¿Se puede aplicar el "método Warren Buffett" en la bolsa argentina?
Este método consiste en estudiar los balances de una compañía, el equipo de gestión que tiene detrás y algunos factores macro y microeconómicos para poder establecer el valor intrínseco de una acción y así determinar si el mercado la está infravalorando o sobrevalorando.

Mediante su grupo empresarial Berkshire Hathaway, que vale US$ 875.000 millones y es la octava compañía más grande del mundo, el legendario inversor Warren Buffett pudo amasar una fortuna de US$ 133.000 millones. Y este impactante logro fue gracias a aplicar una filosofía conocida como inversión en valor (value investing), que se basa en el análisis fundamental.

Específicamente, este método consiste en estudiar los balances de una compañía, el equipo de gestión que tiene detrás y algunos factores macro y microeconómicos, todo para poder establecer el valor intrínseco de una acción y así determinar si el mercado la está infravalorando (en cuyo caso habría que comprar) o sobrevalorando (por lo que habría que vender).

"El enfoque consiste en solamente comprar empresas cuando su precio de mercado es menor a su verdadero valor intrínseco. El valor intrínseco, a su vez, es el valor presente de todos los flujos futuros de fondos que va a generar ese negocio desde hoy hasta el día del juicio final. Para simplificar, podemos proyectarlos a 20 años y Warren Buffett los descuenta a una tasa del 10%", explicó Miguel Braun, analista y asesor financiero en Fox Capital.

Esta poderosa estrategia es sumamente utilizada por los inversores que operan en el mercado estadounidense, el más grande e influyente del mundo, y existen millones de personas e instituciones que pueden servir como casos de éxito. Ahora bien, ¿se puede aplicar de igual manera en el mercado accionario argentino?

De acuerdo a los especialistas del sector financiero local, la inversión en valor, y el análisis fundamental en general, se puede implementar para obtener beneficios, pero teniendo en cuenta dos grandes consideraciones: la incertidumbre y la volatilidad.

"En un mercado como el estadounidense, el análisis fundamental suele ser mucho más efectivo porque es un país mucho más predecible, con una economía sólida y reglas de juego claras. Tiene problemas, como la deuda, el déficit fiscal, etc., pero las reglas de juego son claras. En Argentina, el problema es que no hay reglas de juego claras", enfatizó Diego Matianich, director de DIMA Argentina Capital.

 

"Cada gobierno toma un rumbo distinto, hay regulaciones que afectan al sector privado y una presión impositiva muy alta. Mas aún si tenemos en cuenta que Argentina no tiene una buena reputación con sus acreedores en términos de deuda, lo que hace que sea un país poco atractivo para invertir. Además, es un país que no tuvo una moneda propiamente dicha, con inflación y devaluaciones constantes que hacen inviable cualquier proyecto de negocio", añadió.

Por todos estos motivos, Matianich considera que, si bien el análisis fundamental nunca debe faltar, en Argentina no garantiza tener buenos resultados. Como ejemplo, mencionó el caso de Ternium Argentina (TXAR).

"Dado sus activos en dólares y su calidad exportadora, parecía ser una gran inversión. Hasta el momento, es una de las compañías más castigadas en el mercado. A diferencia de lo que se creía que podía suceder, el dólar planchado y el parate de la obra pública deterioraron gran parte de los fundamentos", indicó.

"Otro caso es el de los bancos. Un análisis fundamental puede decirnos que los bancos argentinos no generan ningún valor: están atrasados en términos de tecnología, no dan préstamos al sector privado y su única fuente de ingresos provenía de prestarle al gobierno de turno. No obstante, las acciones bancarias suelen ser las acciones que más suben cuando hay expectativas positivas sobre el futuro", relató.

Por su parte, Braun sostuvo que algunos aspectos de la filosofía de inversión de Buffett, que, a su vez, aprendió de su mentor Benjamin Graham, pueden utilizarse en cualquier mercado, incluso en el argentino.

"Cuando arrancó a invertir, Warren Buffett compraba acciones que coticen cerca de su patrimonio neto y con un múltiplo de ganancia bajo. Ya este enfoque es muy fácil de aplicar en Argentina, donde hay algunas empresas cotizando por debajo de su valor libros, como Pampa Energía y como estaban cotizando muchos de los bancos a fines del año pasado", agregó.

 

"Si a eso le sumás otras herramientas del enfoque de Buffett como: buscar un buen management, empresas que tengan track record positivo de haber generado ganancias en los últimos años, que tengan poca deuda y que tengan buenas perspectivas a futuro, vas a encontrar que hay varias empresas en Argentina que cumplen con esas características", dijo el experto.

Pero, si bien el análisis fundamental de empresas argentinas es posible, e incluso recomendable, nunca hay que olvidar que es mucho más complejo.

Matianich aseguró que una de las cuestiones que observa Buffett antes de invertir en una empresa es su ventaja competitiva, lo que la diferencia de otros negocios (intangibles, patentes, efectos red, ventaja en costos, etc.). Aunque ciertas compañías locales gozan de algunas de estas ventajas, el tema es que, para Buffett, se deben mantener a lo largo del tiempo, lo que resulta muy complicado debido al dinamismo de la economía.

Asimismo, una dificultad extra es el cálculo de la rentabilidad. "Otro tema importante que recomienda Buffett es concentrarse en los beneficios operativos y no en los beneficios netos. Los beneficios netos suelen estar sesgados por partidas no habituales, y no muestran la verdadera rentabilidad de un negocio. En el caso de su holding Berkshire Hathaway, esto se ve claramente por el impacto del cambio en el valor de mercado de las inversiones que realiza. En Argentina, muchas compañías pueden tener balances muy dispares por ajusten por inflación, diferencias de cambio, cuestiones impositivas. Esto dificulta aun más la correcta valoración de un negocio", detalló Matianich.

Afortunadamente, la situación pronto podría cambiar, lo que modificaría radicalmente la dinámica de la economía y los mercados de Argentina, facilitaría el análisis de activos financieros y simplificaría la toma de decisiones de los inversores.

 

"Creo que el análisis fundamental es clave, pero, en países como Argentina, donde la especulación y la inversión por expectativas pesa mucho más que el valor que generan las compañías, el análisis fundamental suele quedar en un segundo plano. Quizás, si Argentina se encamina a ser un país más normal, ahí sí podamos pensar en que el mercado argentino sea más parecido al estadounidense en este sentido", finalizó Matianich.

En tanto, Braun concluyó: "Hay valor seguro en las empresas argentinas, la incógnita antes era si había largo plazo. Pero con el nuevo gobierno muy bien encaminado en términos económicos y teniendo en cuenta las reformas que quiere hacer, me parece que es un buen momento para invertir en Argentina. Porque, además, a diferencia de Estados Unidos, nosotros venimos de 20 años de destruir el capital y la economía. Entonces, quedó muy poca inversión y muy poco capital dando vueltas. Si se revirtiera esa situación, como creo que va a suceder, el retorno por tener activos argentinos puede ser muy grande".