Luego de dos décadas, Petrobras dejará definitivamente Argentina
La petrolera estatal brasileña planifica cerrar sus oficinas en el país como parte de su proceso de desinversión, reducción de tamaño y venta de activos que lleva desde hace años.

A través de un comunicado divulgado en la Bolsa de Valores de San Pablo, Petrobras anunció que planifica cerrar en el futuro cercano sus oficinas en Argentina, Colombia y Uruguay; como parte de su proceso de desinversión, reducción de tamaño y venta de activos en estos países. Su idea es ahorrar unos US$ 13,5 millones en gastos corrientes en la segunda mitad de 2021.

"En estos tres últimos países (por la Argentina, Colombia y Uruguay), hay un proceso de desinversión en curso y la tendencia es que, una vez finalizado, las respectivas oficinas también serán cerradas", señalaba. La empresa concentrará sus actividades comerciales fuera de Brasil en Roterdam (Holanda), Houston (Estados Unidos) y Singapur, ya que considera a Europa, América del Norte y Asia como los tres principales mercados petroleros del mundo. 

El gigante brasileño desembarcó en la Argentina en junio de 2002, luego de adquirir PeCom Energía, por la cual pagó US$ 1125 millones según detalla El Cronista. En aquél entonces el objetivo estaba claro: buscaban convertirse en un gran jugador de escala regional.

Bajo esa premisa, intentó destronar a Shell como segunda jugadora del mercado argentino, apelando a fuertes estrategias de marketing que incluyeron el sponsoreo de clubes de fútbol, tales como Racing y River. Al Millonario lo acompañó varios años en su camiseta, incluso en la época más oscura de su historia, cuando descendió a la B Nacional.

Mientras tanto, en Brasil eran cada vez más las noticias que vinculaban a la compañía con distintos casos de corrupción, que de hecho la llevaron a una situación financiera delicada, pues debió desprenderse de varios activos para pagar las multas y sanciones que se desprendieron de las investigación judiciales.

En Argentina, por ejemplo, en el año 2019 vendió su refinería de San Lorenzo (Santa Fe) junto a una red de 345 estaciones de servicio a Cristóbal López, quien pagó US$ 110 millones por los activos. Y años después, en 2016, vendió la totalidad de sus operaciones en el país a Pampa Energía, el grupo que lidera Marcelo Mindlin, por US$ 892 millones. 

El “combo" incluyó una refinería en Bahía Blanca más 100 estaciones de servicio, acciones de Transportadora Gas del Sur, la central térmica Genelba, la hidroeléctrica Pichi Picún Leufú y varias plantas petroquímicas en Bahía Blanca y Santa Fe.

El proceso de desinversión que inició la petrolera años atrás se aceleró en 2019 con el Gobierno de Jair Bolsonaro.