"Hay una falsa antinomia entre anti y procuarentena": psicología y economía del comportamiento en #ForbesHC
En la segunda jornada de Forbes HealthCare Week, tres especialistas analizaron el otro costado de la crisis de la pandemia: el impacto anímico y el comportamiento de la sociedad. Flavio Toxvaerd de la Universidad de Cambridge, Carlos Scartascini del BID y Fernando Torrente de INECO, hablaron sobre la percepción de riesgo y las diferencias en el abordaje científico de la gestión de la pandemia.

Mientras el AMBA se encamina a un retorno a la "Fase 1", Forbes HealthCare Summit se dedicó a analizar la psicología y la economía del comportamiento en medio de la pandemia. "Estamos aprendiendo cómo todos reaccionamos a este contexto. Hay países que han puesto más énfasis en 'defender la economía' y otros en 'las vidas'. Pero no estábamos preparados para ver posiciones tan radicales y divergentes", dijo en el arranque Carlos Scartascini, líder del Grupo de Economía del Comportamiento y Economista del Departamento de Investigación del BID. El factor sorpresa fue determinante en las reacciones de los distintos países y las sociedades afectadas por la pandemia. A medida que pasaron los días, la percepción del riesgo y los cambios en la vida provocaron impactos diferentes.

Proyecciones sobre la pandemia

Respecto a por qué fallan las predicciones de los epidemiólogos sobre la pandemia, Flavio Toxvaerd, Economist and economic epidemiologist, Cambridge University, explicó que pronosticar siempre es difícil. "Los epidemiólogos hacen modelos matemáticos muy complejos" para hacer pronósticos, "pero parte de ellos no están completos", agregó el especialista.

Toxvaerd resaltó que  "hay que entender por qué la gente hace lo que hace para entender la epidemia". Para el economista es imprescindible entender que "si uno no siente que hay peligro,  no va a reaccionar". Pero aclaró que "la población no es homogénea en los riesgos. Es muy difícil informar cuando los riesgos son tan distintos para diferentes grupos sociales".

Por su parte, Scartascini aclaró que a medida que avanza la pandemia, cambian los modelos de proyección. "Estos modelos tienen que asumir un comportamiento dado de la población", resaltó y explicó que hay que tener en cuenta, también, "cómo la gente cambia su comportamiento durante la pandemia".

Fernando Torrente, Director del Instituto de Neurociencias y Políticas Públicas de la Fundación INECO, habló sobre el desafío de "lograr que la gente haga las conductas necesarias para controlar la pandemia", y allí hay que tener en cuenta un componente esencial: las emociones.

"Las emociones, en ocasiones, pueden jugar en contra. Bajo conductas fuertes, nuestra conducta puede disparar a cuidarnos o a conductas disfuncionales", complementó.

Misma información, enfoques diferentes

"Un cierto nivel de preocupación es necesario", resaltó Torrente, y opinó que "es un equilibrio difícil de alcanzar". Respecto a la comparación de las pandemias en los países, la idiosincrasia juega un lugar clave. Toxvaerd dice que un muy difícil dar un informe general de los riesgos a la población cuando éstos son muy distintos. "Informar es muy difícil en estas situaciones", concluyó. Por otro lado, afirmó que "estamos esperando demasiado que la ciencia nos dé una respuesta. A veces se usó la ciencia para temáticas políticas".

Torrente explicó que "cada uno evalúa a partir de sus realidades personales, psicológicas, que muchas veces son automáticas o implícitas". "Las personas, además del miedo, tomamos decisiones por otros tipos de emociones. El riesgo no es percibido igual por personas mayores que otras menores", explicó por otra parte. 

El modelo sueco apareció recurrentemente durante el panel.

Toxvaerd, por su parte, habló sobre el éxito de Suecia para tratar la pandemia. "Es un poco temprano para hacer conclusiones", opinó el speaker. En esta línea, expresó que "si tomás una población y los proteges bien, pero también va a ser susceptible en el futuro porque no va a tener inmunidad. Esto depende de características biológicas de la enfermedad".

Paralelamente, Scartascini afirmó que "un modelo como el sueco necesita dos características: una alta capacidad gubernamental para monitorear la situación y adaptarse. Y por otro lado, la confianza interpersonal". Toxvaerd, por su parte, agregó que, a diferencia de otros países, Suecia tiene una muy buena infraestructura de la salud. Por eso pudo seguir aquella estrategia.

Impacto psicológico

Torrente se refirió al impacto psicológico de la pandemia en la Argentina. Sobre esto, afirmó que al principio de la pandemia, un 30% mostraban síntomas de ansiedad e influencia en el estado de ánimo. Eso afectó mucho más a la población más joven, remarcó. "Las personas que perciben mayor riesgo, asimilaron mejor los cambios de vida", enfatizó. "A mayor edad, menor impacto emocional", precisó.

"El impacto es importante y debemos entenderlo como un impacto integral en nuestros cambios de vida en estos meses", señaló. Y explicó que "hay un consenso que la pandemia puede tener un impacto sobre todo en los niños más pequeños" y remarcó que es difícil precisar que los efectos serán "perdurables".