Noviembre se presenta como una prueba de fuego para las autoridades económicas de la Argentina, ya que el Gobierno se enfrenta al vencimiento de deuda en moneda local por un total aproximado de $25 billones, mientras el foco está en reactivar una economía que viene estancada desde comienzos de año.
Tras un octubre marcado por la incertidumbre electoral y la volatilidad cambiaria, el dúo conformado por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili, adoptó la estrategia de cumplir con los compromisos de deuda y propiciar una leve relajación de la política monetaria para estimular la actividad.
En concreto, se lanzó una serie de medidas como recompra de bonos, renovación parcial de obligaciones al vencerse instrumentos financieros y la leve flexibilización de los encajes bancarios con el objetivo de incrementar la liquidez, abaratar el crédito y reducir tasas de interés.
En este marco, en la reciente licitación de instrumentos en pesos, el Tesoro ofertó aproximadamente $7,84 billones y colocó unos $6,87 billones, lo cual implica un rollover de apenas 57,2% sobre los $11,8 billones del vencimiento. Además, se inyectaron unos $4,5 billones en el sistema para aliviar la volatilidad del mercado de cauciones, que había estado resentido por falta de liquidez.
"En un contexto de tasas tensionadas, el Tesoro pareció priorizar liquidez y liberó cerca de $5 billones al mercado, lo que debería contribuir a aliviar la presión sobre las tasas en los próximos días. El 85% del monto adjudicado se concentró en Lecaps con vencimiento menor a cinco meses (S28N5, T30E6 y S30A6), con tasas levemente por encima de la curva, en tanto que el resto se distribuyó entre los nuevos Boncap S30O6 y T30A7, colocados a una TEM de 2,55%, en línea con el mercado secundario", detallaron desde Cohen Aliados Financieros.
Por su parte, el BCRA intervino activamente: reguló el volumen de pesos en circulación y acompañó la evolución de tasas en el corto y mediano plazo. Además, dispuso que a partir de noviembre el requisito mínimo de efectivo para cuentas corrientes y cajas de ahorro pase de exigirse día a día a un promedio mensual, lo que abre margen para que los bancos utilicen más libremente esos fondos.

Desafortunadamente, el calendario de vencimientos se presenta exigente. De acuerdo con estimaciones de la consultora Equilibra, el Gobierno debe afrontar pagos en pesos que alcanzan los $10,5 billones el 5 de noviembre y los $14,1 billones el 26 del mismo mes. A esto se suman vencimientos de deuda externa: más de US$ 800 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) y unos US$ 400 millones a otros organismos multilaterales.
"Con apenas US$ 83 millones en sus depósitos en el BCRA, el Tesoro deberá decidir comprar en el Mercado Libre de Cambios (presionando el precio al alza) o comprar directamente al BCRA, como lo hizo el 14 de octubre (por US$ 123 millones). Entendemos que el equipo económico optará por lo segundo, para no contaminar el price discovery del tipo de cambio entre privados en esta segunda semana poselección", relataron los analistas de Portfolio Personal Inversiones.
En todo caso, las autoridades cuentan con un "colchón" de depósitos del Tesoro en el BCRA, que se estiman en torno a $9,8 billones, después de una disminución cercana a $2 billones por la recompra de bonos. Este monto opera como reserva para afrontar vencimientos próximos y como respaldo para las medidas de normalización financiera.
Sin embargo, el reto para el cierre del año es gigantesco dado que, más allá de los vencimientos, la recuperación del crédito y el consumo interno son fundamentales. Por esta razón, el Gobierno apuesta a que, al bajar las tasas de interés y liberar liquidez al sector privado, se reactive la economía, que viene sufriendo un estancamiento desde febrero, al afectar la política monetaria restrictiva vigente hasta ahora.
"A dos meses de cerrar el año, el Gobierno enfrenta el desafío de mejorar la actividad económica, sobre todo lo que respecta al sector del consumo. Si bien se alcanzó el equilibrio fiscal y una estabilidad de precios, la falta de crédito persiste como un obstáculo, en gran medida por las elevadas tasas de interés en el mercado. Las reformas estructurales (laboral, tributaria y del Estado) avanzan lentamente y van a depender mucho del apoyo político. En este escenario, la credibilidad del programa económico mediante un acuerdo político será clave para sostener la confianza de los mercados y evitar una nueva ronda de inestabilidad", sostuvo Martín D'Odorico, director de Guardian Capital.