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Comentarios negativos: cómo usarlos a favor y convertilos en una herramienta de innovación

Nathan Furr

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Saber recibir una crítica puede ser un arte difícil de dominar, pero entender el valor que hay detrás de una observación incómoda puede abrir puertas insospechadas. Un recorrido por experiencias que muestran cómo una buena sacudida puede alimentar ideas potentes.

31 Julio de 2025 18.30

Estoy trabajando con una empresa tecnológica importante para impulsar una cultura y una mentalidad más innovadoras. Mientras analizábamos a fondo la cultura de la firma de diseño IDEO, un ejecutivo notó algo que le llamó la atención. Mientras el equipo de diseño del video hacía su trabajo, alguien lanzó comentarios negativos sobre el prototipo y Tom Kelley se emocionó.

La reacción sorprende porque, en general, a la mayoría no nos gusta recibir críticas. A mí, sin dudas, me molestan y suelo ponerme a la defensiva. Sin embargo, cuando logro recordarlo, hay un principio simple que me ayuda a convertir las críticas en entusiasmo, o al menos en aceptación: los comentarios negativos marcan una oportunidad para mejorar. Cuando estoy en mi mejor versión, ¡escucho de verdad!

La cultura académica se construye, como bien se sabe, a partir de la crítica, el cuestionamiento y el desacuerdo abierto entre colegas. Es algo tan frecuente, y con intenciones tan diversas, que los comentarios negativos pueden irritar con facilidad. Sin embargo, algunas de mis mejores ideas nacieron al responder o incluso al incorporar las observaciones de otros. Cuando me esfuerzo por entender su intención y noto que hay algo cierto en su resistencia —aunque no desmienta la idea original—, logro mejoras reales.

Ambiente laboral tóxico
Los comentarios negativos pueden irritar con facilidad. 

El contexto, por supuesto, importa. En el ejemplo que les mostraba a estos ejecutivos tecnológicos, el equipo de IDEO había diseñado un prototipo y, como solo le habían dedicado unos días —en lugar de años—, les resultó más fácil aceptar que su "bebé" era feo. Incluso eso deja una lección profunda.

Muchas veces esperamos a perfeccionar algo antes de pedir una devolución. Puede ser por vergüenza, por querer agradar o por miedo a quedar mal. No notamos que mostrar una idea antes de tiempo puede darnos una devolución clave, capaz de marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, o incluso ahorrarnos años de trabajo.

Sigo trabajando para mejorar mi capacidad de escuchar comentarios negativos, incluso para entusiasmarme con ellos, sobre todo en mi vida personal. Si encontráramos una manera de emocionarnos al recibirlos... ¡imaginate todo lo que podríamos aprender!

 

Nota publicada por Forbes US

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