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De oro y biodegradables: la apuesta de US$ 250 millones en la India de los argentinos que revolucionan el mercado de tarjetas de crédito

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Matías Gainza Eurnekian, sobrino del empresario Eduardo Eurnekian, lidera junto a Cristian Calandria una compañía global que fabrica tarjetas premium de metal y madera certificada. Con plantas en Estados Unidos e Irlanda, la empresa alcanza una capacidad de más de 50 millones de tarjetas anuales y acaba de lanzar una fundación de fútbol en Pune.

Al momento de realizar esta entrevista, Matías Gainza Eurnekian estaba en Mumbai, India. Cristian Calandria acababa de salir de una reunión en Munich, Alemania. Ambos lideran Federal Card Services (FCS), una compañía global con sede en Ohio que fabrica tarjetas premium de metal y madera certificada para bancos y fintechs en Estados Unidos, Europa, América Latina y, próximamente, India. Para comenzar las operaciones en este último mercado, desembolsará una inversión de US$ 250 millones durante los próximos cuatro años. La empresa alcanza hoy una capacidad mundial de más de 50 millones de tarjetas anuales, posicionándose entre las principales del mundo en su segmento. 

La historia de Gainza Eurnekian en los negocios comenzó mucho antes de FCS. Formado en Harvard y MIT, con más de 15 años de experiencia liderando proyectos de innovación industrial, fundó en Argentina y Brasil empresas pioneras en nanotecnología como Unitec Blue y Unitec Semiconductores, las únicas fuera de Estados Unidos en toda América en su momento. "Me especialicé en dispositivos inteligentes y soluciones de seguridad desde muy joven, con 23 o 24 años", recuerda Gainza Eurnekian, CEO de la compañía.

Pero fue su paso por Corporación América, la empresa de su tío Eduardo Eurnekian, lo que marcó su visión empresarial. "Haber estado tantos años trabajando literalmente todo el día al lado de él fue fundamental. És es un mago en el mundo de los negocios, tiene una mentalidad superior", reconoce Gainza Eurnekian. Aunque su salida de la corporación no fue fácil —describe la ruptura como un conflicto natural que puede dar entre un padre y un hijo en contexto de alta presión—, hoy mantiene una relación "totalmente natural y buena" con su tío. "Estuve comiendo con él hace unas semanas. Es una decisión personal mía no mezclar lo personal de lo laboral. Él me inventó, por así decirlo, y solo me queda agradecimiento", explica.

Matias Gainza Eurnekian
Matias Gainza Eurnekian

Con ese bagaje, Gainza Eurnekian se instaló en Nashville, Tennessee, y armó una startup que ganó contratos con Disney para los 90 años de Mickey Mouse, en partnership con la joyería Swarovski. Luego llegaron Victoria's Secret, Mercedes-Benz, Delta Airlines y American Airlines. "Estábamos enfocados en la innovación y queríamos que ese tipo de productos lleguen a los bancos, porque era nuestra especialidad", cuenta. En 2018 adquirió FCS, una empresa de Ohio que necesitaba crecer, y ahí entró Calandria, actual socio y miembro del directorio de la firma

Calandria, ejecutivo con más de 35 años de trayectoria en desarrollo de negocios, comercio internacional y fusiones y adquisiciones, conocía a la familia Eurnekian hace 30 años. Pero la presentación entre ambos fue por recomendación de amigos cuando Gainza Eurnekian necesitaba estructurar las finanzas de la empresa. "Creo que ninguno de los dos supusimos que íbamos a terminar siendo socios, amigos y compañeros como somos hoy. La sinergia fluyó", recuerda Gainza Eurnekian.

"Ambos somos muy emprendedores, asumimos riesgos y bajo presión nos entendemos", agrega Calandria. "Si te entendés ahí, todo lo demás fluye". La dupla funciona: Gainza Eurnekian más enfocado en tecnología y desarrollo, Calandria en negocios y estrategia. "Hoy los dos hacemos las dos cosas, lo que nos da la oportunidad de oxigenar un poco, porque las agendas son un desastre y el huso horario es un desastre", admite Gainza Eurnekian.

La empresa opera hoy con 130 empleados distribuidos entre Estados Unidos (el headquarter global se encuentra en Miami), Argentina (oficina de gestión en Buenos Aires y en Rosario), Irlanda y la nueva planta en India. El dato llamativo: el 30-35% de la nómina es argentina. "Si te ponés a mirar la lista, te vas a sorprender de la cantidad de argentinos que somos en una empresa que fue fundada en Ohio en 2018", dice Gainza Eurnekian.

