Desarrolladoras inmobiliarias quieren aprovechar el boom importador para reducir costos
Buscan optimizar gastos con el fin de reducir el valor final de las propiedades. Sin embargo, todavía los impuestos siguen siendo el mayor peso para la actividad.

Aunque la importación de materiales para la edificación todavía está en estudio, tanto por parte de desarrolladores como proveedores del sector, indicadores de la actividad acusaron en mayo bajas. Por esta razón, algunos referentes de la construcción aguardan una mayor caída para los próximos meses sin dejar de analizar qué comprar en el exterior, dónde y cómo.

Mano de obra, insumos y gastos generales son los principales componentes del costo de este mercado. En el contexto inflacionario y de represión de precios del 2022 y 2023 empezaron a cotizarlos de acuerdo al dólar libre en lugar del oficial. Unos cuantos proveedores estaban calzados contra el contado con liquidación. Ese spread marcaba el peligro devaluatorio del peso. Debido a todo esto, este coste se duplicó en un año y medio.

"Eso era un tema de riesgo. Si sé que no existen probabilidades de que el tipo de cambio se dispare, ese margen que había fijado 'por sí' lo puedo eliminar. En cierto modo ya comenzó a pasar eso", explica Federico Gagliardo, CEO y fundador de Vitrium Capital.    

Este mes, el índice Construya descendió 12,10% de forma mensual desestacionalizada. En tanto, subió 8,9% respecto al interanual. De igual manera, acumula entre enero y mayo un incremento de 10,5% en relación a igual período del 2024. Es importante señalar que ese indicador incluye la comercialización de productos como ladrillos cerámicos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, adhesivos y pastinas, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, calderas y sistemas hogareños y centrales de calefacción, grifería y sistemas para conducción de agua y gas, pisos, revestimientos cerámicos y materiales eléctricos, y electrónicos. Es elaborado por el Grupo Construya constituido por Loma Negra, FV Grifería de Alta Tecnología, Cefas - El Milagro, Cerámica San Lorenzo, entre otras.

Federico Gagliardo, CEO de Vitrium Capital

En tanto, desarrolladores locales viajaron a fines de mayo a la Feria de Importación y Exportación en Cantón [China]. Esta ofrece una amplia gama de productos para la edificación. En realidad, el objetivo era entablar relaciones con proveedores en vista a posibles importaciones

No tan baratos 

Según los empresarios nacionales, encontraron artículos entre 50% y 80% más baratos  que los locales. Ahora bien, en los casos de las importaciones, se le debe sumar costos como los de logística, impuestos  y otros propios de cualquier operación en el exterior. Sin olvidar el riesgo de potenciales reclamos una vez arribados a la Argentina.

"Todo es muy insipiente. Todavía no se tomó la decisión de adquirir en China. Es una cuestión muy aislada. No es tan fácil armar un pool de compras. Las necesidades de cada desarrollador dependen de sus propios tiempos de obra", afirma Mali Vázquez, directora ejecutiva de la Cámara Empresaria de Desarrollos Urbanos (CEDU).

En general, salvo contados casos que cuenta con materia prima, la Argentina se dedica más que nada a ensamblar. Y, como en todos los casos locales, la mano de obra y los impuestos son caros. Este panorama se observa tanto en insumos como cables de cobre, tableros o ascensores, y ni que hablar de porcelanatos  y revestimientos. En contrapartida, casi todo eso se consigue a precios bajos en China, India o Brasil.        

"Se debe hacer, sin embargo, un estudio profundo para ver si conviene o no importar. No es un proceso rápido. Por ejemplo, en cuestión de terminaciones la diferencia a favor de otros países es de solo 7%. Por ese ahorro daría la impresión de que no. Más sumándoles los gastos propios de estas operaciones, estos valores suben y se equiparan con los nacionales. Más aún que ahora algunos artículos comenzaron a bajar sus precios", considera Vázquez.

Mali Vázquez, directora ejecutiva de la Cámara Empresaria de Desarrollos Urbanos (CEDU).

No se ignoran los gastos de traslado. Un contenedor estándar de 20 pies oscila entre US$ 5.300 y US$ 5.500 de Shanghái a Buenos Aires. En cambio, el de 40 pies ronda entre US$ 5.500 y US$ 5.700 por la misma ruta. "Lógicamente, el importador negocia con el agente de carga o la naviera. Así puede salir un poco más barato. Después se les debe sumar el paquete de gastos locales", indica Silvia Notte, directora de SN Estudio Aduanero.

