PepsiCo Argentina planea una inversión superior a los US$ 7 millones en un ambicioso proyecto para reducir el consumo de agua en su planta de Mar del Plata, que procesa 55.000 toneladas de papa anuales y emplea a más de 500 personas. La iniciativa, que incluye procesos de ósmosis inversa, busca reducir el uso del recurso hídrico mediante la reutilización, una medida estratégica en una cuenca acuífera compleja como la de la ciudad balnearia.
Esta inversión se suma a otro monto importante que la compañía destinó a principios de año para inaugurar una nueva línea de producción de Doritos, en el marco de una estrategia de crecimiento que apunta a duplicar el mercado de snacks en los próximos cinco años. Actualmente, solo seis de cada diez hogares argentinos consumen snacks al menos una vez cada tres meses, un índice que contrasta con mercados vecinos como Uruguay, que duplica el consumo per cápita local, o Chile, que lo triplica.
Con una facturación que busca igualar los niveles de 2023 tras el difícil 2024, PepsiCo Argentina produce más de 30.000 toneladas anuales de productos elaborados en sus dos plantas y mantiene vínculos directos con ocho productores agrícolas bajo su programa de sustentabilidad "PepsiCo Positive", que incluye prácticas de agricultura regenerativa y digitalización de procesos mediante inteligencia artificial para optimizar el riego y el uso de fertilizantes. En un mano a mano con Forbes, Diego Serantes, gerente general de Pepsico Alimentos Argentina, compartió su visión sobre el negocio.
- ¿Qué balance hacés de 2025 hasta ahora y cómo proyectás el cierre del año?
Para nosotros el balance es positivo, sobre todo mirando hacia adelante. Los consumidores —y nosotros mismos como tales— cambiamos nuestras prioridades y nuestros gastos. Antes había más tendencia al stockeo; hoy vemos que la gente tuvo que reordenar su presupuesto: los servicios públicos y privados ganaron relevancia, aparecen opciones de crédito para bienes durables —lo que me parece muy bueno— y el consumo masivo está encontrando su nuevo lugar.
Este año no está siendo fácil para el consumo masivo. El consumidor argentino decide minuto a minuto y mantiene un consumo relativamente estable, pero con potencial de crecimiento, especialmente en las categorías asociadas al disfrute. Aunque seguimos atravesando los efectos de la recesión del año pasado, el consumidor no quiere resignar sus momentos de disfrute. Lo vemos en el interés por recitales, turismo y, en lo cotidiano, en el paso por el kiosco para comprar un snack y una gaseosa.
Por eso tenemos una mirada expectante: creemos que el consumidor seguirá buscando ese disfrute, con una ecuación de valor más equilibrada. Hoy no se fija solo en el precio, sino que es más exigente y espera más de nosotros. Eso nos pone en una oportunidad muy interesante. En nuestras categorías, especialmente en snacks, vemos un gran potencial.
- ¿Qué está demandando hoy el consumidor? ¿Mira precio, calidad, sabores? ¿Cómo está cambiando su comportamiento?
El consumidor, primero, está ávido de más información. Es un consumidor que me gusta, que está en la calle, que decide, que va de un lado para el otro y toma decisiones no exclusivamente por precio. Pide calidad y nos exige en esa ecuación de valor con el precio. Mira a la competencia, mira el mercado como un todo, toma decisiones y nos pide información. Valora a las compañías que seguimos apostando por ellos a pesar de todo.
Te doy ejemplos concretos. Venimos trabajando para contar que nuestras papas fritas Lay's están compuestas solo por papa, aceite y sal. El consumidor no lo sabía y lo valora muchísimo. Además, hicimos un trabajo muy importante en nuestra planta de Mar del Plata para certificar y lanzar el sello sin gluten en las Lay's. ¿Sabés qué nos dijo el consumidor apenas aparecieron los sellos en la calle? "Gracias". Argentina es de los países con más porcentaje de celíacos en su población, tanto en adultos como en chicos, y esto es muy relevante para ellos.
