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La startup china valuada en US$ 700 millones que quiere competir con Tesla por los robots humanoides

Yue Wang

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En apenas dos años, Galaxea AI armó un equipo de élite, atrajo inversiones millonarias y empezó a vender robots que hacen camas y limpian baños. Su apuesta: que los humanoides se conviertan en asistentes en fábricas y hogares, mientras lidia con una competencia feroz y una industria aún en pañales.

27 Agosto de 2025 18.50

En un edificio gris del distrito Zhongguancun de Pekín, conocido como el Silicon Valley chino, se lleva adelante una capacitación en una tarde de julio sofocante. En un pequeño y abarrotado laboratorio de Galaxea AI, una startup china de robótica, un joven empleado acciona un interruptor para mover un brazo robótico montado en una base. Así enciende una lámpara cercana. A su lado, otro compañero graba cómo un par de brazos mecánicos estiran una sábana arrugada mientras intentan hacer la cama.

Las imágenes y los videos de esa escena sirven para entrenar el modelo de inteligencia artificial que desarrolló la empresa. Ese software da vida a la serie R1 de humanoides con ruedas. Miden 1,7 metros y fueron pensados para asistir en fábricas y, más adelante, en casas particulares. Es un objetivo ambicioso para una compañía que apenas lleva dos años en un rubro donde varias firmas corren por ver quién logra crear los robots que podrían cambiar la vida cotidiana.

"Nuestra industria se está desarrollando a un ritmo vertiginoso", dice Xu Huazhe, cofundador y codirector científico de Galaxea AI, de 32 años, desde una sala de reuniones en la sede modesta de la compañía. "Para demostrar nuestro progreso, necesitamos trabajar más duro y aún más rápido", agrega. Galaxea AI, reconocida el año pasado en la lista "100 To Watch", que destaca a pequeñas empresas y startups emergentes de la región, toma su nombre de las palabras "galaxia" y "mar". Según Xu, esa elección refleja la ambición de los cofundadores por apuntar bien alto sin perder de vista los desafíos del camino. El primer objetivo, cuenta el ingeniero de voz suave que estudió en Stanford, es que los robots R1 empiecen a trabajar en líneas de montaje a gran escala dentro de los próximos tres años.

La automatización ya cumple un rol clave en la industria manufacturera, y China lidera la instalación de robots industriales en sus plantas. Corea del Sur —que tiene la mayor cantidad de robots por cada 10.000 trabajadores— y Singapur también encabezan ese ranking, según la Federación Internacional de Robótica (IFR), una organización sin fines de lucro con sede en Fráncfort que impulsa la investigación en el sector. Los humanoides R1 fueron pensados para tareas repetitivas que exigen precisión y destreza. Un ejemplo claro es la fabricación de autos, donde todavía se necesita que personas ensamblen cientos, y a veces miles, de piezas distintas.

Más allá del trabajo en fábricas, Xu está convencido de que sus robots van a estar listos para usarse en casas dentro de menos de diez años. La idea es que puedan encargarse de tareas cotidianas como cocinar, barrer o dejar la cama bien tendida. Y los inversores parecen compartir ese entusiasmo. En julio, Galaxea AI consiguió más de US$ 100 millones en una ronda de financiación serie A. El dinero llegó de un grupo de inversores que incluye a Capital Today —con sede en Hong Kong—, la empresa china de tecnología financiera Ant Group y Long-Z Investments, la unidad de capital de riesgo del gigante local Meituan. Con esa inversión, la empresa alcanzó una valoración de US$ 700 millones. Xu también adelantó que están en marcha nuevas rondas de inversión, con la mira puesta en llegar a los US$ 1.000 millones, mientras preparan el lanzamiento de su primer humanoide bípedo —todavía sin nombre— previsto para 2026.

