Adecoagro cerró en las últimas horas una operación que reconfigura el mapa industrial del agro y vuelve a poner a una cripto en el centro de una jugada de economía real. Con un pago de US$ 600 millones a YPF, la compañía completó la compra de Profertil y pasó a controlar el 90% del mayor productor de urea de Sudamérica; el 10% restante quedará en manos de ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas).
La compra completa una transacción en dos tiempos. En una primera etapa, Adecoagro y ACA habían pagado una suma equivalente por la mitad que estaba en manos de la canadiense Nutrien; ahora, con la aprobación del directorio de YPF para vender su 50% restante, se terminó de cerrar un deal que, en la práctica, ronda los US$ 1.200 millones por la totalidad del activo. @@FIGURE@@
Detrás del movimiento hay un actor que busca ampliar su huella en la Argentina más allá de la industria cripto. Tether, emisora de USDT, que en marzo selló su desembarco como accionista de control en Adecoagro con una operación superior a US$ 600 millones para alcanzar al menos el 51% del capital (y con la opción de subir más). En palabras del propio management, la llegada de Profertil es “transformadora” para la escala de la compañía.
“Esta adquisición representa un hito transformador para Adecoagro. Amplía considerablemente nuestra escala. Profertil se encuentra en una posición privilegiada como productor de urea de bajo costo, aprovechando el vasto potencial de Vaca Muerta”, afirmó Mariano Bosch, CEO y cofundador de Adecoagro. En esa misma línea, la empresa anticipó un salto de tamaño: con Profertil, proyecta superar los US$ 2.000 millones en ventas, con un impacto directo sobre su capacidad de generar EBITDA y resultados netos. @@FIGURE@@
Profertil: del fertilizante al “gas convertido en comida”
Profertil es una pieza particular dentro del rompecabezas de Vaca Muerta porque traduce gas en un insumo crítico para la productividad agrícola: produce alrededor de 1,3 millones de toneladas de urea granulada (y también amoníaco), y tiene una ubicación estratégica en el polo petroquímico de Bahía Blanca, con logística para atender el mercado local y exportar. Esa conexión, energía barata + industria + agro, es el corazón del negocio.
En el mercado, la lectura es clara: la venta de YPF no solo fue una decisión de portafolio, sino también una forma de destrabar el cuello financiero de la expansión. La discusión venía de larga data y, según fuentes citadas por medios locales, el proyecto de duplicación necesitaba inversión y músculo de fondeo para no perder la “ventana” del RIGI. @@FIGURE@@
La apuesta grande: US$ 1.500 millones para duplicar capacidad y bajar emisiones
El punto más relevante hacia adelante no es solo quién se quedó con Profertil, sino qué puede hacer con ese activo. Sobre la mesa está el proyecto histórico para construir una segunda planta, una inversión estimada en más de US$ 1.500 millones, con un objetivo doble: más que duplicar la producción y mejorar la huella de carbono mediante captura de CO₂ y mayor eficiencia de recursos.
A diferencia de otros proyectos industriales que chocan con permisos, disponibilidad de tierra o infraestructura, Profertil corre con ventaja. Los terrenos para la ampliación ya están reservados desde hace décadas, contiguos a la planta actual en Bahía Blanca, lo que reduce fricciones y tiempos de ejecución cuando se toma la decisión final de inversión.
En términos macro, el impacto potencial es relevante para la balanza comercial y competitividad del agro. Con la expansión, fuentes del sector estiman que se podrían sustituir importaciones de fertilizantes por unos US$ 600 millones y, además, dejar un saldo exportable, con Brasil como destino natural por escala de demanda. @@FIGURE@@
¿Qué gana Tether con esta expansión “real”?
Tether viene construyendo una narrativa de diversificación. El objetivo es pasar de ser “solo” el emisor de una stablecoin a convertirse en un holding con exposición a negocios productivos. La compra de Adecoagro fue el primer gran paso en Argentina; Profertil es el segundo, y le agrega una pata industrial pesada, dolarizable y con lógica de commodities.
En otras palabras, el “pulpo” cripto no solo se está comprando exposición al agro sino que además está tomando posición sobre un eslabón donde la Argentina puede jugar con ventaja si el gas de Vaca Muerta se vuelve un insumo industrial estable y competitivo.
Según el último informe de Tether, presentado al 30 de septiembre de 2025 (Q3 2025) y elaborada por BDO, la compañía informó un beneficio neto acumulado en 2025 superior a US$ 10.000 millones, con reservas totales por US$ 181.223 millones frente a pasivos por US$ 174.445 millones (de los cuales US$ 174.357 millones corresponden a tokens emitidos), lo que deja un excedente de reservas de US$ 6.778 millones como “colchón” financiero.
Parte de la reinversión de esa ganancia se destinó a compras como la de Adecoagro y, ahora, la de Profertil. También registró compras en empresas como Generative Bionics, que desarrolla robots, o la compra de oro que, según el último registro, ya acumula más de siete toneladas. @@FIGURE@@
Lo que sigue: RIGI, gas y timing
El desafío inmediato para convertir el plan en obra es triple: ingeniería definitiva, financiamiento y, sobre todo, disponibilidad de gas para la industria. En el sector señalan que el RIGI funciona como marco, pero que el proyecto necesita condiciones de financiamiento internacional y previsibilidad macro para ejecutarse.
Si esa ecuación cierra, Profertil podría pasar de ser un activo estratégico a ser una plataforma de expansión: más producción local, menos importaciones, exportaciones regionales y un upgrade ambiental que hoy pesa en el costo de capital y en el acceso a mercados.
Para Adecoagro, el deal es un salto de escala y diversificación. Para Tether, es una señal: su apuesta por Argentina ya no se juega solo en billeteras cripto o trading, sino en plantas, capex y moléculas. Y en ese tablero, Profertil es una ficha mayor.