Enrique Shaw, empresario argentino y referente del pensamiento empresarial cristiano, será beatificado. Así lo confirmó el Vaticano a través de su boletín diario.
Nacido el 26 de febrero de 1921 en París y fallecido en Buenos Aires el 27 de agosto de 1962, Shaw estuvo vinculado tanto al desarrollo de Pinamar como a una de las principales compañías industriales del país. Fue director de la cristalería Rigolleau, empresa emblemática de la industria argentina en la década del 50.
En 1943 se casó con Cecilia Bunge, hija del fundador de Pinamar, con quien tuvo nueve hijos. De fuerte compromiso social y religioso, participó activamente en la Acción Católica y en el Movimiento Familiar Cristiano. Además, junto con otros empresarios, colaboró en 1946 con la organización de ayuda a la Europa de la posguerra.
Shaw fue fundador y primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), desde donde promovió la Doctrina Social de la Iglesia aplicada al mundo de los negocios. Su mensaje resultó contracultural para la época: sostenía que la fe y la empresa no solo podían convivir, sino que debían integrarse.
Convencido de que el trabajo debía respetar la dignidad humana, impulsó relaciones laborales basadas en el diálogo, la justicia y el respeto. Esa mirada se tradujo en decisiones concretas: fue uno de los promotores del salario familiar en la Argentina, una medida pionera que buscó que la remuneración contemplara no solo la tarea realizada, sino también la responsabilidad de sostener un hogar.
Para Shaw, el salario no podía reducirse a una cifra abstracta, sino que debía garantizar una vida digna. En 1955, durante el período de persecución religiosa que siguió a la quema de iglesias y al enfrentamiento entre el Estado y la Iglesia, fue detenido debido a su compromiso público con la fe católica.
El camino hacia la beatificación
En abril de 2021, el papa Francisco declaró venerable a Enrique Shaw al reconocer sus virtudes heroicas. En enero de 2025, el milagro atribuido a su intercesión superó la evaluación médica y recibió la aprobación de la Comisión Teológica.
El milagro que se le atribuye es la curación científicamente inexplicable de un niño de seis años que había sufrido un grave traumatismo craneal tras ser golpeado por un caballo. El menor quedó inconsciente y debió ser trasladado de urgencia por vía aérea para recibir atención especializada.
El 17 de junio, la Comisión de Teólogos avaló de manera unánime la oración de intercesión y los frutos del milagro. Luego, la comisión de obispos y cardenales del Dicasterio para las Causas de los Santos dio su parecer favorable, habilitando formalmente el camino a la beatificación.
