajosa. Su oleoducto entre Abu Dabi y Fujairah, que empezó a operar en 2012, puede transportar 1,5 millones de barriles diarios. El puerto de Fujairah, donde termina la tubería, es el único de los siete emiratos con salida directa al Golfo de Omán y sin costa sobre el Golfo Pérsico, que Irán amenaza de forma constante con bloquear.

Ese puerto, que evita el paso por el Estrecho, tiene capacidad para despachar cerca del 75% de toda la producción de crudo emiratí en caso de ser necesario.

De todos modos, no se pueden descartar escaramuzas menores ni acciones molestas en el Estrecho por parte del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, o Pasdaran. Entre ellas, podrían darse ataques a cargamentos de energía que no tengan como destino a su principal cliente: China.

También existe la posibilidad de que Irán secuestre cargamentos energéticos en forma indiscriminada en el Estrecho. Hay antecedentes de ese tipo de acciones. Sin embargo, un bloqueo total sería difícil de ejecutar y todavía más difícil de sostener en el tiempo.

Irán lleva años amenazando con cerrar el Estrecho de Ormuz, pero nunca lo hizo ni siquiera lo intentó. Aunque la situación actual es inédita y siempre puede haber una primera vez, ese dato no es menor.

 

*Con información de Forbes US.

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