La dependencia de los teléfonos celulares tomó protagonismo en la vida cotidiana de los argentinos, al punto de convertirse en una preocupación para la salud mental y física. Este fenómeno, conocido como nomofobia, fue acuñado en 2008 y describe el miedo irracional a estar desconectado del celular. Un reciente estudio de Nomophobia.com revela que el 62% de los argentinos considera que utiliza el teléfono en exceso.
El informe, basado en una encuesta realizada a más de 3.000 personas de seis países de América Latina, destaca que el 78% de los latinoamericanos se considera dependiente de sus smartphones para llevar a cabo actividades diarias. Esta tendencia refleja cómo los dispositivos móviles se convirtieron en un componente esencial de la vida moderna en la región, donde el 76% de los argentinos afirma poseer al menos un teléfono móvil.
El uso del celular traspasó límites insospechados: el 28% de los argentinos admite usar el teléfono durante reuniones laborales, mientras que el 19% lo hace al conducir, una práctica que pone en peligro no solo al usuario, sino también a los demás.
Además, el 5% reveló haber utilizado su smartphone durante momentos íntimos, lo que pone de manifiesto el impacto de esta adicción en las relaciones personales.
Impacto en la salud y las relaciones interpersonales
El creador del término, Patrick O'Neill, advirtió sobre las consecuencias que la nomofobia puede tener en la salud. Según el estudio, el 57% de los argentinos asocia su vínculo excesivo con el teléfono a problemas como el insomnio, mientras que el 56% menciona ojos secos y el 55% refiere dolores de espalda y cuello.
Además, cuatro de cada diez encuestados sostienen que el uso excesivo del móvil puede derivar en aislamiento social y el descuido de familiares y amigos.
El 28% de los argentinos admite usar el teléfono durante reuniones laborales.
La encuesta también destaca que el 61% de los argentinos revisa su teléfono a lo largo del día, aun sin recibir notificaciones, lo que refuerza la idea de un estilo de vida centrado en el dispositivo. Este comportamiento, cada vez más frecuente, plantea preguntas cruciales sobre cómo afecta a las relaciones interpersonales y las normas culturales.
En síntesis, la nomofobia es una realidad que afecta a un porcentaje importante de la población argentina. Mientras los teléfonos móviles siguen ganando terreno en la vida cotidiana, los expertos sugieren prestar atención a las consecuencias psicológicas y físicas de este fenómeno que, lejos de disminuir, parece estar en ascenso.
