Forbes Argentina
Santiago Bausili, BCRA
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La autoridad monetaria endurece los requisitos de efectivo mínimo que deben cumplir los bancos, en una jugada que apunta a limitar la liquidez y evitar que la brecha cambiaria se siga recalentando. La medida ya generó ruido en el sector financiero por su impacto inmediato en la disponibilidad de fondos.

1 Agosto de 2025 12.30

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) aumentó el porcentaje de encajes bancarios con un objetivo claro: restringir la cantidad de pesos en circulación y contener la presión sobre el dólar. La medida se oficializó a través de la Comunicación "A" 8289 y comenzará a regir desde el 1 de agosto. El ajuste implica una suba de hasta 10 puntos porcentuales en los requisitos de efectivo mínimo que deben mantener los bancos sobre sus depósitos.

El presidente del BCRA, Santiago Bausili, explicó que la decisión apunta a uniformar los saldos de dinero que las entidades financieras mantienen en sus cuentas corrientes ante el Central. El encaje en pesos para instrumentos como depósitos a la vista, plazos fijos con opción de cancelación anticipada, fondos comunes money market y cauciones bursátiles pasará del 30% al 40%.

Reacciones en el sistema financiero

En el caso de cuentas corrientes o a la vista, el nuevo piso será del 40%, contra el 36% que regía hasta ahora. Además, se reduce del 9% al 5% la porción del encaje que los bancos pueden cubrir con títulos públicos. El recorte en esa flexibilidad busca reforzar el rol del dinero en efectivo dentro del sistema.

Según detalló Bausili en una transmisión por streaming, la medida busca corregir diferencias entre los encajes exigidos según la identidad de los depositantes, no por las características de los productos bancarios. "Esto va a generar un incentivo para que los bancos manejen un saldo de pesos en las cuentas corrientes que tienen en el BCRA un poco más bajo del que traían y, ojalá, más parejo en el mes", aseguró.

El Banco Central aplicó una serie de medidas de control al dólar para la deuda que tienen las empresa
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, explicó que la decisión apunta a uniformar los saldos de dinero que las entidades financieras mantienen en sus cuentas corrientes ante el Central. 

 

La decisión se dio en medio de un contexto atravesado por subas en la cotización del dólar y tensiones cambiarias que alertaron al equipo económico. Con esta jugada, el Central espera frenar parte de la expansión monetaria de las últimas semanas, sin necesidad de tocar las tasas de interés.

Pero la reacción del sistema financiero no tardó en aparecer. Bancos y operadores mostraron inquietud por el modo en que se implementa el cambio. Al calcularse sobre saldos mensuales, el nuevo encaje impacta sobre depósitos captados en julio, lo que genera un descalce operativo: las entidades tomaron ese dinero proyectando un encaje del 30%, pero deberán integrar un 40%. El salto representa una carga inesperada que deja a las entidades con menor liquidez, justo cuando la demanda de crédito sigue sin repuntar. A eso se suma la presión que implica tener que redirigir parte de sus fondos a cubrir obligaciones regulatorias, limitando el margen para prestar.

Control del dinero y de la inflación

Desde el BCRA aseguran que la decisión responde al mandato de la entidad: evitar excesos de liquidez que puedan empujar los precios. Bausili señaló que monitorean de forma permanente la cantidad de dinero disponible y la comparan con lo que la economía necesita. En ese balance, si hay sobrante, el Central actúa para absorber.

Este tipo de acción busca contener la presión inflacionaria sin recurrir a una suba de tasas, una estrategia que el equipo económico prefiere evitar para no encarecer el financiamiento ni asfixiar la actividad. Aun así, reconocen que hay otras medidas bajo análisis que podrían sumarse según cómo evolucionen los agregados monetarios y el mercado.

Entre las opciones se estudian cambios en las operaciones de pase, intervenciones en el mercado secundario de títulos y ajustes en las condiciones de los fondos comunes. Nada está cerrado y la estrategia puede modificarse rápido si el dólar sigue escalando o si se observan nuevas señales de tensión inflacionaria.

Las modificaciones anunciadas buscan absorber pesos en el corto plazo, reforzar el anclaje monetario y frenar las expectativas de devaluación. En ese marco, el BCRA insiste en que el control sobre la cantidad de dinero en la economía es clave para sostener la estabilidad cambiaria y contener la inflación.

El nuevo esquema de encajes marca una señal clara hacia los bancos y hacia el mercado. El mensaje es que la autoridad monetaria no va a quedarse de brazos cruzados frente a los movimientos del dólar ni frente al aumento de los pesos disponibles. La tensión entre cuidar la liquidez del sistema y evitar una mayor presión inflacionaria seguirá presente en las decisiones del Central en los próximos meses.

Mientras tanto, los bancos ajustan sus estrategias para cumplir con los nuevos requisitos sin poner en riesgo sus operaciones cotidianas. El impacto sobre el crédito y los costos financieros se seguirá de cerca, en un escenario donde cada punto de liquidez cuenta.

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