En la escena del entretenimiento y la música electrónica, cinco mendocinos lograron acabar con la idea de que "Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires". Se trata de Franco Pisi, Lautaro Domínguez, Carlos Melli, Gastón Chaluleu y Nicolás Scaiola, socios de Grupo Folck, la productora responsable de Las Palapas, Chica Granada, Primavera Folck, Charco Andino y otros proyectos que agitan la vida nocturna en la tierra del sol y el vino.
Pero esta historia viene con prólogo, ya que Pisi, Domínguez y Melli venían trabajando por un lado, y Scaiola y Chaluleu por otro, hasta que la posibilidad de abrir Las Palapas los juntó. "Carlos y yo teníamos un club con otros dos socios y Franco otro club con otro socio. Las dos partes nos juntamos para hacer una fiesta en diciembre de 2007 en el Teatro Griego Frank Romero Day, donde se hacía la fiesta de la vendimia, y trajimos a DJs importantes, como Carlos Alfonsín y Martín García, pero fue un fracaso. Entonces el socio de Franco se abrió y nuestros socios también. Así fue como arrancamos una nueva sociedad los tres porque descubrimos que teníamos un sueño en común: profesionalizarnos en el entretenimiento y poder vivir de eso", cuenta Domínguez.
Un corte sincrónico mostraría que, por esa época, Scaiola y Chaluleu también andaban de revés y revés. Buscaban una bodega que les diera la oportunidad de organizar un evento que combinara atardeceres, DJ sets y viñedos, el hoy popular "sunset", que por ese entonces no era más que un patito feo en el mundo de las ideas, y le faltaban años para volverse cisne.

Corría 2010, tenían una base de mails de alrededor de 800 bodegas y, aunque todos los días apretaban varias veces send, siempre recibían un no de respuesta. Se dieron cuenta de que necesitaban hacer equipo con alguien que tuviera más contactos, lo hicieron y así nació su primer sunset en bodega Altavista. "Funcionó muy bien, fue gente cool, de la electrónica... La última fiesta explotó, la hicimos en Rosell Boher, y logramos que nos abrieran la puerta porque era nueva y querían darle promoción", recuerda Scaiola.
Venían trabajando como dos grupos independientes, con una diferencia generacional importante. ¿Cómo fue que terminaron trabajando juntos?
Scaiola: Franco, Lauti y Carlos venían haciendo una fiesta, que todavía se hace, llamada Moonfest. La hacían en Potrerillos y vieron que el lugar estaba buenísimo para eventos, entonces pensaron en armar algo ahí y nos pidieron que nos sumáramos al proyecto.
Domínguez: Teníamos en claro dos cosas. En 2013, viajamos por primera vez a un show grande en el exterior y nos dimos cuenta de que el día, o sea las fiestas que arrancaban temprano, eran lo que se venía. Y también empezamos a ver lo que hoy habla todo el mundo, que es generar una experiencia, la experiencia del lugar, que vayas a ver a un DJ pero te lleves algo más. Por eso empezamos a buscar locaciones fantásticas y llegamos a Potrerillos con la Moonfest. Al principio nos costaba muchísimo, no daba el negocio, Mendoza era la cuarta plaza, antes venían Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Convocar artistas era muy difícil. Hoy, en cambio, si sumamos todas las productoras que hay en Mendoza, le peleamos a cualquier plaza de Argentina. Además, en esa época nos costaba con el público también. Cuando decidimos apostar por Las Palapas ya llevábamos bastantes años con la productora, y les decía a mis socios que necesitábamos la parte joven, porque se necesitan otras miradas, y como conocía a Gastón y Franco a Nico, pensamos en ellos cuando surgió este proyecto.
Un nuevo lugar para un nuevo mundo
Las Palapas tenía fecha de apertura en un mundo, pero abrió en otro. El calendario marcaba que el 15 y 16 de marzo el DJ inglés Nick Warren daría el beat inaugural, pero tuvieron que cancelarlo a último momento porque la pandemia ya tenía más de realidad que de pálpito. "Fue un lío porque Nick estaba acá y no lo dejaban salir, hasta que finalmente logró volver a su país", recuerda Scaiola.
Con el diario del lunes, se puede decir que se trató de una desgracia con suerte porque la pandemia puso a caminar a la crisis de la mano de la oportunidad. "Mendoza fue una de las primeras en flexibilizar los encuentros al aire libre, entonces pudimos traer de nuevo a Warren y así Las Palapas se convirtió en el primer lugar de la Argentina donde se pudo bailar, y eso, lógicamente, hizo que empezara a correr la bola", aporta Domínguez.

Esa bola rodó mucho más lejos de lo que pensaban, ya que la propuesta de Las Palapas redefinía la salida a bailar y eso pegó fuerte en el público. "La gente venía no solamente por el artista, recorría todo el espacio, entonces empezamos a poner miradores, espacios para sacarse fotos, siempre respetando el entorno. También regulamos mucho la capacidad, nunca más de 600 o 650 personas, porque queremos que no tengas que hacer fila para pedir un cóctel, que la comida te llegue calentita, que el espacio esté impecable", cuenta Scaiola.
Mencionaban que convocar artistas internacionales estando en Mendoza era complicado, pero lograron hacerlo al punto de que este año tocó Fatboy Slim. ¿Cómo fue posible?
Domínguez: No podíamos pagar lo que vale Fatboy Slim, pero estar en este lugar nos ayuda. Nos enteramos de que él venía al país y teníamos el contacto de la persona que había comprado la gira, que justo tenía buenas referencias nuestras y del lugar, viajamos a Buenos Aires a reunirnos con él y nos dijo que ofertáramos lo máximo que pudiéramos y que él iba a hacer todo lo posible para que se concretara porque le gustaba el lugar, y sucedió. Fatboy lo disfrutó un montón, puso un tema del Indio Solari, uno de Wos. Cuando se bajó de la cabina le dijo a Franco que la próxima vez que venga a la Argentina vuelve también a tocar en Las Palapas.
Scaiola: Siempre, a todos los DJs, buscamos hacerles pasar una gran experiencia, los alojamos en lindos lugares, les armamos una buena agenda y hacemos un clásico, un asado a la tabla que se hace el lunes después de que tocan, algo íntimo, super familiar, porque los DJs quieren estar tranquilos. Nos gusta compartir con ellos y sabemos que, si la pasan bien, regresan a su país y lo cuentan.
Electrónica nac&pop
Fatboy Slim salió de la lista de sueños para volverse realidad. Domínguez desearía que suceda lo mismo con el DJ Solomun y también que el show de Hernán Cattaneo -que coproducen con Buena- tenga una fecha adicional en Las Palapas, algo que descartan por una cuestión de capacidad. "La cantidad de gente que convoca Hernán es impresionante, por eso lo hacemos en otro predio, pero sería genial poder hacer algo más chico acá", dice.

