Más subsidios en tarifas y menos impuestos a los combustibles: las dos variables que ahora ponen en riesgo las metas fiscales
Eran dos de los motores de recaudación estipulados en el presupuesto de este año y ahora exigirán un mayor esfuerzo del fisco.

La decisión de utilizar al sector energético como ancla inflacionaria de cara a las elecciones despertó algunas alarmas en el plano fiscal. Sobre todo, por el mayor compromiso asumido ante el FMI donde se trazó una meta de superávit primario del 1,6%, es decir, un 0,3% más que la pactada inicialmente.

El consenso de las principales consultoras económicas es que el gobierno apelará a cualquier otro recorte para garantizar por lo menos el superávit del 1,3%, pero la obsesión por bajar la inflación puede dificultar el 1,6%.

"Los datos del primer trimestre muestran que no será sencillo cumplir con esta meta pues el resultado primario se encuentra un poco por debajo del acumulado de los primeros tres meses del 2024. Y el Ejecutivo pospuso la suba del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y ajustó muy poco las tarifas energéticas pese a la suba estacional de costos. No obstante, esperamos que al menos se cumpla la meta del 1,3%", dijeron desde Equilibra.

En ICL, por ejemplo, mientras que el Presupuesto 2025 preveía un incremento del 155%, la realidad es que durante el primer cuatrimestre del año se bajó la velocidad de aumentos de 10 a 5 pesos por mes (poco más del 2% mensual) y en mayo directamente se decretó el congelamiento del impuesto.

"Hay que ver por cuánto tiempo se posterga el ICL. Si se pospone por un mes no es muy significativo, pero si se congela hasta fin de año es un impacto relevante. Por ahora tienen ese changüí como para cortar en otros lados y cumplir la meta", agregó a Forbes, el economista Lorenzo Sigaut Gravina.

Esto generó una pérdida de ingresos de 600 millones de dólares en los primeros tres meses del 2025, un nivel alarmante que solo se registró a partir del 2023 cuando la gestión de Sergio Massa en el Ministerio de Economía profundizó al máximo esta estrategia electoral en el marco del Plan Platita.

"El ICL históricamente recaudaba alrededor de 1 punto del PBI y hoy recauda entre 0,5 o 0,6 puntos porcentuales. Da la impresión que no quieren exacerbar la inflación con este tipo de incrementos y perdieron la oportunidad con esta baja del barril. Yo no creo que lo dejen congelado todo el año, sino simplemente van a evitar que se deteriore más", subrayó a Forbes Nicolás Gadano, de la consultora Empiria. 

Por el lado de tarifas, como explicó Forbes, en el mes de mayo se incrementaron fuertemente los costos tanto en gas como en electricidad (65% y 40% aproximadamente en cada caso) debido a las importaciones de invierno, con un traslado al usuario menor al 3%. Una diferencia que, lógicamente, será cubierta con fondos del Tesoro.

Si bien se esperaba un mayor gasto en subsidios con la llegada del frío, la medida incluso alcanza a usuarios de ingresos altos (N1) y grandes industrias, que antes pagaban el precio pleno y ahora eso se reducirá en torno al 75% del precio real en luz y al 60% en gas. 

En consecuencia, las dos grandes fuentes de mejora fiscal que establecía el Presupuesto para revertir la caída de ingresos por eliminación de Impuesto País y retenciones al agro, ahora tendrán el efecto opuesto.

"En tarifas, además, tenés el riesgo de la volatilidad cambiaria con este esquema que tiene un intervalo entre bandas del 40%. Como el grueso de los contratos de generación eléctrica, los del Plan Gas y la importación se paga en dólares, podés tener un efecto adicional negativo", alertó Gadano. 

La consultora Economía & Energía preveía un desembolso de subsidios de 4.430 millones de dólares para este año, un 30% menos que en 2024, aunque en un escenario de cobertura plena para usuarios N1, industrias, comercios y el excedente de consumo de los usuarios de medios y bajos ingresos.

A su vez, el cálculo estimaba un tipo de cambio de $1.175 para diciembre del 2025 tal como contemplaba el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza todos los meses el Banco Central. El tema es que, luego de la salida del cepo, las previsiones cambiarias saltaron a 1.322 pesos por dólar para fin de año, un 12,5% más. Con lo cual, los subsidios podrían subir casi 300 millones de dólares por encima del pronóstico de la firma que dirige Nicolás Arceo.

En tanto, por cada 10% que aumente el precio monómico de la electricidad, los subsidios se incrementarían en 612 millones de dólares y, por cada 10% que aumente el costo de abastecimiento del gas natural (en demanda prioritaria), los subsidios suben en otros 231 millones, indicaron desde Economía & Energía.

"Nosotros no tenemos dudas de que se cumple la meta fiscal. La recaudación está reflejando la mayor actividad económica y la estabilidad del tipo de cambio junto a la baja del precio del petróleo y menor necesidad de importaciones de gas, colaboran en no incrementar los subsidios", confía María Castiglioni, de C&T.

"Creo que si no llegasen tienen herramientas como para ajustar fuerte partidas discrecionales hacia fin de año. No nos olvidemos que cuando lo necesitaron apelaron a distintas medidas para ajustar", coincidió Pablo Repetto, de Aurum Valores.

Finalmente, Santiago Bulat, director de Invecq, dijo a este medio que mantienen las proyecciones de un superávit primario del 1,3% del PBI, pero no del 1,6% que anunció el ministro Caputo el día de salida del cepo.