Por ejemplo, los inodoros chinos de porcelana están gravados con un derecho de importación del 18% más la base imponible [IVA +  IVA adicional + IIBB + ganancias]. Mientras a un porcelanato se aplica un 12,60% más la base imponible. 

"Esos datos son generales pues es necesario en el caso del porcelanato contar con  detalles técnicos y especificaciones  bien claras para determinar la posición. En ambos casos [inodoro y pisos]  tributan además una tasa de estadística del 3%", añade Notte.

Brasil

Por el lado de los países vecinos, se pueden conseguir también buenas oportunidades. "Cierto tipos de pisos están a mitad de precio en Brasil, la grifería o los sanitarios están a un tercio", marca Beltrán Briones, director de Finanzas y socio de Estudio Kohon.

En esos casos, el traslado por camión ronda entre los US$ 5.500 y los US$ 5.700 desde, por ejemplo, Santos a Buenos Aires. Un contenedor de 40 pies oscila entre US$ 700 y US$ 800, en la misma ruta.     

Silvia Notte, directora de SN Estudio Aduanero.

"Definitivamente, existen un montón de costos como la logística, la importación en sí, los del depósito, etc. Sumándolos y dependiendo del producto en promedio totalizan entre 10 y 20%", señala Briones. 

Por todo ello, el contenedor debe llenarse para amortizar la inversión. Y, en muchos casos, por el tipo de artículo el riesgo potencial de rotura es elevado.  

"Sé de proveedores que están trabajando en el tema. Es posible que su stock actual lo deban vender a pérdida pues casi nadie está convalidado esos valores. El nivel de la construcción cayó. Pero luego, al renovarlos por medio de compras en el exterior obtendrán ganancias. Quienes se animen a eso cubrirá sus gastos fijos", considera el directivo del Estudio Kohon.

De acuerdo a comentarios del mercado, un distribuidor de grifería y sanitarios, otro de materiales eléctricos y uno de aberturas de aluminio y PVC ya están visitando las fábricas chinas con vista a efectivizar compras.  

"Por el lado de los corralones, noté que no bajan sus precios pues va encontrar de su naturaleza. Sin embargo, organizan promociones de dos por uno, u ofrecen descuentos por adquirir determinada cantidad o pagando al contado. Estas son formas indirectas de reducir los valores", puntualiza Beltrán Briones.

Otro de los inconvenientes que aparejarían estas importaciones podría ser, dicen, amortizar los costos fijos. Para prorratear un flete necesitas grandes cantidades de producto. Una cosa es traer pisos para hacer un edificio de 1.000 m2 y otra para uno de 100.000 m2. "Por otro lado, una vez que contás con historial de compra, el proveedor otorga plazos de pago más largos que es difícil conseguir en la Argentina",  reconoce Gagliardo.

Bajas internas  

En tanto, otros apuestan a que la propia oferta interna tenderá a reducir los precios de los materiales. Esta condición se cumplirá siempre y cuando la macroeconomía se mantenga dentro de los parámetros actuales. 

"Al abrirse el mercado y al estar dispuesto el desarrollador a importar, algunos distribuidores comenzaran a hacer lo posible para que no se le cierren puertas",  la ejecutiva de CEDU.

Beltrán Briones, director de Finanzas y socio de Estudio Kohon

Hoy por hoy, la Argentina se encuentra entre las naciones con mayor peso impositivo. En esta actividad puede variar entre el 30% y 45% del costo final de una obra.   

"Entiendo que estamos en un proceso donde llevará tiempo reducir la presión fiscal. Tampoco será un procedimiento sencillo porque es necesario equilibrar las cuentas del Estado. Eso lleva algunos años", comenta el ejecutivo de Vitrium Capital.

Ese proceso debería acompañarse con una reforma laboral. Solamente los aportes por contratación de mano de obra existe una diferencia de entre el 30% y 40% respecto a otros países.    

"Asimismo, en muchos casos nos falta tecnología para fabricar. En la medida que se puedan disminuir las barreras arancelarias para la adquisición de tecnología  se podrá cubrir esa falencia. Pero todo esto conforma un proceso complejo y de transformación  que llevará cierto tiempo", finaliza Gagliardo.