Ideó un coworking experimental cuando nadie sabía lo que significaba y hoy factura US$ 2,5 millones y gestiona 15.000 m2 de oficinas
En 2016, cuando en Buenos Aires casi nadie hablaba de coworking y el término todavía parecía un experimento importado de Silicon Valley, una joven abogada apostaba a un concepto que transformaría la forma de trabajar en la ciudad. Hoy, TeamWorks factura alrededor de US$ 2,5 millones al año, gestiona más de 15.000 m² en oficinas flexibles y se prepara para expandirse en la Argentina y la región bajo un modelo de franquicias.

La protagonista detrás de esta historia es Tamara Giménez (38), CEO y cofundadora de TeamWorks, que combina la visión estratégica con un liderazgo empático. Su convicción: el futuro del trabajo no solo se define en contratos y balances, sino en la capacidad de las empresas para ofrecer espacios que potencien la productividad y el bienestar.

"El espacio de trabajo es parte del salario emocional. Para atraer y retener talento, las compañías necesitan algo más que un buen sueldo: necesitan lugares donde la gente quiera estar", resume Giménez, con una claridad que refleja el diferencial de su propuesta.

En 2022 inauguró la sede de 25 de Mayo, en 2023 sumó TeamWorks Suipacha y en 2024 duplicó los metros cuadrados de la sede de 25 de Mayo. Hoy, con tres sedes operativas, TeamWorks se posiciona como un jugador clave en el mercado de oficinas flexibles.

De un estudio jurídico a un salto de 4.000 m²

La historia de TeamWorks arranca casi por accidente. "Nuestro primer espacio fue mínimo: dos oficinas que sobraban en mi estudio jurídico", recuerda la CEO. El modelo todavía era incipiente en la Argentina y el intento inicial no fue un gran éxito. Pero esa primera prueba le permitió detectar una oportunidad: la demanda existía, aunque faltaba escala.

Poco después, junto a sus socios —entre ellos Nick, con quien ideó el nombre del emprendimiento—, instaló 150 m² en el piso de una oficina corporativa. El crecimiento fue tan rápido que en pocos meses la empresa duplicó su superficie. Allí los tres socios entendieron dos conceptos: el modelo era viable y, si no escalaban, nunca sería rentable.

El gran salto llegó en julio de 2019, con la inauguración de TeamWorks Maipú, que pasó de 300 a 4.000 m² en un solo movimiento. Pero unos meses después, el mundo se paralizó por la pandemia. "Ante ese contexto, decidimos ofrecer descuentos inmediatos del 50%. Sabíamos que era la única manera de sostener a nuestros clientes en ese momento crítico. Esa decisión fue clave para fidelizar y atravesar la crisis", relata Giménez. 

Gracias a que varios de sus clientes pertenecían a sectores esenciales, el espacio nunca cerró. Y, para 2021, la compañía ya superaba la nómina que ostentaba en la prepandemia. Desde entonces, la empresa no dejó de crecer: en 2022 inauguró la sede de 25 de Mayo, en 2023 sumó TeamWorks Suipacha y en 2024 duplicó los metros cuadrados de la sede de 25 de Mayo. Hoy, con tres sedes operativas, TeamWorks se posiciona como un jugador clave en el mercado de oficinas flexibles.

Un modelo de negocios sin deuda y con revenue share

La historia de TeamWorks también es la de un crecimiento a contramano de las recetas habituales de startups y scaleups. Sin rondas millonarias de inversión ni capital externo, su expansión se basó en un esquema ingenioso de revenue share con landlords, que permitió apalancar la confianza de propietarios de edificios y crecer sin deuda.

"Lo distintivo no es el monto invertido, sino el modelo: un crecimiento sano, orgánico, sin deuda, basado en confianza y en la prolijidad de la gestión", afirma la CEO. La inversión inicial, si se consideran los aportes en especie, rondó los US$ 700.000. Durante más de cuatro años, Giménez trabajó como CEO sin cobrar un sueldo, cubriendo múltiples roles de management y desarrollo. Esa austeridad fue clave para que el proyecto madurara.

Tamara Gimenez, cofundadora y CEO de TeamWorks.

