A diferencia de lo que sucede en el mercado inmobiliario, en donde se manejan importantes sumas de dinero en cada operación de compraventa, en los mercados financieros se puede participar con unos pocos pesos o dólares.
Ante esta cualidad, numerosos ahorristas que quieren dar el paso para convertirse en inversores no avanzan porque creen que montos pequeños no hacen la diferencia. ¿Qué tan cierto es esto?
Activos con potencial de crecimiento
En los mercados financieros, tanto convencionales como de criptomonedas, existen activos que tienen el potencial de multiplicar su precio varias veces con el paso del tiempo, brindando retornos que se alejan mucho de los conseguidos en el ecosistema inmobiliario.
Por ejemplo, desde mayo del 2002 hasta la actualidad, las acciones de Apple se revalorizaron casi un 42.000%. Por su parte, Mercado Libre creció un 10.400% en alrededor de 14 años. En tanto, el precio de bitcoin aumentó más de un 376.000% desde el 2011.
Quien confió hace veinte años en el fabricante del iPhone y colocó solo USD 10 hoy tendría cerca de USD 4.210. Aquel inversor que creyó en el futuro del comercio electrónico y decidió poner USD 100 en el unicornio argentino en 2008 ahora tendría un capital de US$ 10.500. A su vez, el que vio el potencial de bitcoin e invirtió US$ 10 a finales del 2011 ahora tendría casi USD 38.000.
Evidentemente, antes de realizar las inversiones, no se puede proyectar con exactitud qué tanto crecerán, pero si se trata de un activo con mucho potencial de crecimiento, entonces una pequeña inversión, equivalente a un almuerzo, puede llegar a convertirse en un viaje al exterior, un auto de gama media o, quizás, una casa.
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Lo que importa es aprender
Por otro lado, invertir poco dinero sirve, principalmente, para conocer cómo funcionan los mercados. Cuando arrancamos un deporte nuevo o vamos al gimnasio, primero debemos conocer las técnicas a la perfección antes de avanzar en intensidad y carga de trabajo. Lo mismo sucede en el ámbito bursátil.
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Si no sabemos cómo comprar una acción o un bono, cuáles son sus riesgos, cómo se carga una orden de compra y demás aspectos teóricos y operativos, no tendría sentido y sería muy riesgoso colocar de golpe una suma importante de capital “que marque la diferencia”.
Quizás colocar USD 10 en un acción pueda no hacernos millonarios, pero actuará como el disparador para que nos vayamos introduciendo poco a poco en el ámbito financiero de forma que, más adelante, realmente podamos hacer rendir un patrimonio grande.