Cristian Calandria
Cristian Calandria

El proyecto en India representa una apuesta de gran escala. La plan contempla empezar con 250 empleados en su primera etapa y proyecta llegar a casi 1.000 en tres años. "El tamaño de la planta puede ser por 4, por 5 y hasta por 10 lo que tenemos en Estados Unidos", explica Gainza Eurnekian. La decisión de instalarse en India se tomó en 2023, luego de una experiencia fallida en China durante la pandemia. "India fluyó y nos sentimos súper cómodos. Es un país muy abierto, con mentalidad abierta, con leyes bastante claras. Y al igual que Argentina, son países con mucho talento intelectual", sostiene.

"Cuando llegás a India, los talentos están en la esquina. Nosotros llevamos una idea y nos vuelven siete", agrega Gainza Eurnekian. La empresa está instalando laboratorios para mediados de 2026 y ya está armando toda la estructura administrativa en Pune.

Pero la apuesta en India va más allá de lo industrial. Hace dos días lanzaron la Fundación MATE, una iniciativa de impacto social inspirada en la cultura futbolística argentina. El kick-off los sorprendió: esperaban 70 niños y terminaron con 115, entre 8 y 12 años, con más chicas que chicos. "Todos los chicos tienen derecho a jugar", resume Gainza Eurnekian, hincha fanático de Racing, mientras que Calandria es de Huracán.

La fundación provee espacios, coaches y equipamiento a colegios públicos y rurales de Pune, donde los espacios para actividad física son difíciles. "No solo se trata de darles entrenamiento, sino de inculcar valores del deporte: trabajo en equipo, esfuerzo, objetivos a mediano y largo plazo", explica Gainza Eurnekian. El plan es replicar el modelo a 20 escuelas de Pune y luego expandirlo globalmente.

cristian calandria y matias gainza eurnekian - ph @jenniferhaslop
De izq. a der.: Cristian Calandria y Matías Gainza Eurnekian (Foto: @jenniferhaslop)

En lo tecnológico, FCS se diferencia en un mercado dominado por el plástico: la empresa fabrica tarjetas premium de metal y tarjetas biodegradables de madera certificada. "La tarjeta sigue siendo un símbolo de pertenencia y confianza. Nuestra misión es que también sea un símbolo de innovación y respeto al medio ambiente", afirma Gainza Eurnekian. La empresa integró inteligencia artificial a toda su programación hace más de un año, lo que le permite hacer un "copy-paste" del proceso industrial desde Argentina hacia India con mucha más eficiencia. "Hace dos o tres años tenías que tener un equipo de 100 ingenieros in situ haciendo la transferencia de tecnología. Hoy se permite hacer muy fácil", explica.

Pero el portfolio va mucho más allá: producen tarjetas de oro puro, plata, platino e incluso de roca. Esas tarjetas van principalmente a Medio Oriente —Brunei, Abu Dhabi— pero también a India. La empresa también desarrolló tarjetas de madera con una semilla de árbol adentro: "Cuando termina, la podés plantar y la tarjeta de crédito hace un árbol".

Este año recibieron una oferta de US$ 280 millones de un fondo de inversión con participaciones en su industria. No aceptaron. "Cuando sos private equity y pocos socios, las decisiones se toman más rápido y no tienen ciertas limitaciones que te pueden traer cuando abrís capital. En este mundo tan dinámico, que es el de la tecnología, es una virtud", justifica Calandria.

—¿Cómo es competir con empresas grandes?

Cristian Calandria (C.C.): Para que tengas idea de dimensiones, ahora vamos a tener una reunión con un banco que tiene una capitalización bursátil de US$ 110.000 millones. Cuando te sentás con el CEO de ese banco, vos sos chico. Ahora, te buscan porque ven tu flexibilidad: tenés calidad global y gente que responde rápido. Nos pasó hace poco: fuimos a ver a un cliente en Asia. Con la propuesta que le hicimos de producto, están analizando multiplicar por 10 el volumen que tienen actual, porque le estamos llevando una solución mejor tecnológica y mejor costo. 

—¿Y cómo es el proceso de entrar en estos bancos grandes?

