Forbes Argentina
oficina, ruido, trabajo
Liderazgo

El fenómeno del "abrazo laboral": cada vez más personas eligen quedarse en trabajos que no los inspiran por miedo a lo desconocido

Dra. Diane Hamilton Colaboradora

Share

La estabilidad pesa más que la motivación en tiempos de incertidumbre laboral. Entre despidos, avances tecnológicos y un mercado que se enfría, muchos eligen no moverse, aunque eso implique resignar entusiasmo y crecimiento.

25 Agosto de 2025 13.32

Muchas veces, la idea de cambiar de trabajo parece más riesgosa que quedarse en el mismo lugar. Así, en vez de buscar algo mejor, las personas se aferran a lo que ya conocen. Si el sueldo es estable y los beneficios siguen ahí, es probable que algunos dejen pasar el hecho de que el puesto no los motive. La seguridad, incluso si aburre, pesa más que lo desconocido. Esta lógica viene tomando fuerza, sobre todo porque cada vez hay más noticias de despidos, frenos en las contrataciones y temores por la IA que empieza a reemplazar puestos. Todo eso hace que el mercado laboral se vea inestable y que la opción de quedarse parezca, de golpe, la más sensata.

Pero el verdadero dilema es otro: ¿te estás quedando en tu trabajo por la razón correcta?

¿Qué es el abrazo laboral?

En pocas palabras, abrazar el trabajo es quedarse en un puesto incluso cuando ya no se siente como el indicado. Las razones pueden ser muchas. Algunos lo hacen por seguridad económica; otros, por lealtad al equipo o por miedo a perder beneficios. Este comportamiento no es nuevo. Existe desde hace décadas. Lo que cambió es cómo lo llamamos: el nombre refleja el clima laboral de hoy, donde quedarse, aunque no convenza, parece más seguro que arriesgar.

Así como pasó con expresiones como "renuncia silenciosa" o "amortiguación profesional", "abrazo laboral" pone nombre a algo que muchos ya conocen de cerca. La diferencia es que este término refleja una ansiedad más marcada, una sensación que crece entre quienes ven cómo el mercado laboral cambia de un día para el otro y ya no saben qué esperar.

Por qué el abrazo laboral está en boca de todos

El tema empezó a tomar fuerza porque las condiciones reales en los trabajos llevan a que muchos se vuelvan más cautelosos. Hoy, la contratación crece más lento que en décadas. Los CEOs hablan más de achicar que de ampliar equipos. La adopción acelerada de la inteligencia artificial también sumó incertidumbre y miedo entre quienes todavía no saben qué puestos van a sobrevivir a los cambios. Con ese panorama, dar un paso en la carrera se vuelve una decisión más difícil. Para muchos, quedarse quietos parece la única opción sensata.

En vez de salir corriendo a buscar otra oportunidad, muchos empleados miran su trabajo actual y piensan: "más vale malo conocido que bueno por conocer". Esa lógica explica por qué bajó la tasa de renuncias y por qué tantos medios están hablando del abrazo laboral como la nueva tendencia en los trabajos.

Cuándo abrazar el trabajo tiene sentido

Hay momentos en los que quedarse en el mismo lugar puede ser una jugada inteligente para aguantar el contexto. Si trabajás en un sector inestable, tiene lógica cuidar un puesto que te da cierta seguridad. Si tu empresa ofrece beneficios que cuidan a tu familia, puede valer la pena esperar a que el mercado se calme. Y si tu trabajo actual te permite sumar habilidades que te van a servir más adelante, no se trata solo de aguantar: también puede ser una estrategia. En estos casos, el abrazo laboral no es resignación, sino una pausa calculada, una forma de bancar la parada mientras te preparás para lo que venga.

