De las botellas de vino a las naves de la NASA: el gigante del corcho que innova y factura US$ 1.100 millones
Desde su base en Napa, Amorim Cork America impulsa una industria sustentable que recicla hasta el polvo del corcho y lo transforma en soluciones que van desde sellos gourmet hasta piezas para naves espaciales.

¿Sabías que un bosque de alcornoques se encuentra entre los lugares con mayor diversidad ambiental del mundo? Además, el corcho que se extrae del alcornoque no se usa únicamente para fabricar tapones de vino. También forma parte de más de 100 productos distintos, entre ellos los cascos de las naves espaciales de la NASA y SpaceX.

Lo más sorprendente es que los alcornoques pueden vivir más de 200 años, y su corteza puede cosecharse cada nueve años, aunque recién después de que el árbol cumple 25. Los bosques de alcornoques no solo albergan cientos de especies de fauna silvestre, sino que también generan trabajo para miles de pequeñas empresas familiares en Portugal, España, Francia e Italia.

Estos son apenas algunos de los datos llamativos que descubrí sobre el corcho después de visitar Amorim Cork America, con sede en Napa, California, y reunirme con su director ejecutivo, Pedro Fernandes, y el director de marketing y ventas, PJ Awe.

El corcho es un material prácticamente reutilizable, y aprovechamos el 100 % del que recolectamos para distintos productos. Hay más de 2,8 millones de hectáreas de bosques de alcornoques que se autoregeneran casi por completo, ya que los árboles sueltan bellotas de forma regular, que luego vuelven a crecer por sí solas, explicó Pedro Fernandes.

El corcho se extrae de los alcornocales en Portugal, donde también se encuentra la sede corporativa de Amorim. Allí, el material se transforma en una gran variedad de productos y se exporta a todo el mundo, aunque el principal es el corcho para vino.

"Recibimos los envíos de corchos de vino en nuestro almacén de Napa, donde realizamos distintas pruebas de calidad para verificar que cumplan con los estándares más altos de sellado de botellas. Usamos una combinación de láser, tinta y marca a fuego para decorar los corchos con el diseño que elija cada cliente", explicó PJ Awe.

"En total, procesamos millones de corchos para botellas de vino por día en Napa, y luego los entregamos a nuestros clientes", agregó.

Corchos

Amorim, también conocida como Corticeira Amorim (COR), es una empresa pública que cotiza en la bolsa Euronext de Lisboa. Fue fundada en 1870 por António Alves de Amorim, y durante años estuvo dirigida por su hijo, Américo Amorim, quien aparecía con frecuencia en la lista de multimillonarios de Forbes. Tras su fallecimiento en 2017, su esposa, Maria Fernanda Amorim, y sus cuatro hijas heredaron la fortuna familiar. Hoy, Maria Fernanda ocupa el puesto 577 en la lista de multimillonarios de Forbes, con un patrimonio estimado en US$ 6.500 millones.

Actualmente, la empresa cuenta con casi 5.000 empleados y, según el Informe Anual de Amorim de 2024, sus ingresos alcanzaron los US$ 1.102 millones (939,1 millones de euros). Es el mayor fabricante de corcho del mundo.

En una noticia que fue recibida con alivio por la industria vitivinícola global, el 5 de septiembre de 2025 se confirmó que los corchos quedarían exentos de los aranceles en Estados Unidos. La medida responde a una realidad geográfica y productiva: los bosques de corcho solo existen en el sur de Europa y el norte de África, y el país norteamericano no tiene capacidad para desarrollar su propia industria corchera. Por eso, aplicar un arancel a los corchos importados solo encarecería el vino para los consumidores estadounidenses, lo que llevó a que quedaran fuera del impuesto del 15 % aplicado a otros productos europeos.

Amorim Cork America: la obsesión de Estados Unidos por la calidad

Durante la visita a las instalaciones de pruebas y fabricación de Amorim Cork America en Napa, me sorprendió el tamaño del lugar. El complejo cuenta con un laboratorio completo dedicado a verificar la calidad de los corchos, además de enormes máquinas que refinan y graban con láser los diseños personalizados para cada cliente.

"Evaluamos la calidad de los corchos varias veces en nuestros laboratorios, con pruebas de TCA, ensayos de extracción, controles de peróxido y otros análisis", explicó PJ Awe.

Contó también que, al tratarse de un producto de grado alimenticio, la planta de Napa tiene certificación HCAAP. Su sede en Portugal cuenta con certificación ISO, y en Napa también siguen los protocolos ISO para los controles de calidad.

La empresa fabrica una amplia variedad de estilos, tamaños y colores de corchos, que van desde corchos naturales hasta microaglomerados.

"Gracias a la innovación constante y al control de calidad, toda nuestra cartera de productos de corcho está ahora prácticamente libre de TCA", afirmó PJ Awe, con orgullo. El TCA —también conocido como contaminación del corcho— fue durante años el principal problema de la industria, pero con métodos de fabricación modernos y controles de calidad más exigentes, el sector logró abordarlo de manera conjunta y decidida.

