Dólar planchado: el mayorista se mantiene lejos del techo de la banda y se diluye la preocupación por la "inflación importada"
El impacto de la caída es significativo para importadores y empresas ya que implica un alivio en los costos dolarizados, que en los últimos meses había actuado como uno de los motores de la suba general de precios.

Tras los resultados electorales y meses de recalentamiento, el mercado cambiario argentino se encuentra atravesando una etapa de bastante tranquilidad, ya que los diferentes dólares se estabilizan lejos del techo de la banda

En las últimas jornadas, el tipo de cambio mayorista se acomodó levemente por encima de los $1.400, mentras que el precio minorista descendió hasta los $1.430, lo que indica una desaceleración clara en la presión por dolarizarse.

El dato más relevante es que este movimiento se produjo sin que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) recurriera a maniobras extraordinarias ni a intervenciones visibles de gran magnitud.

La baja del dólar se debe a distintos de factores. Uno de ellos es el comportamiento de las empresas, que aumentaron la liquidación de divisas en un período en el que necesitan reforzar su posición en pesos para cumplir obligaciones de fin de año, como el pago del aguinaldo y compromisos impositivos.

Esta mayor oferta, si bien no constituye un flujo masivo, sí contribuye a aliviar la tensión inmediata sobre el mercado cambiario y a estabilizar el precio.

También hay un claro peso de las recientes emisiones en dólares. "En términos generales, el equipo de Adcap atribuye la baja de dólar a la oferta en el mercado cambiario de las empresas mediante la emisión de obligaciones negociables. Esto es lo que está compensando la disminución de la liquidación del agro que era esperada a partir de esta época", relataron desde Adcap Grupo Financiero.

El dólar comenzó a bajar en las últimas jornadas por múltiples factores.

"Yendo a lo puramente doméstico, los inversores aguardan por algo más de color respecto a la política de acumulación de reservas, que en las últimas jornadas fue calificada de prioritaria por el gobierno. En este contexto, con muchas colocaciones de ON en dólares por parte de empresas privadas, el importante flujo lleva a presión a la baja en el dólar oficial", coincidió Juan Manuel Franco, economista jefe en Grupo SBS.

Incluso el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires salió a emitir deuda. Específicamente, vendió bonos por US$ 600 millones a una tasa del 7,8%, una de las más bajas de la historia crediticia de la ciudad.

La colocación se realizó bajo ley inglesa, en tanto que las entidades financieras que participaron fueron BofA Securities, Deutsche Bank Securities, JP Morgan y Santander como colocadores internacionales y los bancos Galicia, Santander Argentina, Balanz Capital Valores y Banco de la Ciudad de Buenos Aires como colocadores locales. 

En este marco, se observa un cambio significativo en las expectativas. Los contratos de dólar futuro se están operando por debajo del límite superior de la banda, un indicio de que el mercado resignó las apuestas más agresivas a una devaluación en el corto plazo.

La recomposición favorece al Gobierno, que venía navegando semanas de incertidumbre y negociaciones. La caída en la demanda de cobertura cambiaria es un elemento central en la baja del dólar oficial: cuando los operadores dejan de anticipar un salto brusco, la presión sobre el tipo de cambio se reduce.

Otro elemento que contribuye a la estabilidad es el comportamiento de las tasas en pesos, que continúan ofreciendo un rendimiento relativamente atractivo. En un contexto en el que cualquier alternativa de ahorro compite con la idea de dolarizarse, mantener tasas reales positivas funciona como un ancla de corto plazo.

Parte de los fondos que en otros momentos habrían migrado de inmediato al dólar encuentran hoy incentivos para permanecer en instrumentos en moneda local.

Sin embargo, la baja del dólar oficial convive con señales que invitan a la cautela. Por ejemplo, las reservas internacionales volvieron a retroceder por pagos de deuda con organismos multilaterales. En concreto, bajaron US$ 280 millones.

El tipo de cambio se enfría sin la intervención del BCRA.

Si bien estos pagos estaban previstos, reavivan la preocupación sobre la capacidad del Banco Central para sostener este nuevo perfil más estable del mercado cambiario si las presiones reaparecen.

La brecha cambiaria es otro factor que persiste como recordatorio de los desafíos estructurales. Aun con la caída del dólar oficial, las cotizaciones del MEP y CCL se mantienen muy por encima del segmento controlado, así como también el "canje", que ronda el 3%.

Esa distancia, que vuelve a superar niveles que en semanas previas parecían haberse moderado, señala que el mercado no terminó de descartar un reacomodamiento futuro.

"En un contexto donde hay emisiones de bonos corporativos en el mercado internacional a rendimientos atractivos de 7,5%-8,5%, la demanda de dólar cable para suscribirlos estaría incrementándose. En otras palabras, los dólares deben convertirse de onshore a offshore, subiendo el canje. A su vez, a medida que se agranda el canje CCL-MEP, también lo hace el spread entre el CCL y spot", indicaron los estrategas de Portfolio Personal Inversiones.

De todas formas, el impacto de esta baja del dólar es significativo. Para importadores y empresas, implica un alivio frente a los costos dolarizados y a la inflación importada, que en los últimos meses había actuado como uno de los motores de la suba general de precios.

La estabilización cambiaria también mejora las condiciones de planificación del sector privado, que venía operando bajo un clima de mucha incertidumbre. Para los consumidores, aunque el efecto no es inmediato, una reducción del ritmo devaluatorio puede moderar aumentos en bienes sensibles, desde electrónicos hasta insumos básicos.

Y desde el plano político y económico, el retroceso del dólar ofrece un respiro al Gobierno en un momento donde la negociación con organismos internacionales y la necesidad de sostener el programa económico tensionan cada movimiento.