A eso se suma que, en nuestra categoría, las novedades son súper importantes. El consumidor disfruta cuando aparece un nuevo sabor. Fuimos los que arrancamos hace unos años con el segmento de picante y seguimos trabajando con marcas como Doritos o Tostitos, hechas de maíz. Tenemos un portafolio muy amplio, variedad de tamaños, y marcas locales como Pehuamar, donde innovamos con sabores argentinos como chimichurri y matambrito a la pizza. Imaginate, fue súper bien recibido por los consumidores.
Creo que el consumidor es exigente, pero en el buen sentido. Nos pone desafíos normales, comunes al resto del mundo, y nos obliga a desafiarnos de una manera distinta.
- La planta está en Mar del Plata, ¿no?
Tenemos dos plantas. Nuestro negocio principal es el de snacks, que está en Mar del Plata, en plena zona papera, muy cerca de Balcarce y Otamendi. El principal insumo que usamos es papa: entran unos nueve camiones por día a la planta. Es fantástico ver las líneas de producción lavando, pelando, cortando la papa y poniéndola en los paquetes.
Nuestra planta más importante está ahí, en la zona agrícola, donde además tenemos maíz, aceite y trigo. Y tenemos también una planta más chica en Barracas, donde producimos avena con nuestra marca Quaker.
- ¿Podés contarme un poco del tamaño de la planta de Mar del Plata, cuántas personas trabajan allí o cuánto se produce por año?
Arranco por el agro. Con productores sembramos y cosechamos 55.000 toneladas de papa al año, solo de papa. Es increíble. Tenemos una relación muy cercana con ocho productores, con los que trabajamos en eficiencias, en digitalizar la cadena de valor y en lo que llamamos la agenda PepsiCo Positive, que incluye la agenda de sustentabilidad.
A partir de esa producción en el campo, este año vamos a superar las 30.000 toneladas de productos elaborados, no solo de papa. En la planta trabajan más de 500 personas. Es una planta muy linda y muy relevante: es de las más importantes que tiene la ciudad de Mar del Plata. Estamos en el Parque Industrial, junto a otras compañías, pero nuestra planta es muy significativa para la ciudad.
-¿Lo que se produce en la planta de Mar del Plata es para consumo local o también exportan?
Principalmente es para consumo doméstico, pero exportamos a Uruguay y a Paraguay, que no tienen plantas. Al ser productos agroindustriales y al tratarse de papas, la vida útil es corta, por lo que solemos tener plantas en distintos países.
- ¿Cuál es el producto más vendido? ¿Las Lay's clásicas, o hay alguna otra estrella en la cartera?
En la categoría de snacks, nuestra marca más vendida es Lay's. Es la marca líder del mercado, la número uno, y dentro de ella, las Lay's clásicas (papa, aceite y sal) son las más consumidas. También tenemos otros productos con sabores muy relevantes. Ahora, si hablamos de la "vedette", lo que estamos viendo es que Doritos, nuestra marca de tortilla de maíz, tiene un crecimiento y potencial espectaculares. Su posicionamiento es bien específico y muy atractivo para los consumidores, principalmente porque el producto es increíble. Es un proceso de producción muy complejo, y si bien en México las tortillas de maíz son muy relevantes y marcas como Doritos o Tostitos son enormes, acá todavía no es tan grande. Sin embargo, el consumidor argentino está abierto al mundo, y el crecimiento que tiene por delante es increíble.
-El guacamole y la palta se pusieron muy de moda en los últimos años. ¿Esto tracciona las ventas de Doritos?
Nuestra marca Doritos en general no está pensada para "dipear", porque ya tiene un sabor a queso, lo que permite consumirla directamente del paquete. Sin embargo, Tostitos, que también es una tortilla de maíz, está enfocada en el "dipeo". Estamos trabajando mucho en esa marca, incluso reduciendo el sodio, para que sea una opción atractiva y pensada para ese momento de consumo, que explotó después de la pandemia y que se ha convertido en un momento de disfrute muy valorado.
