Hace poco más de seis meses que ChatGPT se lanzó al mundo. Como cualquier otro cambio tecnológico transformador, ya está provocando que los líderes se cuestionen cómo hacen todo, desde el descubrimiento de fármacos y la inversión hasta la gestión del talento y las asociaciones. Y, sin embargo, las tasas de desempleo se mantienen cerca de su nivel más bajo en 50 años, mientras las empresas luchan por encontrar y retener el talento que necesitan para adelantarse a la próxima ola de trabajo.
Esto está impulsando un movimiento hacia la contratación basada en las habilidades, la experimentación con IA y otros temas que exploramos en la Cumbre sobre el Futuro del Trabajo la semana pasada. He aquí un resumen de lo más destacado del evento, cortesía de Emmy Lucas, y un saludo a Jena McGregor por crear un evento tan sugerente.
El martes tuve la oportunidad de escuchar a expertos de McKinsey hablar de lo que están viendo y haciendo en este ámbito en su jornada anual con los medios de comunicación. La consultora de gestión se ha enfrentado a numerosos retos en los últimos años, desde el pago de cuantiosas multas por su papel en la comercialización de medicamentos opioides hasta una vergonzosa falta de diversidad en sus altos cargos. (Revelación total: trabajé allí en 2020).
Y, sin embargo, McKinsey sigue siendo el asesor elegido por muchos de los principales líderes mundiales, habiendo construido un profundo banco de experiencia en áreas como la sostenibilidad, la salud organizacional, las estrategias de crecimiento y la transformación digital. Más de un millón de personas solicitaron 10.000 puestos de trabajo el año pasado. Y lo que es más, algunos de ese 1% de los mejores no tenían títulos tradicionales a los cuatro años, lo que refleja lo que Katy George, directora de personal, describe como un cambio hacia la contratación por potencial frente al pedigrí. “Antes éramos los guardianes de los puestos de trabajo", afirma George. "Ahora somos administradores de habilidades”.
El cambio de los CEO en torno a la IA
Entre las habilidades más codiciadas, por supuesto, está la capacidad de comprender y aprovechar ChatGPT y otras formas de IA generativa. Alex Singla, socio senior y líder global de QuantumBlack, AI by McKinsey, afirma que las conversaciones con los CEO han cambiado en las últimas semanas. Atrás han quedado las peticiones de explicaciones sobre el funcionamiento de la tecnología y sobre si se está exagerando. Ahora, según Singla, predominan cinco preguntas:
- ¿Cuáles son los casos de uso concretos?
- ¿Cómo puedo empezar?
- ¿Qué riesgos hay que gestionar?
- ¿Cuáles son las implicaciones para los empleados actuales y futuros?
- ¿Cómo aprendo rápido?
La automatización que McKinsey había pronosticado que entraría en vigor en 2040 se ha adelantado ahora a 2030. Los ganadores serán los que se muevan rápido y averigüen cómo integrar estas nuevas tecnologías en sus pilas de TI y flujos de trabajo, y reimaginen la forma en que gestionan el talento y diseñan su modelo operativo como resultado.
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Jacky Wright, antiguo director digital de Microsoft US, que se convirtió en el primer director de tecnología y plataformas de McKinsey el pasado otoño, también señala que la IA generativa ya está creando nuevas funciones en torno al riesgo e impulsando a las empresas con visión de futuro a iterar constantemente las descripciones de los puestos de trabajo existentes.
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Los analistas junior, por ejemplo, ya no tendrán que dedicar la mayor parte de su tiempo a recopilar información, preparar presentaciones y crear contenidos que sinteticen los datos. En su lugar, su atención se desplaza hacia tareas de mayor valor añadido.
Ben Ellencweig, socio sénior de QuantumBlack, al más puro estilo McKinsey, resume el impacto actual de la IA en cuatro C (: codificación (las sugerencias generadas por la IA ya están generando aumentos de productividad de hasta el 55%), captación de clientes (sugiriendo formas más personalizadas de captarlos), creación de contenidos creativos (especialmente en marketing) y síntesis de contenidos (básicamente, conectando los puntos). «Todas las tareas mundanas desaparecen», afirma. “Se trata de gestionar el cambio… simplemente moviéndose a la velocidad del rayo”. Aquí hay un informe que QuantumBlack produjo sobre lo que los CEO necesitan saber sobre la IA generativa,
La paradoja de la productividad
Para Anu Madgavkar, socia del McKinsey Global Institute que dirige una investigación global centrada en los mercados laborales y las tendencias del talento, el mercado laboral actual es a la vez desconcertante y alentador. A pesar de las dificultades económicas, la gente sigue cambiando de trabajo, de horario y de sector, lo que contribuye a aumentar las ofertas de empleo. En su opinión, esto indica resistencia y motivos para el optimismo. Una palanca clave para mantener el impulso es acelerar el crecimiento de la productividad, que ahora está por debajo de las medias históricas. Según los cálculos de McKinsey, corregir esta situación podría añadir 10 billones de dólares al PIB estadounidense.
Aunque la tecnología puede acelerar el aumento de la productividad, no es el único ingrediente. La movilidad laboral, la normativa, las prácticas de contratación y otros factores también influyen en la productividad. Alrededor de tres cuartas partes de las descripciones de puestos vacantes siguen exigiendo una titulación de cuatro años, pero 13 estados han eliminado este criterio como requisito previo para optar a puestos en el sector público y se está impulsando un planteamiento más basado en las competencias. A modo de ejemplo, Scott Blackburn, socio principal y codirector mundial del Centro McKinsey para la Administración Pública, señaló que los soldados de infantería están ampliamente entrenados en muchas de las habilidades necesarias para gestionar el riesgo empresarial.
Asutosh Padhi, socio director de McKinsey para Norteamérica, sostiene que “la productividad es la única solución” para la prosperidad continuada de Estados Unidos. “¿Cómo pagamos la transición energética?”, se preguntó. “Todo se reduce a la productividad a nivel estatal, a nivel sectorial”.
Y sin embargo, como señaló la socia principal Olivia White, de The McKinsey Global Institute, el aumento de la productividad en Estados Unidos se ha reducido a la mitad, hasta una tasa anual del 1,1% en los últimos 15 años. Además, esas cifras varían mucho según el país. Citó siete estados que estaban superando en términos de ganancias: Dakota del Norte, California, Nueva York, Texas, Colorado, Massachusetts y Washington. Sin embargo, son muchos más los que obtienen peores resultados, lo que crea una brecha de productividad que agravará la división regional del país.
Ezra Greenberg, socio y líder mundial en la supervisión de macroescenarios y tendencias para la empresa, tiene un consejo que casi todas las empresas pueden seguir: “Conserven a sus Baby Boomers”. Sus conocimientos institucionales y su capacidad para orientar a las generaciones más jóvenes podrían resultar inestimables en los próximos años. Para los Baby Boomers, esa podría ser una receta para trabajar menos y cobrar más, si se adaptan a las nuevas tecnologías y reimaginan también sus propias funciones.
*Publicada en Forbes US
