El dato de inflación de mayo en Argentina sorprendió positivamente a los mercados: con un 1,5% mensual, el índice de precios al consumidor (IPC) mostró su menor variación en más de cinco años. Lo más significativo es que las cuatro grandes firmas de Wall Street —J.P. Morgan, BofA Securities, Goldman Sachs y Morgan Stanley— coincidieron en que la desinflación es real y sostenible, al punto de recortar sus estimaciones de inflación para 2025 y 2026.
El IPC de mayo fue menor al 2% esperado por el mercado. Las estimaciones de J.P. Morgan eran del 1,7%, las de Goldman Sachs del 2,3% y las del Ministerio de Economía, aún superiores. Todas fueron superadas por la realidad estadística. La inflación núcleo también cedió, aunque a un ritmo más lento: 2,2% mensual, desde el 3,2% de abril.
Para J.P. Morgan, la fuerte baja del índice se explica en gran parte por precios estacionales —como frutas y verduras, que cayeron 9% y 1,6% respectivamente— y una menor inflación de precios regulados. El banco proyecta que la inflación mensual seguirá por debajo del 2% en la segunda mitad del año, con una inflación acumulada de 26% para diciembre 2025. Además, destaca que la inflación en bienes ha cedido gracias a un tipo de cambio más estable, menores aranceles a la importación y una economía más abierta. Sin embargo, los servicios, más atados a salarios, siguen presionando al alza.
El informe de BofA se centra en un punto sensible: la desinflación ocurrió a pesar de la reciente flexibilización del tipo de cambio. Esto se da en un contexto de fuerte disciplina monetaria y fiscal. "El BCRA está priorizando claramente la desinflación", remarcan, mientras no compra reservas en el mercado y limita la emisión monetaria.
Con este panorama, el banco bajó su proyección de inflación 2025 a 27,3% (desde 29%) y la de 2026 a 16,8%. BofA también resalta que el Gobierno presiona para que las paritarias se mantengan por debajo del 1% mensual, una señal de compromiso con el ancla nominal.
Goldman Sachs también celebró la baja inflación de mayo, señalando que es la más baja en cinco años. El economista jefe para la región, Sergio Armella, recortó la proyección de inflación a 28% para 2025 y 17% para 2026, lo que refleja un fuerte cambio de expectativas.
Pese a ello, advierte sobre la persistencia de inflación en servicios (+2,7% en mayo) y rubros como restaurantes (+3%) o telecomunicaciones (+4,1%). También remarca que, desde que asumió Milei, los precios regulados subieron más que los núcleo, aunque en los últimos meses su ritmo se desaceleró.
Finalmente, Morgan Stanley calificó al dato como "el mejor print en casi ocho años", con un fuerte impacto del tipo de cambio estable y la caída de productos estacionales (-2,7%). El banco también señala que, de mantenerse esta tendencia, junio podría marcar otra cifra por debajo del 2%.
Su proyección, aunque no se detalla numéricamente en el documento, coincide en líneas generales con la tendencia de sus pares: una desinflación firme que fortalece el plan de estabilización del gobierno.
El mensaje es claro: las cuatro grandes entidades financieras globales coinciden en que Argentina transita un sendero de desinflación firme y sostenida, pese a la volatilidad externa y los desafíos internos. El nuevo régimen cambiario, la disciplina monetaria del BCRA y el freno a la emisión parecen estar dando resultado.
La pregunta que se impone ahora es si la política podrá sostener este rumbo sin shocks imprevistos, y si la economía real, todavía golpeada, comenzará a acompañar la mejora macro. Por ahora, la inflación cede, y con ella, también lo hace la incredulidad del mercado.