La historia de Cocos comenzó a escribirse en una cena en 2018. Esa reunión cruzó por primera vez a Ariel Sbdar y Nicolás Mindlin. Sbdar es quien más conoce el mundo financiero: fue Jefe de Estrategia en el BIND, trabajó en el área de Fusiones y Adquisiciones (M&A) del Banco Macro y formó parte de la mesa de dinero de Allaria Ledesma. Mindlin, por su parte, es Ingeniero Industrial del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), fue Director de M&A y Estrategia de Pampa Energía -una de las compañías de energía más importantes del país que pertenece a su padre, el empresario Marcelo Mindlin- y se desempeñó como CFO allí por tres años.
En esa charla detectaron una oportunidad: un público joven y ávido de operar con criptomonedas, pero que ignoraba las herramientas del mercado de capitales tradicional. "Toda esa gente no conocía las herramientas del mercado de capitales que nosotros sí conocíamos y que tenían mucho valor para los usuarios", explica Mindlin, cofundador de Cocos. El contexto era, además, particularmente desafiante. En 2020, Argentina atravesaba un "doble Nelson" con la pandemia y un bear market que impulsaba la fuga de capitales. En ese momento, el gran negocio en la industria financiera era precisamente ese: la huida. "El gran negocio era irse de Argentina. Todas las ALyC (Agente de Liquidación y Compensación) se dedicaban a hacer canje para llevarse la plata", recuerda Sbdar, evidenciando un panorama que ellos interpretaron como una oportunidad para construir. Así, mientras muchos innovaban para ir por fuera de la regulación, ellos vieron el potencial en ofrecer lo que el mercado más regulado ya tenía, pero de una forma simple y accesible para el usuario. "Nadie estaba innovando en dólar MEP, en la operativa con el AL30 o en los fondos comunes de inversión", dicen. Fue ahí donde identificaron el nicho de Cocos.
A diferencia de muchas fintechs que nacían con grandes rondas de inversión externa, Cocos apostó por un camino singular. Con un capital inicial de US$ 50.000, invertido por sus propios fundadores para adquirir una licencia de ALyC, la empresa se vio obligada a una gestión extremadamente eficiente. "No haber levantado capital nos jugó a favor porque nos obligó a hacer algo sustentable. Y para ser sustentable tenés que hacer productos que realmente agreguen valor. No tenés forma de atraer usuarios o clientes regalándoles algo. Fue la única inyección de capitales que hicimos para la compañía", subraya Mindlin.

Esta filosofía de rentabilidad y eficiencia se grabó a fuego en la cultura de la empresa, que hoy tiene más de 150 empleados. La estrategia de Cocos se centró en construir un producto que ofreciera valor genuino. "El crecimiento viene de armar un producto que le sirve a alguien y que a nosotros nos genera revenue", asegura Sbdar, destacando el asombro de los inversores al conocer el EBITDA y el cash flow de la compañía. El enfoque en la eficiencia no se limita al modelo de negocio, sino que está en el ADN de su desarrollo tecnológico. "El core de Cocos lo construimos nosotros, no es tercerizado", resalta Mindlin, y señala que esta infraestructura propia es la que les permite procesar más de 20.000 transferencias diarias y ser un actor crucial en el sistema financiero.
De acuerdo a los fundadores, Cocos es hoy el segundo operador en volumen de bonos en BYMA y uno de los más relevantes en derivados en A3. La compañía cuenta con más de 1 millón de cuentas comitentes, más de 2.300 clientes pyme e institucionales y US$ 1.500 millones de activos bajo gestión (AUM). Desde hace dos años tiene seis FCI administrados por Cocos Asset Management, cinco calificados por Moody's Argentina y US$ 700 millones en activos. "Tenemos una mesa de dinero con 30 personas, en la que damos servicios a clientes institucionales y corporativos. También tenemos clientes de alto patrimonio que no quieren operar por la app y tienen su asesor", detalla Sbdar.
La hoja de ruta hacia la "full app" financiera y la apuesta bancaria
Tras consolidarse en el sector de las inversiones, Cocos amplió sus horizontes. Ofrece servicios de pago, como Pix en Brasil, y una tarjeta MasterCard internacional que permite pagar en dólares sin impuestos. También sumó la posibilidad de operar crypto y dólar oficial. "Somos líderes en pagos internacionales, con más de US$ 18,2 millones procesados con tarjeta Cocos en 50 países", aseguran los fundadores.
Sin embargo, no se quedaron con eso y en agosto de este año anunciaron la adquisición de Banco Voii, operación pendiente de aprobación por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Voii nació en 2014 cuando Walter Grenón, quien presidía la entidad, su empresa Nexfin y Arroyo Ubajay adquirieron el 99,9% del capital accionario de MBA Lazard Banco de Inversiones. "No recuerdo ningún otro caso de una ALyC comprando un banco", comenta Sbdar. Aunque no trascendió la cifra que pagaron para hacerse con ese nuevo activo, el empresario asegura que -al igual que en sus inicios- lo harán sin capital externo.
