La profunda transformación del sector agropecuario, impulsada por la necesidad de eficiencia, productividad y sostenibilidad, está siendo liderada por un fenómeno descentralizado: las Startups del Agro. La Argentina se consolida como un centro de innovación en biotech, agrofintech, trazabilidad y riego inteligente, donde el ingenio local genera soluciones disruptivas que alcanzan el mercado global.
Esta fuerza innovadora surge, paradójicamente, de la presión del contexto. Las barreras para desarrollar nueva tecnología nunca fueron tan bajas, pero el desafío de escalar esa innovación en un ambiente hostil produce un darwinismo extremo que solo deja lugar a las propuestas de valor más sólidas.
Esta percepción común fue parte del intercambio que sostuvieron Federico Bert, Gerente de Digitalización de IICA, co-fundador de Agroconsultas y SIMA; Esteban Hernando, Cofundador y Director Científico de Calice; Julia Roulet, Co-founder y CTO de Syocin Bio; y Gustavo Serenelli, Socio de la práctica de Artificial Intelligence & Data de Deloitte Spanish Latin America, durante el Forbes Agro Tech & Campo Summit. El encuentro reunió a líderes del sector para debatir sobre tendencias, tecnología y el futuro de la producción.
Bert puso el foco en la naturaleza deslocalizada de la innovación actual. "La innovación está en estos tiempos totalmente desconcentrada y descentralizada en miles de startups, las barreras nunca fueron tan bajas en la historia para desarrollar tecnología", afirmó, destacando que el resultado son miles de jóvenes empujando nuevas soluciones en toda América Latina. Bert vislumbra "un potencial sin límites" para el sector, con más y mejores tecnologías disponibles para el productor.
Sin embargo, el especialista advirtió sobre el "abismo" que existe entre la fundación de una tecnología y su escalamiento. Subrayó que, a pesar de la efervescencia, "la inversión necesaria para abarcar la enorme diversidad del agro y los altos costos del escalamiento siguen siendo desafíos cruciales". Destacó, además, la necesidad de datos como combustible de este proceso, y la urgencia de articular una sinergia público-privada que no vista antes para dar el salto cualitativo definitivo.
Desde la perspectiva de la biotecnología, Hernando señaló que la dificultad del contexto en el país es, en realidad, una ventaja evolutiva. "Cómo escalar cada desarrollo es parte de lo bueno y lo malo de estar en la Argentina, salen tantas buenas startups porque la presión es enorme, y todo lo que sale es disruptivo", explicó. El cofundador de Calice enfatizó que el científico argentino se acostumbró a trabajar bajo una escasez que obliga a una creatividad de alto impacto, lo que genera un nivel de soluciones "muy superador" al de otros países.
Hernando comparó el agro con un "partido de ajedrez" por sus ciclos, y destacó que "el darwinismo es extremo" en el ecosistema emprendedor. Cree que la clave de la supervivencia radica en la inteligencia detrás del desarrollo, capitalizando el conocimiento ya generado en el país y construyendo engines de aprendizaje basados en datos del pasado. "El gran reto es asegurar que la centralización digital, que ya está cerca, no abrume al productor", señaló.
Por su parte, Roulet llevó el debate al mundo físico, donde la biotecnología enfrenta un desafío de escala mayor. Su empresa desarrolla proteínas de precisión para la próxima generación de biológicos de protección de cultivos. "El modelo de negocios es hacer partnership con las empresas que están transicionando el portfolio de biológicos. Vemos una oportunidad grande de escalar y llegar al mundo", indicó, poniendo en valor el know-how local que permite hacer "cosas muy interesantes con poco".
Roulet resaltó que la validación de tecnologías biológicas que se aplican directamente a la planta o la semilla requiere mayor inversión y tiempos más largos. Además, subrayó el "rol crucial de la Inteligencia Artificial para acelerar procesos como el diseño de proteínas, permitiendo crear soluciones biológicas tan eficaces como las químicas". Sin embargo, identificó el acceso a capital como la barrera principal: los inversores extranjeros, que son esenciales para estas empresas con alta inversión inicial, solo confían cuando ven que "los locales confían" en el desarrollo.

Serenelli analizó el contexto desde la perspectiva de la consultoría y la integración tecnológica. "Nos tenemos que adaptar a un contexto cada vez más complicado, esa adaptación nos permitió como empresas agropecuarias libertad para trabajar en cualquier contexto más desafiante", afirmó, aludiendo a la capacidad evolutiva del sector para "caminar en dos patas".
El socio de Deloitte Spanish Latin America destacó que las empresas más grandes pueden "potenciar a las Agtech actuando como integradores y facilitando la distribución, el financiamiento y la integralidad del análisis". En ese senrido, explicó que para lograr la trazabilidad y la información útil, todos los elementos del proceso productivo deben "dialogar entre sí". Finalmente, planteó la pregunta clave sobre el contexto: si es un entorno "agresivo permite el desarrollo y la evolución o que propicia la extinción", lo cual definirá el futuro del sector.
