Gustavo Schutt Consultor especializado en Exit Planning y autor de “La reinvención del dueño”
Usted ha construido un negocio. ¿Pero ha construido una "maquinita" que funciona sin usted? Uno de los mitos más comunes que encuentro como Certified Exit Planning Advisor es la creencia de que el dueño o el CEO son el activo más valioso del negocio. Y aunque su visión y liderazgo son indiscutiblemente fundamentales, también pueden ser su mayor vulnerabilidad.
Una empresa que no puede operar sin su presencia, o sin la de un gerente clave, pierde valor al instante ante los ojos de un potencial comprador.
En la metodología que utilizo para evaluar a las empresas, la rueda de valor, este es uno de los factores críticos del componente "CEO", "equipo gerencial" y "cultura", todos ellos agrupados como "Gente y Cultura". Y la clave para revertir esa dependencia se encuentra en algo que Jack Welch, ex CEO de GE, llamaba una "fábrica de talentos".
¿Qué es una fábrica de talentos?
Es una empresa donde el talento no depende de una sola persona. Donde el conocimiento, la ejecución y el liderazgo están distribuidos. Donde los líderes se desarrollan desde adentro. Es una cultura que produce, retiene y potencia talento de forma sistemática.
Jack Welch no medía su éxito solo por el desempeño financiero de GE, sino por cuántos líderes había formado que pudieran tomar su lugar. Esa es una de las verdaderas marcas de negocios/empresas saludables.
Pero más allá del talento, estas organizaciones se pueden transformar en empresas trascendentes: aquellas que no solo tienen valor hoy, sino que están preparadas para crecer y evolucionar en el tiempo, más allá de su fundador, siempre preparadas y creciendo en valor. Empresas diseñadas para durar, para generar impacto duradero y con capacidad de adaptación continua. En mi opinión, si como dueños logramos armar empresas trascendentes le habremos brindado muchísimo valor y uno de los lazos más desafiantes como líderes, fundadores y/o dueños de nuestras empresas.
La rueda de valor y la gente: más que un equipo, una herramienta que nos permite planificar y "bajar a tierra proyectos" para tener empresas más atractivas en definitiva puede ser uno de los multiplicadores del valor de nuestras empresas.
En la rueda de valor, distinguimos entre factores financieros y no financieros. "Gente y cultura" es uno de los multiplicadores más poderosos del valor de nuestras empresas. Esto incluye: la calidad del CEO y del equipo gerencial, la cultura organizacional y la capacidad de sostener el negocio con personas clave, siempre con sus reemplazos, sin dependencias.
Una compañía con un equipo sólido, profesionalizado y con potencial sucesorio es mucho más valiosa y, sobre todo, transferible. Si su empresa depende de nosotros como dueños, de sus socios o de un CEO, difícilmente tenga buen valor. Alguien me comentó que en lugar de poder estar preparados para que eventualmente se pueda vender: "está alquilada con opción a drama".
"Primero quién, luego qué".
Jim Collins, en Good to Great, plantea una metáfora inolvidable: la del conductor de colectivo (el CEO) y los pasajeros. Primero hay que dirigir el colectivo y parar para subir a la gente correcta, luego debemos ubicarlos en los asientos adecuados y finalmente, bajar a quienes no funcionan. Su principal trabajo como dueño o líder no es apagar incendios, sino crear un equipo con las "Cuatro E y una P":
• Energía
• Capacidad de Energizar a otros, de contagiar esa energía
• Edge (valentía para tomar decisiones difíciles)
• Ejecutar con eficacia
• Pasión
Si en nuestras empresas no tenemos líderes que cumplan con esas características, tenemos un desafío enorme que no podemos postergar.
Transferibilidad y valor: el talento como seguro de continuidad
Más del 70% de los dueños que venden, se retiran de esa empresa dentro de los 7 meses posteriores a venderla. ¿Qué sucede entonces? Si la empresa no puede continuar sin sus dueños o su gente clave, el negocio es vulnerable y su valuación cae. Los compradores quieren continuidad, previsibilidad y autonomía operativa. Una estructura sólida, con liderazgo profesional, es lo que garantiza esa continuidad.
Y es justamente esa continuidad la que convierte a una organización en una empresa trascendente: aquella que sigue siendo valiosa con el paso del tiempo, que puede escalar y reinventarse sin que el fundador esté en el centro operativo.
Evaluación, feedback y mapeo de talento
¿Sus líderes actuales tienen pasión por lo que hacen? ¿Son competentes? ¿Tienen un "número dos" que pueda reemplazarlos si fuera necesario?. El desarrollo de talento no es azaroso. Requiere herramientas:
• Evaluaciones de desempeño.
• Mapeo de potencial y riesgo.
• Planes de carrera, solo por mencionar algunas
Durante un Due Diligence, el CEO, los líderes y el equipo de trabajo de la empresa, serán evaluados tanto como el "core del negocio", todos los temas "operativos del negocio" y, por supuesto, los estados contables o de gestión y sus finanzas. Y no se trata de si son buenas personas, sino si pueden sostener el negocio y hacerlo crecer sin usted, si son competentes, si se trabaja bien en equipo, con valores compartidos, apasionados por lo que hacen.
Entonces, no nos limitemos a construir un negocio: construyamos una fábrica de talentos y empresas trascendentes. Dotemos a nuestros equipos de las herramientas, de estructura y recursos y de la confianza para crecer. Demos autonomía y desafiémoslos a tomar decisiones. Solo así nuestras empresas serán verdaderamente transferibles y estaremos creando mucho valor y probablemente un legado que trascenderá nuestro rol como fundadores o socios y dueños de la empresa.
Y sobre todo: apuntemos a construir una empresa trascendente. De esas que siguen creciendo, que son valoradas por su solidez organizacional y que pueden sobrevivir —e incluso mejorar— sin la figura del dueño. Empresas con alas, no con anclas.
La salud futura de nuestras compañías —y nuestro propio éxito personal post transición — depende de una verdad sencilla: si todo depende de nosotros, nuestra empresa tiene un techo (nosotros mismos) . Pero si construimos líderes, la empresa puede tener alas.
Gustavo Schutt, consultor especializado en Exit Planning y en aumentar el valor de las empresas. Autor de "La reinvención del dueño".