La reinvención de Kodak desde adentro: así planea su CEO crear el próximo hito en la historia de la marca
Mientras su recuerdo quedó asociado a la nostalgia de la fotografía analógica, Kodak encara una transformación que busca sostener su legado e impulsar nuevos negocios, desde la producción de químicos para laboratorios hasta insumos clave para baterías.

Megan Poinski Redactora

Cuando era chico, durante los años 80, Kodak representaba la fotografía. Sus etiquetas amarillas, rojas y negras aparecían en cada carrete que colocaba en mi cámara, y el logotipo con la K figuraba en todos los sobres que guardaban impresiones dobles que revisaba en busca de las mejores fotos para compartir con amigos y familiares. 

Si sucedía algo digno de recordarse, todos decían que era un "Momento Kodak". La marca mantenía una posición dominante en el mercado y formaba parte de la vida cotidiana de millones de personas.

Hoy, la cámara de película quedó como un vestigio de otras épocas. Un tiempo donde cada rollo incluía un límite de fotos y la imagen no se conocía hasta el revelado y la impresión, parece remoto y pasado de moda. Resulta sencillo ubicar a Kodak entre aquellas compañías que en su momento resultaron imprescindibles y luego pasaron al olvido, como Blockbuster o Pan Am World Airways.

Sin embargo, Kodak permanece activa como empresa. No se limita a explotar sus licencias de marca; su icónica K amarilla y roja aparece en múltiples prendas de vestir y otros artículos de consumo en diferentes países, lo que generó unos US$ 4 millones durante el primer trimestre de este año. La película e impresión de alta calidad continúa siendo su negocio con mayor facturación, aunque también avanza hacia nuevos sectores que aprovechan sus competencias industriales.

La Kodak actual y futura, afirmó el CEO Jim Continenza, opera como una firma B2B dedicada a productos químicos, manejo de materiales y procesos de fabricación. En mayo, la empresa comunicó que invertirá US$ 20 millones en una nueva planta ubicada en Rochester, Nueva York, que producirá insumos químicos para laboratorios farmacéuticos.

"Es una transición difícil de aceptar para la gente", sostuvo. "No puedes subirte a los autos de carreras, todas esas grandes cosas no suceden. Te concentras claramente en tu negocio. Tuvimos que centrarnos en nuestro cliente, nuestras capacidades y luego en nuestra rentabilidad, que estaba muy descontrolada".

 

Una breve historia

La compañía Eastman Kodak nació en 1881, cuando George Eastman, aficionado a la fotografía, se unió con el empresario de Rochester Henry Strong para producir placas de vidrio fotosensibles que podían usarse sin revelado inmediato. Luego, en 1888, Eastman presentó la primera cámara de película con la idea de acercar la fotografía al público general.

Kodak, que siempre mantuvo lazos estrechos con Rochester, impulsó la innovación en fotografía y película a lo largo de más de cien años. Su actual director ejecutivo, Jim Continenza, comentó que durante décadas la empresa controló más del 80 % de la cuota de mercado, y que esa posición de dominio no solo generó comodidad excesiva, sino que también fomentó problemas culturales profundos y cerrados.

Por otro lado, en los años 90, la fotografía digital comenzó a expandirse. Kodak tuvo un papel clave en la investigación y el desarrollo inicial de la fotografía digital, pero no modificó su estrategia de manera radical hasta que resultó demasiado tarde. Frente a la caída brusca de los ingresos, la compañía ensayó distintas iniciativas: adquirió empresas químicas, apostó por la producción de cámaras digitales e intentó crecer en el negocio de las impresoras domésticas. Sin embargo, se declaró en bancarrota en 2012.

Nuevo liderazgo

Continenza, un empresario con trayectoria que había colaborado en procesos de reestructuración en otras compañías, ingresó al consejo de administración de Kodak en 2013, cuando la firma todavía permanecía en bancarrota. "Soy el don que traía consigo", expresó. Continenza asumió la presidencia ejecutiva en 2019 y un año después ocupó el cargo de director ejecutivo. Según relató, al integrar el consejo se sintió comprometido tanto con la empresa como con los accionistas.

"La junta me pidió que interviniera y me sentí responsable", afirmó. "Además, yo también estuve presente cuando ocurrió... No estoy exento de ello porque formo parte de la junta y digo: 'No es mi culpa'. En ese momento, uno tiene que rendir cuentas a los accionistas que confían en uno".

Continenza comentó que buscaba garantizar que Kodak no defraudara a los empleados solo por errores en las decisiones de los directivos, tanto pasados como presentes. En su opinión, estos trabajadores necesitaban de la compañía para sostener a sus familias, mientras que quienes ocupaban cargos ejecutivos tenían menos riesgo de atravesar dificultades económicas derivadas de los problemas financieros que padecía la organización.

Jim Continenza, director ejecutivo de Kodak. 

Reorientando el rumbo

Continenza afirmó que, en términos generales, cómo logró encaminar a Kodak de nuevo resulta bastante sencillo: si se pierde dinero, se debe dejar de gastar tanto. Si los consumidores rechazan los productos, hay que indagar qué desean. Y procurar que las operaciones internas marchen de manera adecuada.

