Faltan gasoductos para extraer recursos de Vaca Muerta y tanques para almacenar gasoil
Hay tres barcos en el Río de la Plata con cerca de 150.000 m3 de gasoil que no encuentran lugar físico en las localidades de Ramallo y Campana, donde se hallan los tanques de almacenamiento.

La Argentina es el país de las parodojas, las urgencias y los desencuentros. La primera paradoja energética es la de poseer algunos de los mayores yacimientos de shale gas del mundo sin posibilidad de satisfacer la demanda interna por falta de gasoductos.

La segunda paradoja energética se ofrece por estos días. Mientras que los productores agropecuarios y los transportistas se toman a golpe de puño por un litro más de gasoil en el corazón productivo de la Argentina, la Pampa Húmeda, la empresa estatal Cammesa tiene los tanques llenos de gasoil y se da el lujo de hacer esperar a tres embarcaciones en las cercanías del puerto de Montevideo con su valioso cargamento de combustible porque no tienen más lugar donde almacernarlo.

Existen tres barcos cargados con cerca de 150.000 m3 de gasoil que no encuentran lugar físico en las localidades de Ramallo y Campana, donde se hallan los tanques de almacenamiento. Todo indica que la gestión de la administración de Cammesa se quiso curar en salud ante la posibilidad de desabastecimiento de las centrales termoeléctricas y compraron más de lo que consumieron durante marzo. Ahora hay que aguardar que los tanques se vayan vaciando para que los cargamentos puedan ser descargados.

 

La función de la empresa estatal Cammesa no es solucionar los problemas de abastecimiento de la agroindustria pero, pone en blanco sobre negro, la descoordinación existente en varias oficinas gubernamentales a la hora de eficientizar los costos y las erogaciones que el Tesoro nacional debe realizar para pagar abultadas facturas por energía cuyos precios se han incrementado notablemente por la invasión de la Federación de Rusia a Ucrania.

La compañía que se encarga de operar el mercado eléctrico mayorista de energía tiene la obligación de conseguir combustible líquido, fuel oil o gas oil, para las plantas de generación termoeléctrica. Una central de este tipo es una instalación empleada en la generación de energía eléctrica a partir de la energía liberada por combustibles fósiles como petróleo, gas, carbón, madera o núcleos de uranio. El calor empleado en el ciclo termodinámico, mueve un alternador que produce energía eléctrica. Al utilizar combustibles fósiles se trata de una técnica acusada de contribuir al efecto invernadero.

 

Sin embargo, del correcto funcionamiento del parque eléctrico depende que las distribuidoras reciban el flujo necesario para cubrir la demanda interna.

Lo insólito es que en tiempo de escasez las autoridades nacionales no hayan coordinado con otras empresas controladas por el Estado como YPF, la compañía de combustibles más importante del país.

La publicación especializada https://econojournal.com.ar/  señala que en otras circunstancias el intercambio entre las empresas existió y en algunas oportunidades la compañía petrolífera recibió un stock sobrante de gasoil y lo devolvió cuando las centrales térmicas lo requirieron.

De cualquier forma, los recursos están siendo mal gastados en esta época de urgencias por carencias de combustibles y de divisas para adquirirlos.

 

Y es extraño que esta descordinación suceda teniendo en cuenta que tanto Cammesa como YPF es dirigida por cuadros cercanos a la vicepresidenta, Cristina Kirchner.  A Cammesa la dirigen diez directores titulares entre los que se encuentra la mano derecha del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, el contador neuquino Ariel Kogan.

Acaso la falta de comunicación con referentes del kirchnerismo encuentre su génesis en la política interna del Frente de Todos en Neuquén. Tanto Kogan como Martínez forman parte de la línea interna Peronismo Solidario enfrentada a la conducción formal del kirchnerismo neuquino que encarna el senador Oscar Parilli.

* Antonio D´Eramo, de NA.