En la actualidad, el modelo de ingresos combina pisos exclusivos para grandes corporaciones, oficinas privadas llave en mano (plug & play), membresías individuales y servicios complementarios como salas de reunión y auditorios. La compañía cuenta con más de 25 empleados, organizados en las áreas Comercial, Operaciones, Administración, Marketing y Management Estratégico. Con un nivel de ocupación cercano al 90% y una tasa de renovación superior al 95%, la fidelidad de los clientes valida el diferencial del servicio.

El diferencial: partners estratégicos

En un sector donde WeWork y otros players globales priorizaron volumen y escala, TeamWorks eligió otra ruta: el trato cercano y un servicio premium. "Nuestro diferencial está en trabajar como partners estratégicos de nuestros clientes. No imponemos un modelo prearmado, sino que diseñamos soluciones taylormade: desde pisos exclusivos a contratos flexibles que se adaptan a la realidad de cada empresa", explica Giménez.

Mediante este formato, los costos resultan más competitivos que los de los grandes jugadores, pero con un nivel de servicio personalizado que, según ella, "marca la diferencia en la experiencia". En cuanto al público de TeamWorks, se puede decir que está compuesto principalmente por empresas multinacionales y corporaciones en crecimiento que buscan espacios flexibles con servicios premium. También incluyen PyMes y startups que valoran la profesionalización sin tener que asumir CAPEX ni largos tiempos de instalación.

El segmento freelancer representa una parte menor, aunque las salas de reunión y auditorios amplían la propuesta hacia ese público. En números concretos, TeamWorks opera con cientos de usuarios diarios y una tasa de ocupación que roza el 90%.

El presente de la compañía es sólido, pero el futuro promete todavía más. Para este año, la empresa planea inaugurar nuevas sedes en Buenos Aires y el interior. En 2026, el objetivo es duplicar la presencia local y lanzar oficialmente el plan de franquicias, que permitirá escalar de manera rápida y sostenible. "Nuestro modelo ya probó ser rentable y sostenible. Ahora queremos llevarlo a otra escala, con franquicias en la Argentina y la región", adelanta la CEO.

A nivel internacional, la empresa ya trabaja en proyectos en Uruguay y Chile, con un mercado receptivo a su formato. En el largo plazo, la visión es consolidarse como referente en Latinoamérica en oficinas flexibles premium y avanzar hacia mercados como Miami y Europa.

Liderazgo femenino y salario emocional

Además de las cifras, la historia de TeamWorks refleja un liderazgo diferente. Giménez, que pasó de abogada a CFO de un holding y finalmente a CEO de su propio proyecto, pone en valor la empatía y la cercanía como herramientas de gestión. "A las mujeres nos cuesta reconocernos en los méritos propios. Yo siempre digo: hay que ser protagonistas de nuestra propia historia", sostiene. Su concepto de "salario emocional" cobra cada vez más relevancia en un mercado donde la retención de talento es uno de los mayores desafíos. "El espacio físico es parte de la propuesta de valor para el colaborador. Un buen sueldo no alcanza si el lugar donde trabajás no te motiva ni te cuida", insiste.

Su expansión se basó en un esquema ingenioso de revenue share con landlords, que permitió apalancar la confianza de propietarios de edificios y crecer sin deuda.

Pero el nombre de la compañía también juega un papel importante en su propia historia. "Lo creamos con Nick, mi socio. Sentíamos que funcionábamos muy bien como equipo, de ahí surgió el juego de palabras: team works, el equipo funciona. Después entendimos que también tenía el otro sentido: teamwork, el trabajo en equipo, que es la base de los grandes proyectos", recuerda Giménez.

Ese espíritu se refleja en la filosofía de la marca: crecer de forma colaborativa, flexible y con un servicio que prioriza la cercanía humana tanto como la eficiencia corporativa. En un mercado donde muchos modelos importados no logran adaptarse a la idiosincrasia local, TeamWorks representa un caso argentino con proyección regional. Creció sin deuda, con acuerdos estratégicos y reinversión constante y se convirtió en un referente de las oficinas flexibles premium. "Ahora, nuestro desafío es escalar sin perder lo que nos diferencia: la calidad del servicio y la relación cercana con el cliente. Ese es nuestro verdadero activo", resume su Giménez.

En tiempos de cambios acelerados, TeamWorks demuestra que el futuro del trabajo puede escribirse desde Buenos Aires hacia la región, con resiliencia, estrategia y un liderazgo que apuesta tanto a los números como a las personas.