Existen, claro, matices adicionales. Pero el inconveniente principal se reveló ante Continenza en su primer día en el cargo. Conversó con más de 1000 trabajadores de Kodak en el teatro de operaciones de la compañía y les solicitó que describieran la actividad de la empresa. Nadie supo qué responder. 

Y mientras Continenza investigaba más en profundidad, halló que Kodak hacía algo bien: producir artículos que la gente no necesitaba. Entonces Continenza decidió revisar las capacidades principales de Kodak y se contactó con los consumidores, un sector que, según sus palabras, en algunos casos había sido dejado de lado. Kodak, con más de 27.000 patentes, se destacó históricamente como innovadora, y Continenza aseguró que la Kodak actual mantiene esa innovación. 

La firma reforzó su apuesta y optimizó lo que mejor sabe hacer. La impresión comercial y en película continúa como la porción más relevante del negocio, con cerca del 72% de los ingresos durante el año fiscal 2024. Kodak imprime fotografías digitales de nivel superior usando placas litográficas, las más veloces y de mayor calidad en el mundo, y las únicas elaboradas en EE. UU., explicó Continenza. 

La empresa sigue produciendo película de alto rendimiento que hoy prefieren los cineastas más reconocidos. También produce película para otras compañías que la utilizan en fotografía fija, rayos X y video.

Sin embargo, Kodak empezó a diversificar su negocio químico hacia usos que no se limitan al recubrimiento de película, el papel fotográfico o el revelado. Ese conocimiento acumulado ahora se orienta a elaborar recubrimientos destinados a baterías de vehículos eléctricos y otras clases de baterías. Además, la futura planta farmacéutica, que comenzará a operar antes de que finalice este año, producirá reactivos utilizados en pruebas de diagnóstico bajo regulación de la FDA

Continenza comentó que descubrió que el sector farmacéutico, donde Kodak incursionó hace algunos años, es un terreno donde la compañía posee trayectoria, pero también la posibilidad de crear una fuente estadounidense de estos insumos estratégicos. (Este impulso, aclaró, surgió de los inconvenientes en la cadena de suministro durante el peor momento de la pandemia de COVID-19, y no por las amenazas arancelarias que existen en la actualidad).

Junto con la identificación de sectores donde Kodak pueda prosperar, Continenza puso el foco en reducir la deuda de la compañía y en conseguir financiamiento más conveniente que acompañe el proceso de reorganización de la firma.

Continenza expresó que su mayor valor corporativo al intentar transformar Kodak consiste en contar con la valentía para competir y buscar el éxito.

Liderazgo como prioridad

No es únicamente la atención de Continenza desde su visión corporativa la que transformó el destino de Kodak. También su mirada hacia los empleados cambió el clima interno. El respeto por los trabajadores comunes sustenta muchas de sus decisiones. 

Continenza aseguró que visitó la planta más de 100 veces, probablemente más que su propia oficina. Señaló que resulta fundamental que quienes llevan adelante las tareas entiendan que la gerencia está a su servicio, y que esa percepción explica por qué todos, en cada nivel, trabajan para la compañía. "No sos el obstáculo. No sos el impedimento. No estás acá para juzgar. Tu trabajo es apoyar", afirmó.

Sin embargo, el liderazgo de Kodak se muestra mucho menos rígido. Continenza relató que, en un inicio, reemplazó cerca del 80% de la dirección para enfocarse en las prioridades verdaderas. Algunos con trayectoria se adaptaron, otros no.

De quienes permanecen, Continenza destacó que los trata de manera directa. Las revisiones trimestrales de negocios se concretan con los jefes, no con sus asistentes. "Tu nivel no determina si estás en esas reuniones o en la sala. Tu función sí lo determina", comentó.

Continenza destacó que Kodak opera como una empresa familiar. Hoy cualquiera, sin importar su jerarquía, puede aportar ideas o plantear desacuerdos.

Proyecciones para Kodak

Continenza aseguró que, con los años, los productos químicos, los recubrimientos y los medicamentos tendrán un peso cada vez más importante en el negocio de Kodak. Sin embargo, resulta poco probable que dejen por completo la actividad vinculada a la película y la impresión, ya que se trata de un campo donde la compañía demostró solidez y genera confianza.

"Parecerá una empresa de materiales y productos químicos avanzados que también está en el negocio de la impresión", explicó.

Kodak mantendrá el compromiso de pagar su deuda, dijo Continenza. Para eso, planea crecer en todas las áreas, pero con especial interés en los productos químicos farmacéuticos. Como Kodak recién empieza a meterse en esa industria, comentó, deberían aprovechar a fondo la inversión y las plantas que están montando.

El resultado, según Continenza, es que la compañía continúa activa.

"Hace tres años, cuando alguien que llevaba casi 50 años en la compañía me comentó: 'Jim, cuando me vaya, tengo que dejarle mis conocimientos a alguien, y no tengo a quién dejárselos', ese fue mi mejor día en el grupo de cine, porque nunca me habían dicho algo así", relató. "No sentían que tenían futuro. Ahora ellos se retiran y forman a quienes llegaron".

 

Nota publicada en Forbes US.