Al recorrer las instalaciones, pasé junto a enormes jaulas redondas llenas de corchos. Entre ellos, pude identificar varias marcas reconocidas de vino estadounidense, en especial del Valle de Napa, que estaban siendo procesadas y selladas en el lugar.

Alcornoques en un bosque de alcornoques en Portugal. Amorim.
 

Las sorprendentes cualidades sustentables del corcho de Amorim

Una de las características más llamativas del corcho es que cada uno de sus componentes se aprovecha para distintos fines, lo que lo convierte en un material altamente sustentable y reciclable.

"El corcho es un material reutilizable por naturaleza, y estamos comprometidos con un esfuerzo colectivo de reciclaje", dijo Pedro Fernandes. "Por ejemplo, ahora trabajamos junto al Grupo Rockwell y colaboramos con muchos restaurantes y distribuidores, como Southern Glazer's Wine & Spirits (SGWS), para que recolecten corchos y podamos reciclarlos a través de Cork Collective", indicó.

Uno de los desafíos, según explicó, es que no existen demasiados lugares donde las personas puedan llevar sus corchos para reciclar, y además no hay incentivos económicos para hacerlo. "Por ahora, la gente devuelve sus corchos de forma voluntaria, pero necesitamos encontrar espacios donde puedan llevarlos con facilidad", señaló.

El corcho tiene tantos usos porque reúne propiedades únicas: es ignífugo, liviano, elástico, comprimible, impermeable, hipoalergénico, aislante acústico, resistente a los impactos y, además, sostenible. Gracias a eso, se utiliza en una variedad enorme de productos, entre ellos los cascos de las naves espaciales de la NASA y SpaceX.

"Una aplicación nueva y muy prometedora del corcho reciclado es como relleno de campos deportivos y en almohadillas amortiguadoras para césped", afirmó Pedro Fernandes. "Antes, muchos campos escolares se rellenaban con neumáticos desechados, pero estamos empezando a usar corcho, que es mucho más natural y mejor para los chicos", destacó.

PJ Awe agregó que cada parte del corcho puede reciclarse y entregarse en sus instalaciones de Napa, donde se procesa para extender su vida útil y aprovecharse en productos no alimentarios. Una vez molidos, incluso el polvo que se genera se reutiliza como combustible. "Recolectamos el polvo de corcho y lo quemamos como fuente de energía de biomasa para la empresa", explicó.

En 2007, Amorim Cork se convirtió en la primera empresa del sector en publicar un informe anual de sostenibilidad. Desde entonces, mantuvo una política activa en temas ambientales. Uno de sus objetivos actuales es alcanzar la autosuficiencia energética para 2030, utilizando solo electricidad 100 % renovable controlada. Además, ya lograron que todos sus productos presenten un balance negativo de emisiones de carbono, según la verificación independiente de expertos en Life Cycle Assessments.

Algunas de las muchas aplicaciones del corcho. Amorim.

El futuro de Amorim Cork America

Cuando le pregunté si les preocupaba la caída en las ventas globales de vino, Pedro Fernandes respondió: "Somos optimistas sobre el futuro. Hay algo en los tiempos de riesgo en los negocios que impulsa la innovación".

Reconoció que la desaceleración es motivo de preocupación, sobre todo porque esta vez afecta a todos los mercados, no solo a ciertas regiones. "La templanza es parte del problema ahora, pero debemos ser optimistas. Beber vino es una de las maneras de ayudar a las personas a conectar, compartir y unirse", sostuvo.

Somos optimistas sobre el futuro. Hay algo en los tiempos de riesgo en los negocios que impulsa la innovación.

Pedro Fernandes, director general de Amorim Cork América

Pedro también comentó que están explorando nuevos productos y servicios. "Uno de los productos que ofrecemos actualmente es un nuevo recubrimiento a base de cera de abejas para corchos naturales llamado BeeW. Mejora las capacidades técnicas de los tapones de corcho natural y ofrece tasas de entrada de oxígeno más consistentes", explicó.

Además, están desarrollando el corcho Helix 2.0, que puede extraerse y volver a colocarse fácilmente en la botella, como si fuera un tapón a rosca, pero sin necesidad de sacacorchos y, lo más importante, mucho más sustentable porque está hecho de corcho. Una innovación que combina practicidad y respeto por el ambiente.

Cuando le pregunté si los tapones de rosca estaban desplazando al corcho, Pedro respondió que, aunque muchas personas compran vino con cierre a rosca, el corcho sigue teniendo un lugar muy importante en el mercado.

"Hay algo mágico en el descorche de una botella: una tradición clásica de celebración compartida en todo el mundo", dijo PJ Awe. "Aún más inspirador es saber que este simple acto nos conecta con la naturaleza", concluyó.

 

Nota publicada por Forbes US