Aquellos que en diciembre cobran su segundo medio aguinaldo deben decidir si lo utilizan para cancelar deudas, gastar en ocio y entretenimiento o invertirlo en instrumentos financieros que generen un rendimiento a futuro. Sin embargo, estos trabajadores también pueden contemplar tres "inversiones no financieras" capaces de retornar más dinero, de forma directa o indirecta.
Libros
En primer lugar, parte del flujo extra que llega en este mes puede destinarse a la compra de libros de desarrollo profesional. Mediante la lectura de contenido de calidad, un trabajador puede adquirir nuevas habilidades, duras y blandas, que le permitan crecer en su empleo para mejorar su sueldo.
Por otra parte, también se pueden adquirir directamente libros de ahorro, inversión y finanzas personales que enseñen a gestionar adecuadamente el dinero. De esta manera, los próximos aguinaldos y sueldos podrán rendir más y generar un mayor poder adquisitivo.
Actualmente, muchos libros o manuales de no ficción pueden parecer "caros", pero suelen tener una versión digital más barata, por lo que el aguinaldo también podría destinarse en un principio a la compra de un lector de libros electrónicos.
Cursos
Y aquellos que necesiten una guía pueden, además de adquirir libros, invertir su aguinaldo en cursos y programas de diversas materias que ayuden a potenciar los ingresos.
Hoy en día, hay decenas de programas a distancia dictados por prestigiosas universidades y centros, y no todos deben utilizarse para aprender a invertir o para mejorar habilidades del trabajo actual, ya que también pueden servir para descubrir nuevos campos de interés.
Por ejemplo, un trabajador del sector industrial podría hacer un curso de programación y desarrollo web para complementar sus ingresos fijos con trabajos independientes los fines de semana.
Electrodomésticos eficientes
Si el aguinaldo lo permite y la situación lo amerita, los trabajadores en relación de dependencia pueden aprovechar diciembre para cambiar sus electrodomésticos viejos por modelos más nuevos que consuman menos energía.
A mediano y largo plazo, habrá un ahorro en las facturas de servicios públicos que repercutirá positivamente y de manera directa en las finanzas hogareñas.