Matías Gainza Eurnekian (M.G.E.): Hay una similitud con lo que hizo Globant durante muchos años. Te metés adentro de los bancos grandes y todo empieza de una reunión de brainstorming de cuáles son los desafíos que ellos tienen y de qué manera podemos colaborar. Algo que ven como una pared, para nosotros es "¿por qué no voy por acá? Yo te lo resuelvo, vengo una semana y vuelvo". Para ellos era inviable, para nosotros, una vez que te abren la puerta, es bastante simple. El problema que tienen es lo único que sabemos hacer nosotros. Entonces, cuando te abren la puerta para entender por qué no logran los objetivos, se nos hace bastante simple y volvemos con propuestas lógicas.

matias gainza eurnekian - ph @jenniferhaslop
Matías Gainza Eurnekian (Foto: @jenniferhaslop)

—¿Cómo cambió tu perspectiva, Matías, sobre emprender después de tu experiencia en Corporación América?

M.G.E.: Eduardo Eurnekian tiene una mente brillante, no hay duda. Mi desafío fue tratar de acordarme todo lo que aprendí. Cristian sabe que le pongo los ejemplos constantemente, de tratar de frenarme en ciertas situaciones y pensar cómo hacía mi tío con esto. Tenés que ir a reuniones con presidentes de países, y tratás de usar toda esa experiencia a tu favor. Me fui de ahí y en su momento fue una salida compleja. Con tanta adrenalina y presión, generó como cualquier padre e hijo: te terminás peleando. Pero en ningún momento eso mueve de eje lo que el tipo es como empresario. Hoy tengo un vínculo totalmente natural y bueno con mi tío. Estuve comiendo con él hace unas semanas. Es una decisión personal mía no mezclar lo personal de lo laboral, y trato de disfrutar mi relación con él, que a mí siempre me encantó. Él me inventó, por así decirlo, y solo me queda agradecimiento.

—¿Cómo ven el momento de Argentina para invertir?

M.G.E.: Argentina para mí volvió a ser un país serio. Tengo muchas expectativas de lo que pasa en Argentina, lo veo con muy buenos ojos por los cambios que se están dando. Considero que tenemos intenciones de trabajar con este crecimiento argentino con bancos locales y con desarrollo de seguridad local. Hasta hoy estamos más enfocados en la parte del desarrollo de los recursos humanos. Lo veo más como poder seguir aprovechando Argentina desde el lado del talento. Estamos muy cercanos a las universidades locales, a la UTN, tratando de darle la oportunidad a argentinos de poder desarrollar en esta industria. Como argentino que se fue a vivir al exterior, uno empieza a entender que en algún momento va a ser hora de volver y que las condiciones van a estar dadas para emprender en su país, cosas que a mi generación no nos pasaba.

cristian calandria exterior - ph @jenniferhaslop
Cristian Calandria (Foto: @jenniferhaslop)

—¿Cuál dirían que es la clave para que una empresa con tanto talento argentino, como FCS, compita globalmente?

(C.C.): Argentina tiene un potencial enorme para desarrollar innovación tecnológica de clase mundial. La clave está en vincular al sistema científico y académico con las empresas, para transformar conocimiento en productos y tecnología exportable. Lo que logramos con FCS es una muestra de eso. El talento local puede multiplicarse si hay colaboración entre los privados y el sistema de generación de conocimiento argentino.

—¿Saben en cuánto está valuada la compañía?

C.C.: Son charlas que nos encanta dar, pero hay dos cosas que te hacen no profesional si te doy esa respuesta. Primera, definir cuál es nuestra empresa: nosotros tenemos una pata importante en lo que es real estate, que está totalmente adentro de nuestro día a día. Y esta empresa se abre en distintas unidades, que realmente consolidar todo para ver si tenés un valor X es una parte difícil que no te lo puedo responder por la seriedad que merece. Y la segunda, cuando hacés este tipo de evaluaciones en tecnología, lejos de tener una evaluación ortodoxa, es más un tema de cuánto potencial podés mostrar que lo fáctico. Preferimos seguir con nuestro sueño de ir para adelante. Hay una frase que nos sirvió de guía: "Soltá el resultado, disfrutá el proceso, que el resultado se va a materializar". La primera vez que la escuché me pareció una pavada, no le presté atención. Pero a medida que vas enfocándote, decís: 

—¿Sueñan con ser unicornio?

M.G.E.: Sin lugar a dudas vamos a ser unicornio. No sé si lo sueño, trabajo para que eso suceda. No como unicornio como título, sino para que la empresa tenga valores que superen el título de unicornio. No es un sueño, es mi ruta de trabajo y trabajo todos los días para responder bajo los objetivos que me han puesto y me he puesto, que superan ese título.

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