Cuando se concrete la adquisición, Cocos sumará unos 60 empleados que tiene Voii y una sucursal, ubicada en su oficina central. Pero el objetivo es claro: convertirse en una full app de finanzas, ofreciendo todos los servicios bancarios con la agilidad de una fintech. "Hoy ofrecemos productos bancarios (como la posibilidad de operar dólar oficial) o pagos, pero siempre necesitamos los servicios de algún tercero, de algún banco, para poder hacerlo", asegura Mindlin. Y explica la necesidad de verticalizar su operación para controlar la experiencia del usuario y los márgenes: "Cuanto menos dependamos de terceros, mejor. Cuando algo falla el culpable somos nosotros".
La visión de los fundadores es que el BCRA impulsará una flexibilización para bancos y una mayor regulación para otros actores, consolidando el mercado en un ecosistema donde los jugadores más fuertes, aquellos que ofrezcan un servicio completo y regulado, serán los que sobrevivan. Más allá de la infraestructura y la tecnología, el principal activo de Cocos, según Sbdar y Mindlin, es la confianza. Conscientes de que manejan los ahorros de sus usuarios, los fundadores construyeron una sólida comunidad digital a través de la cercanía y la educación financiera. "Nuestra sucursal está en las redes y la confianza que generamos con nuestros usuarios es que saben quiénes somos", dice Sbdar, en referencia a la comunicación one-to-one que él mismo lidera, desmitificando el mundo de las inversiones y generando un engagement profundo. "El 90% de nuestros usuarios sabe quién es Nico y quién soy yo", añade.
Cocos aspira a ser el destino para los ahorros a largo plazo. "No querés tener tu plata a largo plazo donde usás la plata del día a día. Para gestionar tus ahorros está Cocos", ejemplifica Sbdar.
Próximos pasos
El año pasado, Cocos registró una facturación de US$ 30 millones. Para este año, proyecta que crecerá hasta los US$ 60 o US$ 70 millones. Para los empresarios, el panorama de los ahorros argentinos experimentó una transformación significativa en los últimos años. Si bien una parte del patrimonio de los clientes de más alto poder adquisitivo sigue estando offshore, la tendencia de enviar la totalidad de los dinero al exterior disminuyó considerablemente. "Este cambio se debe a la emergencia de un mercado financiero local más robusto, donde se impulsaron nuevos productos que ofrecen mayor seguridad y rentabilidad. La percepción de la seguridad jurídica se fortaleció, haciendo que los ahorristas se sientan más confiados al custodiar sus activos, como bonos y otros papeles, dentro del país", admite Sbdar, que suma también el peso de "una relativa estabilidad cambiaria en el último tiempo", que generó una mayor tracción en las inversiones en pesos, con productos como fondos, cuentas remuneradas y Lecaps ganando popularidad.

Además, se percibe un inversor más consciente. "La llegada de plataformas como Cocos jugó un papel crucial en este cambio cultural, al desmitificar la inversión y demostrar que hay más opciones que simplemente comprar dólares para guardarlos. Lo que antes era un hábito arraigado en el argentino—comprar billetes para el 'colchón'— ahora se complementa con herramientas tecnológicas que ofrecen rendimientos", admite Mindlin. Un claro ejemplo es la evolución de la propia empresa: aunque su producto estrella inicial era el dólar MEP, hoy sus usuarios invierten en fondos en dólares que ofrecen rendimientos atractivos, como el Cocos Ahorro (4-5%) o el fondo plus (8%), evitando así que sus ahorros se deprecien en cuentas bancarias tradicionales. "Esta diversificación de productos y la educación financiera a través de la tecnología permitieron que los ahorristas exploren nuevas estrategias y maximicen el valor de su dinero", cuentan.
Entre sus próximos planes, Cocos está a punto de dar el salto internacional. El primer paso será México, donde planean un lanzamiento "a lo Cocos" con un producto más lean para penetrar un mercado altamente competitivo. "La idea es replicar lo que hicimos en Argentina en toda la región: acercar el ahorro, las inversiones y las finanzas personales", afirma Mindlin. Lo harán solos, sin socios locales, confiando en su modelo de negocio y su cultura. Los empresarios reflexionan sobre el escepticismo que enfrentaron a lo largo de su camino: "Cuando arrancamos, nos decían despectivamente que como mucho íbamos a llegar a ser un 'kiosquito' en Argentina. Y esos mismos ahora nos dicen: 'No van a poder ir afuera de Argentina'". La respuesta de Sbdar y Mindlin es contundente: lo harán a su manera, paso a paso y con fondeo propio.
Cocos, en números
- Más de 1 millón de cuentas comitentes
- Más de 2.300 clientes pyme e institucionales
- US$ 1.500 millones AUM
- Facturación 2025 (p): US$ 60/70 millones
- Empleados: más de 150