-¿Podés adelantar algo sobre futuros lanzamientos o proyectos para lo que queda del año o para 2026?
En cuanto a lanzamientos, hay muchísimos. El consumidor siempre está buscando más. Algo que ya estamos viendo en las góndolas es el resultado de un trabajo fuerte en el segmento de picantes, que no solo atrae a los consumidores más jóvenes, sino a todo tipo de público que busca experiencias diferentes.
Lanzamos nuestra línea Flamin' Hot hace un año y medio y seguimos innovando. La idea es agregar picante a diferentes productos. Ahora tenemos Doritos Dinamita, que es una tortilla enrollada con un sabor espectacular. Es picante, pero es un picante más argentino, sabroso. También lo tenemos en la línea Lay's. Y para aquellos que buscan una experiencia un poco más extrema, estamos lanzando una versión aún más picante de Doritos Dinamita.
-¿El nuevo sabor picante es con merken?
No es con merken, pero tiene un toque alimonado y un poco de sabor a queso. Es un picante muy rico. También lo estamos lanzando en nuestra marca Rueditas, un producto a base de trigo muy popular. Nos preguntamos: "¿por qué no traerlo en picante?". Así que estamos en eso. A principios de año también lanzamos un Doritos Sweet Chili, con un picante más dulzón.
Además, de acá a fin de año, vamos a seguir trabajando muy fuerte en nuestra marca Tostitos. Queremos agregarle valor al producto y a su formato, para que se enfoque aún más en el "dipeo".
¿2026? Es un año de Mundial, lo que significa que será un año de juntadas y de disfrute. Creo que será un año muy lindo para los argentinos. Creo que ese es un espacio muy lindo y nosotros, como compañía, queremos estar muy cerca de los argentinos en ese momento.
-¿La apertura de importaciones cambió las estrategias o encendió alguna señal de alerta, considerando que ya hay marcas internacionales muy instaladas?
Lo veo de una manera muy positiva: estamos volviendo a ser un país normal. La llegada de nuevos competidores es bienvenida, ya que ayudan a crecer la categoría y a dar más opciones a los consumidores. Si bien somos un país muy enfocado en productos de panadería y galletas, el mercado de snacks aún tiene mucho potencial.
La competencia nos obliga a ser más eficientes. La apertura de importaciones nos da la posibilidad de tener más proveedores y opciones para trabajar, lo que se traduce en una mayor eficiencia. Esa eficiencia luego se reinvierte para ofrecer un mejor valor al consumidor. Hoy, el consumidor no solo busca stock, sino que calibra constantemente la ecuación entre precio y valor.
Estamos trabajando fuertemente en una agenda de digitalización de punta a punta. En el área de agricultura, usamos inteligencia artificial para optimizar el riego y el uso de fertilizantes en los cultivos de papa, lo que hace que los productores sean mucho más eficientes.
Dentro de las plantas, la digitalización nos ayuda a ser más eficientes en la planificación y en el movimiento de productos. Esta digitalización también llega a los kioscos, donde trabajamos con 58 pymes distribuidoras (que llamamos "socios" del programa Rumbo). Queremos que los kiosqueros puedan hacer sus pedidos directamente de forma digital, para que los distribuidores se enfoquen en la ejecución. En una categoría como esta, si no te encontrás de frente con una bolsa de papitas, puede que no te tientes a comprar, así que la visibilidad en el punto de venta es clave.
-La idea de que el producto te tiente en ese momento, ¿es fundamental?
Tiene que estar ahí, adelante. Si te tienta, lo vas a consumir. Por eso, ejecutar de la mejor manera es clave: tener la ecuación de valor correcta, el portafolio, los tamaños y el precio adecuados. Es un desafío complejo, pero muy lindo, que enfrentamos junto a nuestros socios distribuidores. La digitalización es fundamental no solo para ser más eficientes, sino para usar esa eficiencia en beneficio del consumidor.
