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La gestión del conocimiento es un factor crítico en las organizaciones. Perderlo o no gestionarlo es equivalente a una merma en la competitividad, en un mundo en donde la estrategia basada en el talento define la supervivencia, y la adaptación es el nuevo mantra.

9 Septiembre de 2021 12.35

En los últimos años, el símbolo de la riqueza y del éxito cambió de foco. Mientras que en el siglo XX estos ideales estaban asociados a estrategias financieras basadas en el recurso de la propiedad, el siglo XXI puso patas para arriba estos paradigmas y planteó nuevos desafíos, ligados directa y estrechamente al talento humano.

En el escenario actual, en el que la capacidad de adaptación es un must para la sostenibilidad del negocio, los talentos son la llave que permiten abrir cada nueva etapa. Ellos son quienes detentan el know how para definir si avanzar en la transformación digital o en cualquier otro proyecto. Pero la gran pregunta, aún sin respuesta, es: ¿Cómo articular y gestionar el conocimiento que cada colaborador de la compañía posee, para transformarlo en una ventaja competitiva? 

Por lo pronto, según un estudio de KPMG, cuando la transferencia del conocimiento y la información lleva demasiado tiempo o no se consigue con éxito, surgen costos que van entre los US$ 50.000 y los US$ 500.000 por año. En las tareas diarias, para las cuales cada profesional fue contratado, se ponen de relieve los saberes básicos asociados a cada posición, los cuales normalmente ya fueron también plasmados en los CV. Pero la clave es indagar e ir más allá de los supuestos conocimientos que allí se han escrito. 

Para marcar la diferencia, las empresas tienen la oportunidad de apelar a los conocimientos implícitos y colectivos, aquellos que son difíciles de explicar pero que toda organización tiene. Esto es el “cómo se hace”. No quedan dudas que este es el capital más preciado: es fundamental conservarlo, profundizarlo e institucionalizarlo.

Este tipo de conocimiento es una fuente de innovación, de optimización de procesos y de ventaja competitiva para las empresas. El desafío: que estos conocimientos no estén disponibles solo en la mente de cada empleado, sino que puedan ser aprovechados por todo el equipo.

En la gestión y la articulación cultural para lograr que el conocimiento se expanda, los sistemas o procesos de información cumplen un rol muy relevante. En cierto sentido, tienen como meta aumentar ampliamente la productividad a partir de una mayor y más precisa capacidad de análisis, y de acción a partir de la información obtenida.


Proyectos de alto rendimiento

Cualquier organización o proyecto se verán beneficiados por mejorar la gestión del conocimiento. Una de las ventajas más evidentes es reducir la dependencia de la organización respecto de una persona, y con ello el aumento de la productividad, y la reducción del riesgo operativo y financiero. Esta es una de las razones por las que los líderes deben promover ambientes de alta comunicación, pero además con muy buena calidad, ya que comunicarse con alta frecuencia pero introduciendo ruidos puede ser peor que no comunicarse. 

A su vez, toda la gestión de una organización es beneficiada por un fuerte uso de la tecnología: como herramienta de registro, curado, y seguimiento de este conocimiento compartido. La tecnología favorece el almacenamiento de información y del conocimiento explícito, y a su vez, una herramienta clave para el diseño de instrumentos para el análisis de datos.

Algunas de las aplicaciones y dispositivos utilizados actualmente en muchas organizaciones son:

  • -Aplicaciones push. Su meta es recolectar y guardar conocimiento plasmado en bases de datos para hacerlo accesible en un depósito compartido. Requiere incentivar que las personas compartan su conocimiento. 
  • -Aplicaciones pull. En este tipo de aplicaciones, debe haber un rol activo del usuario en la búsqueda, aunque también requiere que las personas compartan conocimiento. 
  • -Aplicaciones de interacción. En estos casos, la generación del conocimiento es colectiva: foros online, groupware, etc.
  • -Aplicaciones de localización de expertos y de conocimiento: un mapa de depósitos de conocimiento dentro de la organización, accesible a todos.

Para que cada aplicación funcione, debe darse un clima de cooperación, las personas deben estar motivadas a aprender, pero también a compartir. Esto no siempre es fácil de lograr, y por supuesto está muy atado a la cultura organizacional. 

Para tal fin, el tándem entre las áreas de RRHH y de IT es clave en vistas de sostener la cultura adecuada que aliente a compartir el conocimiento adquirido y generado.

Este desafío trasciende a empresas de todos los tamaños y en todas las industrias. Sin embargo, en aquellas firmas con varias líneas de negocio, el conocimiento es más diverso, y cobra particular importancia. 

La tecnología y un adecuado plan de trabajo para un proyecto de estas dimensiones es fundamental, pero no es lo único necesario para el éxito del proyecto. Sin un fuerte respaldo de la correcta cultura organizacional (y en muchas ocasiones, de una excelente “gestión del cambio” o change management) será imposible que resulte un éxito.

*La columna fue escrita por Juan Bidondo (COO) y Francisco Michelich (CEO) en Agency Coda.

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