Quién hubiera dicho que, en el país de la cumbia y el rock, un DJ daría el show de mayor impacto económico para la provincia. Es que, cada diciembre, cuando Cattaneo toca en Potrerillos, Mendoza explota, a tal punto que esa semana la hotelería vive el mejor momento del año, los tickets aéreos aumentan y hay más movimiento que nunca en el aeropuerto. De hecho, el año pasado no había más pista para aviones privados y tuvieron que derivar vuelos a San Juan.
Claro que ese furor es el resultado de un trabajo fino. "En Folck popularizamos la música electrónica, la sacamos del nicho en el que estaba. Los gobiernos para hacer la fiesta de la primavera traían bandas y nosotros empezamos a proponerles a DJs, así logramos que toque John Digweed para 40.000 personas, o Sasha en la Arístides. Eso pasó durante el gobierno de Suárez, vieron que funcionó, que la gente iba con los hijos, en familia... fueron años de hacer eventos así, de ir acercando la música electrónica al público mendocino", señala Domínguez.
Hoy hay gente que no ve a Cattaneo cuando se presenta en Buenos Aires, o que no tiene una lista de música electrónica en su Spotify, pero que cada diciembre viaja a Mendoza por el show. Para Domínguez eso se explica porque "la gente también encuentra otras cosas que la atraen, los paisajes, las visitas a bodegas, todo eso acompaña", y destaca un punto clave: "Hay un trabajo en conjunto con el gobierno, porque los gobiernos entienden que esto derrama hacia otros sectores. Este año por primera vez a través de la municipalidad y la Universidad Católica nos ofrecieron cuantificar cuánto impacto genera Hernán en la provincia, así que lo vamos a poder empezar medir".
El arte del entretenimiento
La creación de experiencias y marcas requiere una cuota de creatividad importante, una chispa que los integrantes de Grupo Folck encienden de formas diferentes. Para Scaiola, la fuente está en la naturaleza: "A mí me inspira este lugar, vengo mucho de día, nosotros siempre cerramos dejando todo listo para abrir, no queda un papel en el piso, venir acá me ayuda a ser creativo". Domínguez, Chaluleu y Pisi alimentan el ingenio viajando: este año estuvieron en Ibiza, un destino con el que a veces se emparenta a Mendoza, ya que algunos la consideran "la Ibiza de Latinoamérica". Para Pisi, "si bien hay muchos empresarios que dicen ver en Mendoza una Ibiza, lo que tienen en común es el entorno natural y la escena de fiesta, pero allá hay una afluencia de público impresionante, tenés un boliche funcionando a full con 7.000 personas, al lado otro con 6.000. Argentina está bastante lejos a nivel geográfico para que algo así suceda, pero es cierto que acá un sábado podés tener varias fiestas en simultáneo".

De un viaje, justamente, nació su última incursión, Chica Granda, la primera discoteca del país en restringir el uso del celular e implementar el no-photos policy, es decir, la prohibición de filmar o sacar fotos, una medida que cada vez gana más popularidad en la electrónica. "Lo vimos en Berlín en 2023. Allá te ponen calcos en las cámaras y si te ven usando el teléfono te hacen salir. Incluso hay clubes donde podés dejar el teléfono y cada vez que lo pedís te cobran un euro. Cada vez más DJs salen a decir que no quieren más teléfonos en sus fiestas y creo que está bueno porque hace que realmente puedas conectar con lo que está sucediendo, que estés ahí", concluye Domínguez. Más allá de limitar el uso del celular en dos únicos espacios de toda la disco, Chica Granada también alcanza estándares internacionales con la propuesta en general, sobre todo a nivel sonido, ya que trajeron el sistema Funktion-One, el mismo que utilizan en clubes icónicos a nivel mundial, como Fold y Bassiani.
Por último, la gastronomía también marca otra pata de su negocio, no solo porque en sus clubes ocupa un rol importante, sino también porque gestionan Barro, el restaurante que funciona dentro del premiado Los Chozos Resort. Allí, como en sus otros proyectos, su aliado es el chef Diego Salvador, discípulo de Francis Mallmann, y responsable de crear propuestas distintivas para cada lugar. En un año que golpeó duro al turismo y a la gastronomía, quizás esta sea la arista más sufrida, pero Domínguez cuenta que "ya se ven más turistas" y, ante la consulta por los precios, señala: "En Mendoza los costos son más elevados, como el costo extra de trasladar al personal al lugar del trabajo, pero los empresarios gastronómicos mendocinos entendimos que había que acomodarse y bajar un poco los precios. En Las Palapas, por ejemplo, mantuvimos los precios del año pasado".