Cuando el abrazo laboral se vuelve una trampa

El otro lado de esta historia es más complicado. Quedarse solo por miedo puede convertirse en una trampa del statu quo. Si te levantás cada día con rechazo al trabajo, pero te repetís que es mejor que arriesgarte, empezás a cerrarte, dejás de crecer y perdés motivación. Con el tiempo, tus habilidades se oxidan porque ya no tenés motivos para exigirte.

Regreso a la oficina
Quedarte o irte es una decisión muy personal. Lo importante es que la tomes con conciencia. 

 

Las empresas también lo sienten. Cuando alguien se queda por las razones equivocadas, suele rendir menos, con menos energía y sin ideas nuevas. A veces los líderes ven una alta retención y piensan que es una buena señal. Pero si quienes se quedan ya no están comprometidos, la innovación se frena y el trabajo en equipo se debilita. Una empresa llena de personas que no se animan a moverse puede seguir funcionando, pero no va a avanzar.

Cómo saber si estás abrazando el trabajo por las razones correctas

La pregunta clave es esta: ¿te estás quedando por decisión o por inercia?

Para saberlo, podés hacerte algunas preguntas:

  • ¿Sigo en este rol porque me hace crecer o porque le tengo miedo al cambio?
  • Si saliera a buscar otra opción, ¿me entusiasmaría lo que hay afuera o me paralizaría el proceso?
  • ¿Todavía doy lo mejor de mí o apenas cumplo y llego sin ganas?
  • ¿Tengo un plan para lo que viene o me aferro a este trabajo porque no me imagino otra cosa?

Si las respuestas hablan de crecimiento, seguridad y preparación, entonces quedarte puede ser una buena decisión. Pero si lo que aparece es miedo, evasión o estancamiento, quizás caíste en la trampa del abrazo laboral sin darte cuenta.

Qué significa el abrazo laboral para quienes lideran equipos

Para los líderes, esta tendencia es una señal de alerta. Cuando alguien se aferra a su puesto, muchas veces lo hace porque no confía en lo que viene. Algunos se desconectan en silencio. Otros quieren crecer, pero no ven un camino claro.

Ahí es donde los líderes pueden hacer la diferencia. Retener gente no alcanza. Si se quedan solo porque no tienen otra, la organización no gana nada. La clave es preguntarse qué hace que una persona quiera quedarse con energía y curiosidad, no solo por miedo.

Generar seguridad psicológica, fomentar el desarrollo de nuevas habilidades y abrir caminos reales de crecimiento puede transformar el abrazo laboral en una decisión consciente, no en una respuesta al miedo. Cuando alguien siente que puede explorar sin perder la estabilidad, es mucho más probable que se quede comprometido.

Lo que podés aprender si estás abrazando tu trabajo

Si te das cuenta de que estás en esa situación, no te castigues. Hay momentos donde la estabilidad es justo lo que necesitás. La clave está en saber si esa estabilidad tiene un propósito o si te dejó estancado.

Podés elegir quedarte mientras aprendés algo nuevo o atravesás un momento complicado del mercado. Eso puede ser una decisión inteligente. Pero también podés descubrir que seguís ahí porque el miedo te convenció de que moverse es demasiado riesgoso. Y cuando eso pasa, el abrazo laboral deja de ayudarte y empieza a jugar en contra de tu carrera.

Quedarte o irte es una decisión muy personal. Lo importante es que la tomes con conciencia. Que no sea el miedo el que decida por vos.

Abrazos laborales y conciencia

El abrazo laboral dice mucho sobre cómo enfrentamos la incertidumbre en el trabajo. A veces, es una táctica para protegerse en medio del caos. Otras veces, es una trampa que apaga la curiosidad, el compromiso y las ganas de innovar. La diferencia está en tenerlo claro.

Hacete las preguntas incómodas. Si te estás quedando por las razones correctas, quedarte puede darte estabilidad mientras pasa la tormenta. Pero si lo hacés solo por miedo, tal vez sea momento de dar ese paso que venís postergando y descubrir el crecimiento que estás dejando pasar.

 

*Con información de Forbes US.

10