Suplementos naturales con sello argentino y producción en EE.UU.: crecen 15% al mes y proyectan facturar US$ 1 millón tras su primer año
Con una inversión inicial de US$ 20.000, dos amigos de la infancia crearon Bloom Life, una marca de adaptógenos que ya tiene presencia en farmacias y tiendas especializadas.

Sebastián Allegretta y Sergio Carpanelli se conocen hace más de 35 años. Unidos por el deporte y el espíritu emprendedor, ambos recorrieron caminos profesionales distintos hasta reencontrarse con una búsqueda en común: encontrar equilibrio entre cuerpo y mente frente al ritmo vertiginoso del mundo moderno. Esa necesidad los llevó a descubrir los adaptógenoshongos y plantas que ayudan al organismo a gestionar el estrés— y, posteriormente, a fundar Bloom Life en 2024.

"Bloom Life surge de nuestra propia transformación. No queríamos crear un producto más, sino una herramienta para que las personas se sientan mejor, más presentes y conectadas con su bienestar", explican los fundadores.

La marca nació a partir de una búsqueda íntima de sus creadores: vivir con energía sostenida, gestionar el estrés con más inteligencia y mantener un descanso profundo. "Descubrimos los adaptógenos y validamos su poder con nuestra propia experiencia. Empezamos a investigar por curiosidad personal, buscando mejorar el foco y la claridad mental, reducir los niveles de ansiedad y conciliar mejor el sueño", relatan Allegretta y Carpanelli.

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La experiencia fue tan transformadora que decidieron crear fórmulas para compartir esos beneficios de forma accesible. Con una inversión inicial de aproximadamente US$ 20.000 financiada con ahorros personales de ambos socios, lanzaron oficialmente la marca en abril de 2024.

Innovación en el formato

Una de las principales diferencias de Bloom Life respecto a la competencia es su apuesta por las gomitas (gummies), además de la tradicional línea de cápsulas. "Las gummies acercan los adaptógenos a personas que buscan practicidad y una percepción más agradable al consumir suplementos", explican los emprendedores, quienes destacan que el 70% de sus clientes eligen este formato por su facilidad de consumo y sabor.

"¡Suplementarse también puede ser rico!", enfatizan con entusiasmo. La clave, según indican, está en usar extractos concentrados y estandarizados, integrados a temperaturas controladas para evitar la degradación de principios activos.

La marca trabaja con cuatro adaptógenos principales: ashwagandha, melena de león, reishi y cordyceps. "Representan el corazón del mundo adaptógeno: equilibrio hormonal y del sistema nervioso (Ashwagandha), salud cognitiva y claridad mental (Melena de León), regulación emocional y descanso profundo (Reishi) y energía sostenida y recuperación física (Cordyceps)", detallan.

Producción en Estados Unidos

Si bien están basados en Argentina, los productos se fabrican en Estados Unidos bajo certificaciones internacionales (gluten free, vegan, non-GMO). "Por la calidad, Estados Unidos ofrece tecnología de extracción avanzada, certificaciones estrictas, proveedores de primera línea y una industria de suplementos con décadas de desarrollo. Eso nos permite asegurar consistencia, pureza y concentración real de adaptógenos", justifican la decisión.

Los fundadores evaluaron producir localmente, pero consideran que "hoy la tecnología de extracción y estandarización disponible en Estados Unidos nos garantiza la excelencia que buscamos".

Desde su lanzamiento, Bloom Life registra un crecimiento mensual sostenido del 15%. Para cerrar este año, la empresa estima alcanzar una facturación cercana a los $ 500 millones. Las proyecciones para 2026 son aún más ambiciosas: apuntan a llegar a US$ 1 millón.

"Dada la reacción del mercado local y la retroalimentación que estamos obteniendo de nuestros clientes, estamos planificando lanzar nuevos e innovadores productos", adelantan los emprendedores.

Los principales motores de crecimiento serán la ampliación del portafolio —con nuevas gummies y fórmulas para performance y longevidad—, el fortalecimiento de canales retail, farmacias, Mercado Libre y ecommerce propio, además de la expansión internacional hacia Uruguay y Chile. @@FIGURE@@

Entre los hitos más destacados desde la fundación, los socios mencionan las alianzas con distribuidores líderes como Greenco, la presencia en cadenas como Tienda Nova, y el respaldo de más de 20 embajadoras que recomiendan la marca, entre ellas Sabrina Mauas, Florencia Raggi, Pía Slapka, Carolina Di Nezio y Lorena Pedace.

Estrategia de posicionamiento

La estrategia de Bloom Life no apunta a la masividad, sino a la construcción de comunidad. "Trabajamos constantemente en el relacionamiento con nuestra comunidad y la cercanía con nuestros clientes. Creemos que las redes sociales son clave para educar sobre el poder que tiene la naturaleza como aliada para nuestro bienestar", señalan.

Con más de 18.500 seguidores en Instagram, la marca se apoya en educación a través de redes sociales y newsletters, creación de experiencias propias de bienestar, y alianzas con profesionales de la salud. "Nuestra estrategia no es masiva: es curada", resumen.

La hoja de ruta para 2026 no solo incluye la expansión regional, sino la entrada en el segmento de la 'nutricosmética' con el lanzamiento de Tremella, un hongo funcional  conocido por sus propiedades hidratantes que potencian la elasticidad y luminosidad de la piel.

La estructura de la startup combina la agilidad emprendedora con el rigor de la gran industria: Allegretta trabajó en compañías como Nestlé, Kimberly-Clark y Compass Group, donde lideró equipos regionales antes de dar el salto al emprendimiento. Carpanelli, por su parte, es un emprendedor multidisciplinario con más de 20 años de trayectoria creando ecosistemas de impacto, además de ser uno de los impulsores de Amanita, un festival en Argentina que fusiona música, arte, talleres y yoga.

"Bloom Life nació de una búsqueda personal y se transformó en un movimiento: elegir con criterio, honrar la naturaleza y construir bienestar que se sostenga en el tiempo", concluyen los fundadores, convencidos de que los adaptógenos se convertirán en un pilar del bienestar moderno, al igual que el yoga y otras prácticas orientales hoy integradas naturalmente en Occidente.