-¿Cuál es el objetivo, en términos de negocio, para el próximo año?
Compararnos con 2024 no tiene mucho sentido, porque fue un año muy difícil. El consumidor dejó de comprar productos no esenciales y vimos una baja en la cantidad de hogares que consumen nuestra categoría. Sin embargo, este año muchos de esos consumidores están volviendo. Nuestro objetivo es cerrar el año en línea con 2023, lo que sería un buen indicador. Pero, mirando a largo plazo, mi meta es duplicar la categoría en los próximos cinco años. Creo que el potencial está ahí, latente en los 45 millones de argentinos que somos, que están ávidos por el disfrute. El potencial es supergrande.
-¿Sabés cuántos hogares argentinos consumen snacks?
En la actualidad, un poco más de la mitad de los hogares consume snacks. Para ser más exactos, seis de cada diez hogares compran snacks por lo menos una vez cada tres meses.Nosotros consideramos un segmento más amplio, los "macro snacks", porque la competencia no es solo con otros snacks salados, sino también con productos dulces como galletas o chocolates. El consumidor hoy puede querer algo dulce y mañana algo salado, y los macro snacks incluyen desde el desayuno hasta un chocolate a fin de día. En ese segmento de macro snacks, nuestra penetración es del 60%, lo que nos deja un gran potencial de crecimiento.
-¿Con qué mercado se comparan? Brasil o Estados Unidos, por ejemplo, son grandes consumidores de snacks.
Brasil pasó por un camino similar. Ellos están unos cinco años por delante, con un consumo per cápita de 1,6 kilos, mientras que nosotros tenemos uno de 1 kilo.
Uruguay, que es un mercado muy parecido al nuestro, tiene el doble de consumo per cápita. Comparten el mate, los asados y las juntadas, pero su consumo de snacks es mucho más alto. Si cruzamos la Cordillera a Chile, el consumo es el triple. Ni hablar de México, con 6 kilos, o Estados Unidos, con 10, que son consumos bestiales.
El potencial de crecimiento está ahí, muy cerca, en mercados parecidos a los nuestros. Creo que es más simple de lo que parece: se trata de darles a los consumidores opciones de formatos, tamaños y marcas de buena calidad. Nosotros debemos liderar esto. Luego, la clave es la ejecución: asegurarnos de que el producto esté disponible en cualquier punto de venta, ya sea una carnicería, un kiosco, un cine, un recital o un estadio de fútbol. Si nuestra marca está ahí, el consumidor la va a consumir. Ese es nuestro desafío.
-¿Cuántas personas trabajan en PepsiCo Argentina?
Hoy, trabajan entre 900 y 1.000 personas para PepsiCo Argentina, y la mitad de ellas está en Mar del Plata.
- ¿Tenés planes de ampliar la operación o de mantenerla como está para el próximo año?
La proyección es crecer. La manera de lograrlo es invirtiendo, y el foco estará en el desarrollo de snacks. También continuaremos creciendo con nuestra marca Quaker, que representa un consumo más saludable y es una marca espectacular. La apuesta de crecimiento está en Mar del Plata, donde seguiremos invirtiendo. Un proyecto muy interesante en el que estamos trabajando es para eficientizar el uso del agua en la planta. Mar del Plata es una cuenca acuífera compleja y el consumo de agua para lavar las papas es grande. Con este proyecto, buscamos reducir el consumo de agua casi por 5, reutilizándola al máximo. Es una inversión muy grande y relevante para la ciudad.
-¿Podés dar una cifra de la inversión?
Es una inversión muy grande y compleja, ya que implica procesos de ósmosis inversa. Pero para dar un número, supera los US$ 7 u US$ 8 millones. A principios de año también inauguramos una nueva línea de Doritos (tortillas), que fue una inversión del mismo nivel y que busca, como objetivo único, crecer. Estamos muy comprometidos y entusiasmados, a pesar de que el contexto aún no es el que quisiéramos.