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Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.
Liderazgo

Sabiduría, quietud y conexión: tres fuertes "faros" de Mario Alonso Puig para los humanos en la era de la IA

Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay

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En su visita a Montevideo, el conferencista internacional hizo una profunda reflexión sobre qué caminos debe tomar el ser humano en la era de la inteligencia artificial

28 Mayo de 2025 15.04

Un cántaro agrietado, un mono de laboratorio y los pingüinos emperadores fueron algunas de las poderosas imágenes que usó el reconocido médico, conferencista internacional y escritor Mario Alonso Puig para impactar a su audiencia en Uruguay. También tuvo numerosas referencias a grandes pensadores como Carl Jung, Anthony de Mello, Confucio y Sócrates.

Su visita al país, que en los últimos días incluyó varias ponencias, tuvo un momento especial el martes por la noche en el nuevo local de Toyota próximo al Aeropuerto de Carrasco. Tras su presentación, mantuvo una extensa entrevista para responder a las inquietudes profundas de las nuevas generaciones. El encargado de formularlas fue Lucca Curcio (25 años), hijo del empresario Alejandro Curcio. Se trató del primer evento organizado por su podcast, Fragmentados.

La cita tuvo una consigna disparadora: "¿Qué significa ser humano en la era de la inteligencia artificial (IA)?". Esta, que tal vez sea la pregunta del siglo, tiene para Alonso Puig una posible respuesta: "Quizás signifique seguir el camino de la sabiduría y el camino del amor".

"Bienvenida la IA, pero aprendamos a cultivar capacidades tremendamente humanas que nos parecen no tan valiosas", alentó el conferencista. 

Las dos horas de charla, que mantuvieron muy conectados a los cerca de 200 asistentes, pueden resumirse en tres fuertes mensajes que, como "faros", incluyeron historias cargadas de sentido.

Sabiduría: el cántaro de barro agrietado

La diferencia entre inteligencia y sabiduría está en la profundidad, anchura y alcance de la perspectiva que los humanos tienen sobre las cosas, explicó Alonso Puig, quien ancló mucho esta virtud no en el ego sino en la humildad.

Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.
Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.

"La persona sabia destaca porque no se exhibe, brilla porque no se encomia, merece honores porque no se ensalza", resumió. Alentó a preocuparnos más por la huella que dejamos en los demás, "hay que iluminar, no brillar". Puso como ejemplo a Sócrates, que no escribió nada porque, como solía decir, su legado "está escrito en el corazón de sus discípulos".

"La presencia del ego en nuestras vidas nos deshumaniza", dijo Alonso Puig. "Ocultamos la debilidad porque pensamos que nos rechazarán, y en realidad es lo que nos hace humanos".

Para ilustrarlo, compartió un cuento del jesuita oriundo de Bombay Anthony de Mello. Un aguador usaba dos cántaros de barro para llevar agua unidos por un palo. Uno de ellos estaba agrietado, por lo que perdía la mitad del agua en el camino. Los años pasan y la situación persiste, por lo que el cántaro le consulta angustiado al aguador por qué no lo repuso por otro. La respuesta lo sorprende: "Nunca te consideré un cántaro defectuoso, ¿no viste las preciosas flores que hay en tu lado del camino? Planté semillas de ese lado, tú las regaste y hoy el señor de esta tierra tiene las flores más bellas". 

Alonso Puig concluyó: "una cosa es tener una imperfección y otra ser imperfecto". "En vez de rechazar las imperfecciones hay que convertirlas en una fuente de creación. La invitación es a amar a las personas en su fragilidad".

Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.
Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.

La IA puede reemplazar muchas tareas o incluso el trabajo de una persona, pero si en ese contexto "tengo la sensación de que no soy nadie, es que no me conozco", expuso el conferencista. 

"Muchas personas están apegadas a sus títulos y si les quitas eso entran en angustia. Los vacíos del ser no se rellenan con el tener. Para conectar con el ser, es necesario conectar con la vulnerabilidad. Más allá de la cruz, está la luz. Todos somos luz, pero nos hemos olvidado de ello".

