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Juan Lariguet, presidente de Corteva Agriscience regional, aseguró que el campo argentino durante la última década creció fuertemente en la adopción de medidas para asegurar la sustentabilidad de la producción alimentaria, pero que es necesario seguir trabajando en la planificación de los próximos años para bajar significativamente la huella de la agricultura al 2030.

06 Octubre de 2022 13.07

El impulso de los sistemas de producción sustentables de alimentos, fibras y energía, a través de la innovación, la ciencia y la gestión del conocimiento, es un negocio en pleno crecimiento en el mundo de la mano de la demanda de los consumidores por el cuidado ambiental y a la vez por una mayor calidad de los productos que llegan a las góndolas y a sus mesas. El agro en la Argentina lleva un importante camino recorrido en ese sentido durante la última década, pero es aún más lo que le queda por conquistar en los tiempos por venir, tal como planteó Juan Lariguet, el argentino que es desde hace pocos meses presidente de Corteva Agriscience Cono Sur, durante su participación en el Forbes Agro Summit que se realizó en La Rural predio ferial.

“La sostenibilidad del agro argentino en los últimos 10 años ha crecido fuertemente fruto del trabajo conjunto entra actores privados, asociaciones y los propios productores, lo que le permitió un alto conocimiento de los recursos disponibles, pero en ejecución tenemos un largo camino para poner la agenda al día con décadas de planificación agrícola”, afirmó el ingeniero agrónomo oriundo de la localidad de Intendente Alvear, en la provincia de La Pampa, durante el diálogo que mantuvo con Alex Milberg, Publisher & Director General de Forbes Argentina.

En la experiencia de Lariguet en los países en los que se desempeñó con Corteva, la forma en que se producen los alimentos en el mundo tuvo un cambio muy grande y entendió que “son los propios consumidores que reclaman, más allá de cantidad, la calidad del alimento y poder comprobar que la huella generada en su elaboración se va reduciendo y son productos generados de manera sostenible, una visión que se va a proyectar a las generaciones futuras”.

En términos del negocio para el agro y las empresas vinculadas a la innovación, Lariguet aseguró que “una gran preocupación es el largo plazo en pos de armar estrategias que permitan ir cruzando la vorágine que el mundo pone delante. Ver hacia dónde va el mundo del agro, es poner el tema de la sustentabilidad arriba de la mesa porque queremos producir hoy, en cinco años y en diez, y los productores a veces no tienen el tiempo de pensar en sustentabilidad”.

“Es un área en el que ponen el ojo empresas como la nuestra que ven el hoy pero pensando en el futuro. Actores como nosotros se ponen a mirar el largo plazo para generar con los productores esquemas para una  agricultura sustentable, a través de diversas herramientas que ya están presentes  en el campo argentino”, agregó el directivo de Corteva, la empresa estadounidense que es uno de los grandes referentes en el lanzamiento de tecnologías a nivel mundial para el agro.

Como representante de una quinta generación trabajando el campo en el nordeste pampeano, Lariguet aseguró que “la innovación está en el ADN del productor argentino y La Pampa es muestra de ello: una tierra pensada como ganadera que hoy es uno de los mayores productores agrícolas de eficiencia del país”, lo que en su caso se une a su rol dentro de una empresa en la cual existen herramientas para el desarrollo del productor.

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Como parte de ese compromiso, el responsable de Cono Sur de Corteva destacó el programa de carbono que la compañía lleva adelante en el país en alianza con los productores y sus socios estratégicos, y con la naturaleza como principal guía, para desarrollar estrategias sostenibles a mediana y gran escala para la mitigación del cambio climático. “En nuestro programa de carbono llevamos 20.000 hectáreas entre las provincias del norte argentino y la provincia de Buenos Aires, y es nuestro pequeño grano de arena para impulsar el comportamiento. Son procesos lentos en su ejecución porque necesitan años para demostrar lo importante que es incorporar hoy la medición y la planificación para que en 2030 se pueda bajar significativamente la huella en la agricultura”.

Como directivo de una compañía dedicada a la provisión de productos al campo, Lariguet se refirió al escenario que se abre tras el efecto del llamado “dólar soja” y al respecto aseguró que “los insumos están por debajo de la inflación” ya que “el costo de las materias primas viene aumentando por la inflación en dólares más el crecimiento abismal en el costo de la logística en la pandemia y en la pos pandemia en adaptación con la nueva forma de vida”.

 

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