Los modelos de liderazgo flexible están cada vez más presentes en las empresas y traen consigo ventajas concretas. En sintonía con otras formas de trabajo que priorizan la flexibilidad —como la semana laboral de cuatro días o el teletrabajo—, muchos ejecutivos también buscan adaptar sus rutinas laborales a esquemas menos rígidos.
Liderazgo fraccional en la alta dirección
Una de las tendencias que empieza a ganar peso para 2025 es el liderazgo fraccional. Se trata de un modelo en el que ejecutivos con trayectoria trabajan bajo contrato o de manera parcial para una compañía. Muchas veces, esos mismos profesionales combinan distintas tareas en paralelo, ya sea por proyectos o con varias empresas a la vez.
A diferencia del esquema tradicional, no están atados a una sola organización. Se mueven con autonomía, gestionan una cartera de clientes y pueden complementar ese trabajo con puestos en directorios, clases, consultorías o tareas de voluntariado.
Aunque tanto el liderazgo fraccional como el trabajo compartido se inscriben dentro de las formas flexibles de gestión, no son lo mismo. En el trabajo compartido, un puesto de tiempo completo se divide entre dos —o más— personas que trabajan a tiempo parcial, con el objetivo de cubrir entre todas las responsabilidades de ese cargo.
Otro concepto vinculado es el del liderazgo interino, que se da cuando un ejecutivo temporal —o de una empresa tercerizada— asume un rol de liderazgo a tiempo completo por un período definido, generalmente corto, y suele estar ligado a momentos de transición. Son contrataciones estratégicas que permiten ganar tiempo mientras se elige a la persona indicada para ocupar el cargo de manera permanente.
Las ventajas del liderazgo fraccional en puestos clave
Los ejecutivos de alto nivel que trabajan bajo un esquema fraccional —como un CEO, CFO o COO— pueden aportar beneficios concretos a distintas organizaciones. Es un modelo más accesible en términos económicos, ideal para startups, pymes, organizaciones sin fines de lucro o empresas sociales. Contratar a un ejecutivo por proyecto o con un contrato parcial permite reducir costos en sueldos, bonos y otros beneficios que implicaría una contratación permanente.
Además, estos líderes aportan una mirada externa y especializada, gracias a su recorrido en otras empresas y sectores. Esa combinación de experiencia y perspectiva nueva puede marcar una diferencia importante en momentos clave.
Cuando, además, están dispuestos a formar y acompañar a los cuadros internos, su aporte se vuelve doble: no solo suman con su experiencia inmediata, sino que también fortalecen el equipo de manera estructural. Eso permite desarrollar talento interno, crear nuevas oportunidades de liderazgo y proyectar una capacidad de gestión más sólida a largo plazo.
El futuro del liderazgo fraccional en la alta dirección
Cada vez más ejecutivos se inclinan por el liderazgo fraccional. La posibilidad de tener más flexibilidad, armar una carrera con desafíos diversos y estimulantes —lo que muchos definen como una carrera proteica—, y sumar ingresos desde distintos roles dentro de su cartera profesional, resulta una opción atractiva.
Todo indica que este modelo va a crecer, al igual que la cantidad de ejecutivos temporales en puestos clave. Las empresas buscan mantenerse competitivas y necesitan adaptarse rápido frente a desafíos cada vez más complejos: la adopción de la inteligencia artificial, el costo de vida, la tensión geopolítica y las preocupaciones ambientales están al tope de la agenda.
Con información de Forbes US