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Desarmando restricciones: el Gobierno afirma que deroga "una norma por día hábil" para impulsar el agro

Redacción Forbes

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La regulación debe ser una herramienta que acompañe la velocidad de la innovación, por lo que el Gobierno reconoce la necesidad de retirar las trabas regulatorias que frenaron la inversión. Desandar el camino de las prohibiciones permite lograr récords en la aprobación de eventos biotecnológicos en tiempo récord.

19 Noviembre de 2025 08.23

La estabilidad macroeconómica y la agilidad regulatoria son los pilares fundamentales que el Gobierno busca consolidar para desatar el potencial del sector agropecuario, especialmente en el ámbito de la biotecnología. Dos expertos del sector público y del privado coincidieron en que es imperativo retirar las "trabas" que históricamente han frenado la inversión y el crecimiento del sector, adaptando las normativas a la velocidad de la innovación.

Durante el Forbes Campo y Furturo Summit 2025, Alfredo Paseyro, Director Ejecutivo de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA); y Manuel Chiappe, subsecretario de Producción Agropecuaria y Forestal de la Nación, participaron del panel sobre el Marco legal para el desarrollo agropecuario argentino, montrando una visión de cada lado del sector público y el privado, y la consecuente necesidad de colaboración,

El funcionario fue categórico al señalar que la falta de una base económica estable ha condicionado el desarrollo productivo. "Una macro estable es la base de todo el desarrollo productivo, y muchas veces por no haberla tenido la subestimamos. Y este gobierno le puso foco como primera medida. Eso es gatillar inversiones, estabilidad y otros factores que, teniendo condiciones de marco, generan reglas de juego más normales", sostuvo.

El Secretario apuntó directamente al exceso regulatorio que afectó históricamente al sector, incluyendo la restricción de mercados: "Hemos puesto la regulación por sobre el desarrollo, y en poner más foco en reglas, normas, trabas y registros, al punto de llegar a prohibir exportaciones. Estamos desandando todo ese camino nocivo para el país, para la inversión, para el desarrollo y la competitividad genuina".

Chiappe enfatizó que el desandar de las regulaciones se está realizando a un ritmo notable, mencionando el objetivo alcanzado de "derogar una norma por día hábil de gestión" para reducir la burocracia. Un ejemplo concreto de agilización se observa en la aprobación de eventos biotecnológicos.

"Logramos reducir los tiempos de dos o tres años para aprobar un evento a 6 meses, 8 meses en promedio, dando la agilidad al sistema en un diálogo muy cercano con el privado. En el último año han sido 11 eventos en vegetales aprobados y dos en microorganismos, y el año pasado 26, de los cuales han sido récord histórico desde los años 90".

Desde la óptica de la innovación, Paseyro coincidió en que la clave de la competitividad radica en un sistema regulatorio que acompañe, y no que obstruya, la velocidad de los avances científicos.  "En la Argentina incorporamos de manera temprana la biotecnología, que nos dio gran competitividad, pero la velocidad de la innovación tiene que ir acompañada por la velocidad de la regulación, que sea una herramienta en el mercado y no un problema", advirtió Paseyro al resaltar que el sector agropecuario es un campo de avance constante.

"Si miramos los 25 años del Siglo XXI -argumentó-, ya tenemos asistencia con marcadores moleculares, la edición génica, con el mejoramiento asistido, con inteligencia artificial, con el speed reading. Hay una velocidad de innovación, y ahí está un poco el desafío: que aquel que tiene que hacer la norma entienda la intensidad de urgencia".

Ambos expositores abordaron el desafío de la propiedad intelectual y el reconocimiento al inventor, un tema que consideran de "no retorno" y fundamental para atraer inversiones. Chiappe señaló que, al igual que el déficit fiscal, el debate sobre propiedad intelectual está ganando espacio en la conversación pública, acelerado por acuerdos internacionales.

"No existe una bala de plata en el tema de propiedad intelectual, es un conjunto de acciones desde un marco normativo, maduración de los actores y un sistema de control eficiente. Me parece que es un camino de no retorno en el que estamos avanzando", aseveró el subsecretario.

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Manuel Chiappe, subsecretario de Producción Agropecuaria y Forestal de la Nación y Alfredo Paseyro, Director Ejecutivo de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA).

Finalmente, Chiappe atribuyó la respuesta positiva del productor agropecuario, visible en la siembra de trigo y los récords en genética ganadera, no solo al estímulo directo de la quita de retenciones, sino a la confianza generada por la coherencia del Gobierno.

Por su parte, Paseyro, detalló la existencia de un marco normativo, aunque perfectible, que sustenta el desarrollo biotecnológico. "Argentina tiene marcos legales, una Ley de Semillas, una Ley de Patentes también del año 95, un decreto reglamentario de esa Ley, tiene resoluciones que se van actualizando", enumeró. Y resaltó el rol del organismo de referencia: "Tenemos este sistema que es la CONABIA [Comisión Nacional Asesora en Biotecnología], que si bien no está por ley, pero es un sistema regulatorio ágil y moderno".

"La CONABIA -como organismo científico-técnico que aprueba los eventos biotecnológicos-, se reúne una vez por mes en Argentina de manera virtual y van trabajando en distintos grupos técnicos para dar estos dictámenes y avanzar en las aprobaciones de las sojas, de los maíces, de los algodones o de lo que estemos hablando en desarrollo biotecnológico", explicó.

También resaltó la dinámica de acercamiento del organismo: "Lo que estamos haciendo es acercar la ciencia, el laboratorio al negocio, al desarrollo en el campo, en las empresas y eso ayuda a tomar mejores decisiones, a empatizar con la urgencia que a veces tienen las empresas y poder trabajar de una manera mucho más eficiente para el país".

El director ejecutivo de ASA vinculó el reconocimiento al inventor con la señal de la macroeconomía, afirmando que el esfuerzo fiscal no debe recaer sobre la innovación, y subrayó que, históricamente, el reconocimiento a la invención es lo que ha impulsado el desarrollo de las grandes potencias.

"En este acuerdo que todavía no conocemos cuál es la letra con Estados Unidos, puede ser importante, lo dice la historia, Estados Unidos se hace la potencia que es porque se lo reconoce al inventor. La sociedad le da esa consideración. Es un intangible", afirmó. Además, Paseyro defendió que "el empresario invierte en investigación y desarrollo, no es el responsable de esa presión fiscal, los productores son los principales destinatarios de la inversión y de la investigación".

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