Las máquinas R1 de tamaño real, con dos brazos, que Galaxea AI empezó a vender a fines del año pasado, se ofrecen a un precio que va de 320.000 a 459.900 yuanes —es decir, entre US$ 44.500 y US$ 64.000, según los accesorios que incluya cada unidad. Por ejemplo, pueden venir con manos robóticas de cinco dedos en lugar de pinzas de dos puntas. La empresa planea enviar hasta 1.000 unidades antes de diciembre, de las cuales la mitad se venderán en China y el resto en el exterior. Entre los destinos figura Estados Unidos, que según Xu es un mercado clave para la expansión internacional de la compañía.

R1 Pro
R1 Pro - Cortesía de Galaxea AI.

 

La meta de entregas puede parecer modesta, pero Xu mira más lejos. Según Phyllis Wang, analista de UBS Securities en Shanghái, el mundo va a contar con 2 millones de robots humanoides para 2035, con 15.000 unidades previstas solo este año. La proyección es aún más ambiciosa a largo plazo: se estima que en 2050 haya 300 millones de estas máquinas en circulación. Eso llevaría el valor total del mercado —incluyendo componentes y software— a US$ 1,7 billones, según escribió Wang en un informe publicado en julio.

La carrera por ganar terreno en ese sector enfrenta a Galaxea AI con otras compañías disruptivas, tanto chinas como internacionales. Entre ellas está el modelo Optimus de Tesla, que busca marcar el ritmo. En julio, Elon Musk —fundador del gigante tecnológico estadounidense— publicó en X que ese robot va a empezar a llevar pedidos de comida a los clientes del restaurante futurista de Tesla con servicio en el auto, en Los Ángeles, el año que viene. Aunque Musk sostuvo en una conferencia con analistas, en abril, que Optimus será el número uno entre los robots humanoides, también advirtió que "en la clasificación, del segundo al décimo puesto estarán empresas chinas".

Según la Federación Internacional de Robótica, un robot humanoide tiene un cuerpo con forma humana, que por lo general incluye cabeza, torso y dos brazos. Pueden ser bípedos o no: tanto las ruedas como las piernas cuentan como formas de locomoción.

Xu ve a Galaxea AI como uno de los jugadores fuertes del sector. Destaca el nivel del equipo —formado por científicos e ingenieros de primer nivel— y la misión de desarrollar un robot cada vez más avanzado. Todavía no llegaron a ese punto, pero están en camino. En agosto, lanzaron G0, un modelo de inteligencia artificial que, según explican, mejora la capacidad de los robots para entender órdenes verbales, razonar y realizar tareas relativamente complejas, como hacer una cama. Ese modelo se entrena con datos de comportamiento robótico que la empresa recopiló en situaciones reales: casas, tiendas y oficinas. Además, Galaxea AI planea abrir el acceso a esos datos para terceros, con el objetivo de empujar el desarrollo de robots humanoides en todo el mundo. Aun así, Phyllis Wang, de UBS, advierte que esa tecnología todavía necesita tiempo para madurar antes de que los robots puedan ser realmente útiles en la vida cotidiana.

Fuente: BofA Global Research, UBS Securities.

 

 

Entre los clientes de Galaxea AI figuran la empresa estadounidense de inteligencia artificial Physical Intelligence y la Universidad de Stanford, que colaboró con la firma china para entrenar al robot R1 en tareas como tirar la basura o limpiar el baño. Xu no quiso dar los nombres de sus clientes industriales, amparado en acuerdos de confidencialidad, pero aseguró que fabricantes de autos chinos van a usar el R1 para mover mercancías dentro de sus plantas a partir de fin de año. La empresa no tuvo ingresos en 2024, aunque estima que este año va a generar ventas por decenas de millones de yuanes y espera llegar a ser rentable en 2026.

"Están preparando a la sociedad para un futuro próximo a los humanoides".

