Qué tan difícil será cumplir con los vencimientos de deuda del 2026 y cómo juega la política de la Fed
La baja de tasas mejora el peso de la de deuda externa, pero con una incidencia relativa frente a los más de US$19.000 millones que vencerán en 2026. Agroexportadores esperan una mejora en los precios de los granos.

Luego de nueve meses de resistir fuertes presiones de la Administración Trump, la Reserva Federal de Estados Unidos decidió la semana pasada reducir la tasa de política monetaria en 25 puntos básicos, quedando en el rango de 4 a 4,25% anual. Fue una medida esperada por el mercado, que además ya tuvo la confirmación que habría otros dos recortes más en lo que resta del año, en octubre y diciembre, aunque aún no se conoce la magnitud de esas futuras bajas.

Sin dudas, la medida supone una buena noticia para la Argentina, básicamente porque reduce el costo de financiamiento, pero no sólo por eso. Los analistas suelen recordar que existe una relación inversa entre la baja de tasa y la mayor o menor fortaleza del dólar, es decir la reducción de la tasa de interés es reflejo de un debilitamiento previo del dólar, que a su vez actúa en forma inversa sobre las materias primas, que tienden a subir sus precios internacionales.

En parte, esto se está viendo en las últimas ruedas en las cotizaciones de metales como el oro o la plata, el petróleo -aunque acá con cierta volatilidad por otros factores- y en los granos, liderados por la soja.

La campaña de invierno -trigo y cebada- está marcando un área sembrada importante, con buenos perfiles de humedad en los suelos, así como perspectivas climáticas y condiciones agronómicas favorables. Estas mismas condiciones llevan a los analistas a afirmar que contribuirán al desarrollo de los cultivos de verano o cosecha gruesa -soja, maíz, girasol-, mientras los productores y exportadores están a la espera de buenas señales de precios. Ahora, con la baja de la tasa de interés podría llegar ese envión.

Impacto en la deuda

En cuanto al costo de la deuda, hay que recordar que hoy Argentina está fuera de los mercados voluntarios y no está en condiciones de colocar títulos, pero el Gobierno tiene intenciones de volver a tomar financiamiento en moneda dura tan pronto como las condiciones lo permitan. Por el momento no es el caso, ya veremos por qué.

Pero el costo de financiamiento no sólo incide en la nueva deuda sino también en los compromisos de deuda ya asumidos y por venir en el cronograma de pagos, por lo que, ciertamente, cualquier relajamiento o baja en el costo del financiamiento es un bálsamo para las cuentas públicas de la Argentina.

"El recorte (de tasas) por parte de la Fed podría interpretarse como una señal positiva para la deuda argentina en términos de costo de financiamiento y apetito inversor. Aunque la persistencia de un riesgo país elevado y la incertidumbre sobre el frente fiscal y monetario limitan la capacidad de trasladar esta mejora internacional a una baja significativa en las tasas", señalan desde el bróker online LBX.

Y agregan que, en relación a los efectos probables sobre los mercados emergentes, "la acción de la Fed ayuda, pero no reemplaza la necesidad de disciplina macroeconómica local."

En este punto Argentina rankea bien, a partir de la decisión del Gobierno de sanear las cuentas públicas, erradicar la emisión monetaria y bajar fuertemente la tasa de inflación, aunque las turbulencias financieras de los últimos días, dejan flotando un halo de incertidumbre sobre las posibilidades reales de aprovechar la baja de tasas de la Reserva Federal.

Se escapa el riesgo país

En ese sentido, la fuerte suba del índice de riesgo país en las últimas semanas, que llegó a 1456 puntos básicos el pasado jueves, aunque ahora bajó unos escalones ubicándose en torno a los 1420 puntos, es una luz amarilla, virando al naranja.

Es que el riesgo país es la sobretasa que se debe pagar por sobre la tasa de interés de Estados Unidos para tomar financiamiento. En este caso sería de 18,2% en dólares, 4% por la tasa de referencia de EE.UU. y 14,2% por el riesgo país local. Es un costo muy elevado que saca al país del mercado de toma de deuda. 

Así, la buena noticia de la baja de tasas de la Fed queda absorbida por la preocupación que genera entre los inversores y el propio Gobierno la disparada del riesgo país, archivando la estrategia del equipo económico de llegar a esta altura del año, y en la previa de las elecciones legislativas, con un índice cercano a los 500/600 puntos. 

Sería un nivel mayor al de otros países de la región y equivalentes al de México, por caso, pero que habilitaría la búsqueda de financiamiento externo, para hacer frente a los compromisos que se vienen, que no son pocos ni menores. Justamente, entre los inversores empezó a madurar últimamente la idea de que el Tesoro podría tener problemas para cumplir con el pago de los bonos soberanos en dólares (Bonares y Globales) el próximo 9 de enero por unos 4500 millones de dólares.

"Faltan casi 4 meses para el pago de bonos, así que tenemos tiempo suficiente. Si nos va bien, podremos anunciarlo antes de las elecciones y si no será un poco después. Pero el objetivo es garantizar no solo el pago de enero, sino también el de julio", escribió en su cuenta de X el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, buscando tranquilizar a los mercados.

En el horizonte de vencimientos de deuda por más de US$19.000 millones en 2026. El raid arranca en enero con US$4332 millones de capital por los bonos Bonares y Globales que surgieron del canje de deuda de 2020 realizado por Martín Guzmán, más 177 millones adicionales de organismos multilaterales como el BID, la CAF, el Banco Mundial y el Club de París. Es donde hoy está poniendo el foco el mercado. 

El otro momento crítico será el 9 de julio próximo, con un pago similar por los mismos títulos, que suman US$4312 millones de capital y US$ 174 millones a organismos multilaterales.

Pero en el medio habrá dos vencimientos fuertes en febrero y mayo. El primero por US$833 millones con el Fondo Monetario Internacional, US$240 con otros organismos US$1015 en Bopreales, los bonos que les dieron a los importadores para cancelar deuda vieja con proveedores del exterior. 

En mayo, vencerán otros US$1008 millones en Bopreales más US$806 millones con el FMI y US$390 con organismos multilaterales. Y más adelante hay vencimientos de US$1070 en agosto, US$1470 millones en septiembre y US$1215 en noviembre. Una agenda cargada de vencimientos, para los que habrá que buscar financiamiento en forma urgente.