Forbes Argentina
16 Agosto de 2023 20.17

Florencia Radici Forbes Staff

En la nueva edición de Forbes, Don Mario, unicornio del Campo

La principal proveedora de genética en semillas de soja, que facturará US$ 850 millones e invertirá US$ 150 millones en I+D en 2023, habla sobre los próximos pasos de la internacionalización. Cómo fue la transición de la empresa fundada por su padre, Gerardo.

El 45% de la soja que se planta en el mundo tiene genética de Grupo Don Mario (GDM). El dato es clave para entender la evolución y el crecimiento de la empresa que fundó Gerardo Bartolomé en Chacabuco hace 41 años y que hoy lidera Ignacio (36), su hijo. GDM es la principal proveedora de genética en semillas de soja y sus números sorprenden: factura US$ 850 millones, emplea a 1.500 personas, está presente en más de 15 países y este año va a invertir US$ 150 millones en Investigación y Desarrollo (I+D). 

Ignacio Bartolomé
 

En la década del 80, cuando la soja era todavía un cultivo nuevo, Gerardo creó Don Mario (hoy GDM) junto a cuatro socios. 

Su visión: la soja era un cultivo que crecía en la Argentina pero que estaba más desarrollado en EE.UU., donde había condiciones climáticas y de suelo similares. Entonces, ¿por qué no intentar alcanzar rindes similares? Ingeniero agrónomo, se dedicó a investigar y entendió que la clave estaba en la genética y el tipo de variedades utilizadas. Así, trajo las primeras variedades desde EE.UU. 

Si bien funcionó al principio, en la siguiente década detectó que a las variedades estadounidenses les faltaban “gadgets” para adaptarse mejor al suelo argentino. 

Ignacio Bartolomé
Ignacio Bartolomé

Ahí empezó la etapa de mejoramiento para Argentina enfocado en Argentina. Estos avances se tradujeron, por ejemplo, en cosechas más cortas y aumento de la productividad. Los 90 fueron la década del mejoramiento genético, a medida que la soja crecía en superficie cultivada en el país. 

El siguiente paso: la internacionalización. Los países elegidos fueron los limítrofes, que compartían suelo y clima. 

A principios de los 2000 le llegó el turno a Uruguay. Terminando esa década, llegó otro cambio en el modelo de negocio: pasó de la venta directa el productor a hacer mejoramiento genético, licenciándoselo a las semilleras, y son estas las que les venden a los productores. “Es un negocio más parecido al del software. Fue un cambio muy importante y visionario, porque ayudó a que la compañía pudiera liberar recursos de capital de trabajo para invertirlos en I+D, lo cual mejoró el producto y nos ayudó a crecer”, explica Ignacio, CEO de GDM desde hace dos años, cuando reemplazó a su padre en la posición. El siguiente mercado internacional: Brasil, que hoy representa el 65% del negocio. 

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