La tasa de política monetaria establecida por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) continúa en el 29% nominal anual desde hace varios meses, incluso cuando la inflación confirmó su sendero bajista y se estima que podría finalizar el año en torno al 25%.
Y curiosamente, no hubo cambios en los niveles de referencia tras la salida del cepo cambiario y el arranque del nuevo esquema de flotación de entre $1.000 y $1.400 por dólar. Por este motivo, se cree que la estrategia del Gobierno es captar capitales del extranjero mediante el impulso del carry trade, aunque se arriesgue la acumulación de reservas. Es la variable que parece resignar, al menos hasta octubre cuando ocurrirán las elecciones. Dólar y precios quietos son la máxima que sostienen las tasas en los niveles actuales, con una estabilidad que el Gobierno no quiere poner en discusión hasta superados los comicios legislativos.
"Existen incentivos para hacer carry trade al haberse reestablecido el spread positivo entre las tasas en pesos y la tasa esperada de devaluación. Esto redundaría en una menor demanda de divisas por parte de los importadores, que ahora tienen acceso inmediato al mercado oficial (antes debían esperar 30 días desde el registro de aduana), y una mayor oferta de los exportadores", sostuvieron desde Portfolio Personal Inversiones.
Por su parte, los especialistas del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC) mencionaron que la política monetaria y cambiaria transita una disyuntiva cada vez más clara entre fomentar la entrada de capitales especulativos —a través de tasas reales elevadas y apreciación cambiaria— o acelerar la acumulación de reservas internacionales, condición necesaria para consolidar la confianza y enfrentar un perfil de vencimientos en moneda dura que será crecientemente exigente a partir de 2026.
"El atractivo del carry trade, potenciado por la estabilidad del tipo de cambio y el sesgo contractivo de la política fiscal, permite sostener el ingreso de fondos del exterior. Sin embargo, este esquema también genera tensiones: la falta de acumulación de reservas netas, la fragilidad de la cuenta corriente cambiaria y la necesidad de intervenir en el mercado de futuros para contener expectativas de devaluación muestran que el margen para mantener esta convivencia es cada vez más acotado", agregaron.
Para tener como referencia, actualmente, Argentina cuenta con apenas US$ 3.600 millones de reservas netas, el 0,6% del producto bruto interno (PBI). En comparación, Brasil cuenta con el 15,3% del PBI (US$ 349.000 millones), México ostenta el 13,9%; Colombia goza del 15%; Chile tiene un 12,7% y Uruguay, un 19%.
En todo caso, el mercado espera que, de acá a fin de año, haya un recorte de tasas de interés que se alinee con el sendero bajista de la inflación. De lo contrario, la economía tendría mayores dificultades para crecer y el capital no circularía en inversiones productivas.