GNZ renueva su imagen y proyecta abrir una línea de sastrería para mujeres
Sastrería González proyecta cerrar el año con una facturación cercana a los $ 3.000 millones y prepara el lanzamiento de sastrería femenina para fin de este año.

Alejandro Pernas, CEO de GNZ (Sastrería González), es un apasionado de la industria y no escatima a la hora de comprar maquinarias para invertir en su negocio. “Siempre dije: Creo que no tendría industria si no tuviera comercio. Sí, podría tener comercio sin una industria atrás, sería más saludable y menos estresante. Pero, yo creo que la industria requiere tener distintos módulos de comercialización y tratar de encontrarle el beneficio a cada uno”, explica Pernas, al frente de un equipo de 200 personas.

Pernas comenzó en el rubro de la moda masculina en 1983. Su padre había comprado en sociedad con un cuñado el fondo de comercio de un local pequeño, ubicado en una galería en el centro de Buenos Aires, luego de independizarse de la firma Modart, donde trabajó 33 años. 

Al mes de esa adquisición, el tío se bajó de la sociedad tras considerar que no era negocio y que ese local había que venderlo. Fue ahí cuando Alejandro decidió comenzar a trabajar con su papá a fin de respaldarlo en su decisión de continuar.

“Yo soy técnico electromecánico, estudiante de ingeniería y trabajaba en telefonía en ese momento. Digo, de sastrería, de comercio y de trapos, en ese momento, no sabía nada… me fui desarrollando con mi padre, el cual me enseñó todo lo que sé hoy. Lógicamente, después uno le va agregando la impronta propia”, cuenta el empresario.

 

En esos años, las grandes marcas tradicionales de indumentaria masculina, como Casa Muñoz o Modart, tenían sus cadenas de tiendas y sus respectivas fábricas de sastrería y camisería que los abastecía.

Con experiencia en lo comercial, en 1986, Alejandro decidió independizarse y ponerse a fabricar. Realizó cursos y se desarrolló en moldería y sastrería hasta que un día resolvió expandirse. Alquiló un local y empezó con tres personas, cortando, cosiendo, planchando y tercerizando algunas partes. Luego, invirtió en maquinarias, a medida que otras fábricas iban cerrando. Económicamente, se fue retroalimentando con las utilidades que iba generando el mismo negocio. 

Con el tiempo generó Confecciones Seman SA, una sociedad que preside y desde la cual confecciona para otras marcas, dado que posee una planta propia en Capital Federal. 

Su relación con los González

“Nosotros, como industria, éramos proveedores de Sastrería González, la emblemática sastrería que vistió a presidentes, deportistas y empresarios de renombre”, relata el emprendedor. 

Cuando los González decidieron vender la sastrería, dieron prioridad en la venta a los Pernas (dueños actuales) por la relación que los unía. Fue así que ellos compraron la firma en 1999, tomando el desafío de reposicionar la marca a su mejor época, los años 60-70.

De izq. a der.: Alejandro y Nicolás Pernas.

En la actualidad, GNZ (Sastrería González) empezó a tener vuelo propio. De hecho, hace unas semanas arribó a la pasarela de Buenos Aires con una nueva colección que incorporó tendencias internacionales e innovación. Convirtió el Aeropuerto Internacional de Ezeiza -con la nueva terminal recientemente inaugurada- en un espacio de acción para presentar Destino GNZ. La colección -que tiene propuestas para las distintas generaciones de la misma familia- se destacó por los trajes cruzados y pantalones pinzados, beige y gris como tonos predominantes para esta temporada. También presentaron una línea más sport.

Ventas y precios

El 2022 fue muy favorable producto de los eventos. Cerraron el año, entre industria y comercio, con una facturación estimada en $ 1.400 millones y para este año proyectan duplicar el monto.

“En lo que es la sastrería formal, el 90% de lo que vendemos son trajes para eventos”, detalla Pernas. No obstante, aclara que este 2023 el consumo cayó un poco. “Se está dando lo que teníamos en mente, que era entre un 15%-20% menos en ventas de unidades”.   

Hoy, tienen una producción de mensual de 3.600 sacos, 3.200 pantalones y a partir de la pandemia, montaron una línea de fabricación de camisería, están confeccionando 2.000 camisas por mes.

gnz en patio bulrich 1

Respecto a los precios, las camisas oscilan entre $ 40.000- $ 150.000, los sweaters van desde $6 0.000 hasta $ 150.000, las camperas de cuero desde $ 200.000 hasta $ 250.000 y los sacos desde $ 160.000 hasta $ 690.000, entre otros artículos. La marca cuenta con promociones y financiación. 

Tenemos proyección de hacer sastrería femenina pero siempre con la misma consigna, las mismas materias primas que usamos para el hombre premium usarlas para la mujer. Lógicamente, estamos apuntando en este caso a un negocio de volumen”, cierra Pernas.