Forbes Argentina
Open Banking.
Negocios
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27 Marzo de 2021 11.12

La ampliación de servicios financieros es fundamental para promover el crecimiento sostenido e inclusivo de un país. Un sistema financiero desarrollado, digitalizado y consolidado reduce el tamaño de la economía informal, amplía la base impositiva y permite menores impuestos para todos. Además, genera mejoras informativas, laborales y regulatorias que benefician a los distintos actores de la economía. 

En pos de eso, el Open Banking (banca abierta) es una política que está cobrando mayor relevancia alrededor del mundo. Como sugiere su nombre, facilita el intercambio de información entre instituciones financieras. En esencia, transfiere la propiedad de los datos financieros de las instituciones a los usuarios para empoderarlos. Usualmente, esto ocurre a través de Application Program Interfaces (API), herramientas que permiten acceder o compartir información de manera segura. 

Los datos, especialmente los que se traducen en tasas de interés e historiales crediticios, no deberían ser de las empresas, sino de los usuarios. Y deben ser usados consecuentemente, para aumentar la competencia entre proveedores y bajar costos asociados con la creación de historias crediticias. Porque, cuando hay más competencia, ganamos todos. Por ejemplo, cualquier usuario podría acceder vía cualquier institución a toda su historia financiera en cualquier otra institución, y así obtener una oferta de tasa inmediata. 

Liberar la data es positivo para toda la sociedad e incentiva a las instituciones financieras a ofrecer más y mejores productos, con más competencia. A través del Open Banking, los consumidores y empresas son beneficiados con un menor costo de sus productos financieros. 

Pierpaolo Barbieri, fundador de Ualá.

Todo esto redunda en mayor inclusión de las poblaciones que actualmente no se encuentran bancarizadas y una mayor oferta de servicios para los usuarios que sí tienen acceso. O sea, inclusión e innovación. Las pymes, por su parte, pueden mejorar su capacidad de ahorro y acceden más fácilmente a créditos para hacer inversiones, algo que aumenta su productividad y competitividad. Las instituciones financieras también se ven beneficiadas por el incremento en el tamaño de mercado. En resumen, mayor dinamismo en el sistema financiero genera más inversión, más actividad y mayor nivel de empleo, cerrando un círculo virtuoso de crecimiento para la economía.

Diversos países ya aprobaron con éxito regímenes de Open Banking. En agosto de 2016, el Reino Unido fue el primero en adoptar una regulación de este tipo, partiendo de un marco regulatorio aprobado por la Unión Europea (PSD2) un año antes. Los países de la UE también desarrollaron su estándar y hay iniciativas tanto a través de cambios legislativos como de esfuerzos colaborativos de la industria, en base a la unión bancaria europea. 

Esta revolución ya trasciende Europa. En India, por ejemplo, se desarrolló el Unified Payments Interface (UPI), un sistema de pago interbancario instantáneo en tiempo real. En la región, Brasil lanzó a fines de 2020 el sistema PIX, un método de pagos que funciona las 24 horas, todos los días del año, a un costo casi nulo. México va por ese camino a través de CoDi, una plataforma desarrollada por Banco de México para facilitar las transacciones de pago y cobro de forma rápida, segura y eficiente. Y la Ley de Portabilidad Financiera en Chile permite a los consumidores cambiar de institución financiera con mayor facilidad a otra que les ofrezca condiciones más convenientes, tal como ocurre con los proveedores telefónicos. Todo eso hace que los pagos sean más abiertos y la información más fácil de compartir, lo que aumenta la competencia ?y beneficia a los usuarios y al sistema?. 

En los últimos años, Argentina se convirtió en líder en la región en cuanto a su ecosistema de servicios financieros digitales. Eso impulsó el crecimiento de una industria de alto valor agregado que además nos permite saldar una deuda histórica: la falta de inclusión financiera. Hoy tenemos una oportunidad de profundizar esta revolución mediante protocolos de banca abierta, para impulsar el crecimiento inclusivo de nuestro país. Esto no solo potenciará a la industria en el contexto latinoamericano, sino que creará un mercado más abierto, donde los datos no son relegados a empresas que los tratan como propios, sino que serán de ?y ayudarán a? los ciudadanos. Apostar por una mayor competencia creará un mercado más inclusivo, innovador y libre.

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