Estar aferrados a las cosas resulta un desafío. "Del punto de vista biológico inspirar cuesta más que espirar, pero del punto de vista mental soltar es lo más difícil", comparó Alonso Puig. Sin embargo, "si no soltamos (el aire), nos quedamos atrás". Él mismo lo vivió cuando debió desprenderse de los instrumentos a los que estaba habituado en el quirófano ante el avance de la laparoscopía, que lo llevó a desarrollar otras capacidades. "Los médicos que no soltaron, se quedaron atrás".

Quietud: mirar el fondo del estanque 

La gente hoy anda "como pollos sin cabeza", "hace y hace sin detenerse a pensar en lo que hace", pero el cerebro "repara el cuerpo, en la quietud, no en el ruido", por lo que "tomarse un respiro tiene un impacto brutal", remarcó Alonso Puig. 

Él mismo le recomendó a un amigo, que vive en Emiratos Árabes con una agenda cargadísima, que se tomara descansos de 10 minutos entre reunión y reunión. Esto tuvo un gran impacto en su calidad de vida, contó. "Por esto el mindfulness está teniendo tanto impacto en el mundo".

Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.
Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.

Ahondar en el interior de uno mismo es como intentar mirar qué hay en el fondo del estanque, comparó en la entrevista. 

"¿Por qué no lo veo bien? ¿porque el agua está sucia? No, está limpia. No veo porque el agua está agitada. La mente genera agitación".

Al aquietar la mente, puede verse "lo que no nos gusta de nosotros y no queremos reconocer; eso produce incomodidad". Pero verlo es una buena noticia porque "como dijo Jung: lo que resistes, persiste; lo que abrazas, te transforma", explicó el expositor. Allí se encuentran "enormes recursos que estaban perdidos".

Sintonizar con la naturaleza fue una de las estrategias que recomendó para encontrar esa calma necesaria y conectar con uno mismo. Después de realizar una cirugía muy compleja, hace muchos años, Alonso Puig subió a su auto en dirección al Mediterráneo y permaneció dos horas mirando el mar. ¿Para qué? "Para aquietar la mente, para no pensar". Hoy sigue buscando los espacios verdes en su apretada agenda por el mundo.

El conferencista instó a buscar la felicidad en el interior: "La felicidad no te la puede diagnosticar la sociedad. Te puede decir qué tienes, no lo que te hace feliz. Eso lo tienes que descubrir tú".

Conexión: el mono, el mar y los pingüinos

En los hospitales muchas veces los médicos se apasionan con lo técnico y se olvidan de lo humano. Para ilustrarlo, bastaron un par de fragmentos de la película The Doctor (1991), protagonizada por William Hurt.  

"El amor es algo de nuestra naturaleza que no lo podrá aparentar una máquina. Amar es humano", destacó Alonso Puig. Mencionó los tres tipos de amor definidos por Platón: eros (pasional), philia (entre familia y amigos) y agape (el más desinteresado e incondicional, amor por el universo).

 "¿Amar es algo azucarado e inútil o es algo fundamental en un ser humano?", cuestionó el orador... pero decantó por lo segundo. 

Citó un experimento conductual con un pequeño mono de laboratorio, que prefería estar apegado a una "madre de peluche" 14 horas de continuo antes que ir con la "madre de alambre que lo alimentaba". "Prefería la conexión que la alimentación", resaltó el experto, quien fundamentó con estudios científicos que "la falta de conexión bloquea los genes de la inteligencia, de la recepción y del sistema inmune".

Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.
Conferencia de Mario Alonso Puig en Uruguay. Foto: Forbes Uruguay.

Alonso Puig dijo que "es más importante con quién estás que dónde estás, porque te conectás con esas personas". El inhóspito ambiente del Polo Sur, con -80 °C de temperatura, sostuvo su argumento. Allí, los pingüinos emperadores sorprendieron a los científicos. 

¿Cómo sobreviven? Forman una especie de "pelota inmensa", aparentemente inmóvil, que por dentro estaba permanentemente moviéndose para sobrevivir", explicó. "El pingüino de dentro sabe que si no sale el de fuera no sobrevive. El de fuera confía en que el de dentro saldrá. ¡Vaya ejemplo de la naturaleza!".

El mar también le sirvió como un ejemplo más amplio de conexión: "Como las olas, todas las personas tenemos formas distintas, pero tenemos el mismo fondo. En el momento que percibes eso, la conexión está hecha".

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