Federico Lavagna nunca tuvo una revelación repentina sobre su vocación. "No hubo un momento eureka donde me diera cuenta", admite. Pero sí sabía algo con claridad: no quería una vida con horarios rígidos ni un jefe encima. "Siempre fui bastante rebelde o contra el status quo, dice. La oportunidad apareció tras una necesidad personal: el deseo de seguir en contacto con extranjeros luego de regresar a Uruguay, cuando aún no existían hostels en Montevideo. Así nació Viajero Hostels, hace ya veinte años.
Lo que comenzó como una inquietud personal creció hasta transformarse en una cadena con presencia en nueve países. En 2025 tienen planeado desembarcar en Panamá y antes de fin de año en Costa Rica. "La idea es llegar a más de 30 propiedades para vender la cadena", adelanta Lavagna en diálogo con Forbes Uruguay. Esa fue siempre la meta desde que el fondo argentino Pegasus adquirió el 75% de la empresa en 2019. "Probablemente el 2026 sea el año de la venta", apunta.
Sin embargo, Lavagna reconoce que emprender en turismo desde Uruguay es una rareza. "Somos como una rara avis. No es común que empresas uruguayas del sector trasciendan fronteras", comenta. Las razones son varias: poca rentabilidad, temporadas cortas, costos altos y una cultura que no favorece mudarse al exterior. "El uruguayo es muy aquerenciado", afirma.
Desde su perspectiva, la falta de una estrategia nacional también pesa. "Nunca ha habido una estrategia país hacia el turismo", sostiene. Y pone como ejemplo a Colombia, que se transformó en un imán para viajeros gracias a políticas coordinadas entre el sector público y privado. Para Lavagna, Uruguay debe generar "una identidad aspiracional" que motive a turistas a elegir el destino más allá de sus paisajes.
En Viajero, esa idea se traduce en hostels "instagrameables" y experiencias memorables. "El turista joven quiere vivir algo que recuerde, no solo recibir una llave", resume. Eso, y no la simple hospitalidad, es lo que logra fidelizar.