Reyk Knutsen, analista de robótica de la firma de investigación SemiAnalysis, con sede en Florida, opina que Galaxea AI tiene un buen equipo, pero compite en un mercado local muy exigente. Según Ming Hsun Lee, analista de BofA Global Research en Hong Kong, en China podría haber entre 30 y 40 fabricantes de robots humanoides. Knutsen compara esta etapa del sector con lo que pasó hace diez años con los autos eléctricos en ese país: una oleada de empresas peleando por un lugar, mientras Pekín empujaba ese rubro como una nueva fuente de crecimiento.

Ante el envejecimiento de la población y la posible escasez de mano de obra, China decidió impulsar el desarrollo de robots humanoides con apoyo estatal. En marzo, el gobierno de Pekín anunció la creación de un fondo de US$ 138.000 millones para invertir en robótica y otras industrias de alta tecnología. Para preparar a sus 1.400 millones de habitantes para convivir con máquinas, el gobierno también organiza eventos como los primeros Juegos Mundiales de Robots Humanoides, que se llevaron a cabo en agosto en la capital china. Allí, competidores metálicos de 16 países participaron en disciplinas como fútbol, kickboxing y baile. "Están preparando a la sociedad para un futuro próximo a los humanoides", afirmó Susanne Bieller, secretaria general de la Federación Internacional de Robótica.

De izquierda a derecha: Gao Jiyang, Zhao Hang, Xu Huazhe y Li Tianwei
De izquierda a derecha: Gao Jiyang, Zhao Hang, Xu Huazhe y Li Tianwei - Cortesía de Galaxea AI.

 

Xu reparte su tiempo entre la startup y su rol como profesor adjunto de robótica e inteligencia artificial en la Universidad de Tsinghua, en Pekín. Según Sean Wang, socio de la firma inversora Long-Z Investments, Xu es considerado uno de los científicos más destacados de su campo. El equipo fundador de Galaxea AI está formado por cuatro integrantes que aprovechan sus fortalezas individuales. Xu y Zhao Hang, de 34 años —el otro director científico de la compañía—, se encargan del desarrollo del modelo de inteligencia artificial y del entrenamiento de los humanoides en Pekín. Mientras tanto, Gao Jiyang, director ejecutivo, de 33 años, y Li Tianwei, director de operaciones, de 31, trabajan desde la fábrica de Suzhou para supervisar la producción y empujar la comercialización.

La empresa planea ampliar su equipo a 200 empleados antes de fin de año, desde los 120 que tiene hoy, según confirmó Xu. Contó también cómo Gao, que antes trabajó como ingeniero de software de inteligencia artificial en compañías de conducción autónoma como Waymo, en Estados Unidos, y Momenta, en China, fue quien le propuso la idea de crear Galaxea AI. Xu sintió que el momento era el indicado, gracias al avance acelerado de la inteligencia artificial.

Xu y Gao se conocieron mientras estudiaban ingeniería eléctrica en la Universidad de Tsinghua, donde Gao cursaba un año por delante. Xu, que creció en Changchun, una ciudad industrial del noreste de China, hizo un doctorado en investigación en inteligencia artificial en la Universidad de California, Berkeley, y luego un posdoctorado de un año en Stanford, enfocado en tecnologías vinculadas a la visión artificial. En 2022, Xu aceptó un cargo como profesor en Tsinghua y volvió a China. Al año siguiente, fundó Galaxea AI junto a Gao.

Uno de los principales competidores locales de Galaxea AI es Unitree Robotics, fabricante de robots humanoides con una valoración de US$ 1.700 millones. La empresa, con sede en Hangzhou, ganó notoriedad hace poco tras presentar un humanoide económico con reconocimiento de voz e imagen, cuyo precio arranca en US$ 5.900. Xu estima que los costos de producción de Galaxea van a bajar a medida que escale la fabricación, lo que permitiría que sus robots se conviertan en una alternativa viable para el consumidor en el futuro.

Xu cree que en China hay demasiadas empresas de robots humanoides en este momento y anticipa una ola de fusiones y cierres en los próximos tres a cinco años. "Después de que estalle la burbuja... solo quedarán los productos humanoides que funcionen", advierte.

 

*Con información de Forbes US.

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