Por primera vez, Diego Finkelstein se abrió a una entrevista para compartir en profundidad su historia. Por razones que revelará al final de esta nota, prefería no hacerlo.
Incluso llevó más de un año hasta que aceptó compartir su historia con Forbes. Primero en un extenso almuerzo en su bodega Oceánica en José Ignacio y luego en la redacción, donde contó el descubrimiento de su gen emprendedor a los 7 años, la increíble historia con uno de los empresarios más ricos de la Argentina al que adoptó como mentor y casi suegro, su desembarco en el mundo de la música y cómo logró convertirse en el número uno del show business en la Argentina al punto tal que Live Nation, la mayor productora de espectáculos del mundo, le compró en 2018 el 51% de su productora DF Entertainment, que incluye la ticketera All Access, y desde 2025 obtuvo la licitación para administrar y remodelar el Luna Park.
Produce más de 250 shows anuales, incluido Lollapalooza, en los que vende 2 millones de tickets en conciertos con figuras como Taylor Swift, Oasis, Paul McCartney, Harry Styles, Olivia Rodrigo, Dua Lipa, Coldplay y ACDC. Por su cuenta, en DF Group, creó una empresa de tecnología (Crowder) junto a Mike Santos, cofundador del unicornio Technisys. Además, tiene en sociedad con Eduardo Elsztain las concesiones de La Rural, el Centro de Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires y Punta del Este, y el Arenas de Tortugas. Y hay más. Apasionado del real estate, tiene inversiones en Argentina, Uruguay y Estados Unidos por más de US$ 200 millones. Aquí, su historia y visión del presente y futuro de la industria del entretenimiento.
“Diego, quedate tranquilo: vas a ser exitoso en lo que hagas porque tenés las habilidades para hacer las cosas de verdad”. Tampoco es que estuviera nervioso, pero recibir ese cumplido de uno de los empresarios más exitosos del país le dio aún más seguridad. Alfredo Coto lo había adoptado casi como un hijo más desde que salía con su hija Alejandra. A los 18 años vivía en la casa de los Coto y se iba a trabajar con su “suegro” de 6 de la mañana a 9 de la noche. En poco tiempo, ocupaba un lugar en la mesa chica del conglomerado al punto que Luis Majul lo mencionó como un posible “Delfín” de “pelo largo y 23 años” en su libro Los nuevos ricos de la Argentina, donde contaba la increíble historia de Coto (en 2024, con una fortuna de US$ 1.000 millones). “Alfredo fue mi mentor en los negocios, una persona brillante que quiero y admiro muchísimo: de una pequeña carnicería construyó un imperio”, resalta.
Aunque prefiere no dar detalles económicos, personas que trabajaban en la empresa en ese entonces recuerdan que, por sus intervenciones con un rol protagónico en la expansión de Coto, Finkelstein logró reunir su primer millón de dólares antes de los 24 años. “No tengo registro de eso porque mi vínculo con los negocios tiene que ver con generar cosas especiales. Sí recuerdo que fue una escuela increíble porque en el supermercadismo tenés real estate, finanzas, marketing, de todo”. De Coto internalizó “su persistencia, no frenar hasta lograr un objetivo” y “la generosidad de toda la familia: Gloria, Ale y su hermano Germán”.
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