Argentina cambia la cotización de un tipo de dólar para 2026: las razones de la modificación
El Banco Central aprobó un cambio en el cálculo del tipo de cambio de referencia: desde enero, se dejará de lado el sistema basado en encuestas para adoptar uno sustentado en operaciones reales y ponderadas por volumen.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) aprobó una nueva metodología de cálculo del Tipo de Cambio de Referencia (TCR), regido por la Comunicación A 3500, que entrará en vigor el 1° de enero de 2026. Esta actualización mejora la transparencia y la representatividad y contribuye a que los actores del mercado operen en condiciones de mayor igualdad.

El desarrollo de esta nueva metodología se llevó a cabo considerando las opiniones de los diferentes sectores del mercado recabadas en la consulta pública lanzada por el BCRA el 5 de noviembre de 2025.

Banco Central de la República Argentina

Este cambio significativo promueve un entorno financiero más equitativo, al reemplazar el esquema anterior basado en encuestas de cotizaciones por una metodología que se sustenta en operaciones concretas y ponderadas por volumen. Según el BCRA, esta nueva manera de calcular el TCR contribuye a la transparencia y representatividad del indicador, fortaleciendo la solidez de los datos utilizados por las entidades financieras y los mercados a término domésticos e internacionales.

El nuevo sistema

Desde ahora, el valor surgirá del promedio ponderado de transacciones superiores a USD 500.000 ejecutadas por las entidades financieras. Quedan afuera las operaciones por fuera de pantalla y las gestionadas a través de corredores. El giro apunta a darle más solidez estadística al indicador y reducir los márgenes para movimientos discrecionales.

Hasta este cambio, el dólar de referencia se definía a partir de cotizaciones que los bancos enviaban al Banco Central en horarios preestablecidos. Ese mecanismo terminaba otorgándole un peso desproporcionado a momentos puntuales del día, y generaba oportunidades para mover el indicador con operaciones mínimas. Con el nuevo esquema, cada transacción relevante incide de manera directa en el resultado. La lógica es sencilla: intervenir ahora exige montos reales y no declaraciones sujetas a interpretación.

Desde ahora, el valor surgirá del promedio ponderado de transacciones superiores a USD 500.000 ejecutadas por las entidades financieras. 

El método anterior podía generar inconsistencias entre el promedio de la jornada y el precio de cierre mensual, una diferencia clave en contratos de futuros. La nueva fórmula elimina esa brecha y convierte cada operación en un aporte efectivo al cálculo final. El consenso dentro del sector es que este rediseño eleva la confiabilidad del dólar A3500 y lo vuelve un parámetro más robusto tanto para participantes locales como para inversores externos.

Fuentes del mercado señalan que la autoridad monetaria trabajó sobre un borrador que circuló entre bancos y operadores antes de su implementación. La serie histórica, cuando se publique con la nueva metodología, no mostraría cambios abruptos respecto a la medición tradicional, aunque sí quedaría respaldada por controles más estrictos que acotan el riesgo de movimientos especulativos.

El ajuste también se vincula con la dinámica de cobertura. Debido a una restricción del Banco Central que impide a los bancos cubrir posiciones en el mercado spot el mismo día del vencimiento de futuros, muchas entidades optan por realizar esas operaciones el día previo. Esa práctica tiende a suavizar oscilaciones en el precio de referencia, ya que evita cierres con volúmenes concentrados en una sola ventana temporal.

En el pasado, los vencimientos importantes solían venir acompañados de maniobras coordinadas para influir en el valor de cierre, aprovechando que todos los jugadores sabían exactamente en qué momento se tomaban las cotizaciones. Incluso se recuerdan episodios en los que intervenciones oficiales de magnitud lograron mover el valor final varios pesos en una sola jornada. Con el nuevo sistema, ese margen se estrecha sensiblemente.

La lectura generalizada entre traders y analistas es que, si no hay intención oficial de intervenir, la nueva metodología generará un precio más representativo del flujo real del mercado. Y, además, un mensaje hacia el exterior: un tipo de cambio de referencia menos vulnerable a maniobras puntuales es una señal alineada con los estándares que observan bancos globales y fondos internacionales.