En pocas horas, se darán a conocer los resultados de las elecciones legislativas de la Provincia de Buenos Aires (PBA), y el mercado ya comenzó a especular con los tres posibles escenarios: una victoria del oficialismo, una derrota o un "empate técnico".
Qué esperar si el oficialismo arrasa
De acuerdo a los analistas de Proficio Investment, un escenario positivo sería aquel en el que la alianza LLA+PRO quede, al menos, no muy atrás de los candidatos kirchneristas, por alrededor de 2 o 3 puntos. Aún así, este resultado sería poco probable, ya que el bloque quedaría abajo por un rango de entre 5 y 8 puntos.
No obstante, en el mejor de los casos, debería observarse una normalización del mercado de bonos en pesos, con las tasas descendiendo tras meses de estrés, considerando que faltaría más de un mes para las elecciones nacionales y ahí el Gobierno enfrentaría un panorama más alentador, ya que en el interior tiene mayor apoyo.
"Este alivio en las tasas también podría favorecer la recuperación de la actividad, estancada en los últimos meses, dándole un mayor impulso al apoyo gubernamental. La presión dolarizadora podría aliviarse, aunque no parecería que el tipo de cambio tenga mucho espacio a la baja considerando que las herramientas, que el equipo económico tiene, son limitadas. Por otra parte, los soberanos hard dollar deberían al menos recuperar el terreno perdido en las últimas semanas porque, si bien la elección que importa es la de octubre, un triunfo en septiembre debería devolver el optimismo que se esfumó en el último mes", relataron desde Proficio.
Por su parte, Isabel Botta, product manager en Balanz Capital, sostuvo que un escenario de triunfo holgado del oficialismo reforzaría la lectura de continuidad del programa económico.
"Esto podría traducirse en una compresión del riesgo país y, en consecuencia, en una fuerte recuperación de los bonos soberanos, especialmente en los de mayor duration como el GD41. Si la curva convergiera a una TIR del 10%, por ejemplo, el impacto implicaría subas cercanas al 9% en los tramos cortos y de casi 20% en los largos. Al mismo tiempo, las acciones también tendrían espacio para rebotar, considerando que en términos de CCL acumulan una caída cercana al 30% en lo que va del año", declaró.
Lo mismo cree Lautaro Díaz, asesor financiero en Bull Market Brokers, quien dijo que, aunque el mercado hoy está poniendo en precios una derrota del oficialismo por 4 o 5 puntos, no sería catastrófico, ya que, normalmente, la elección en provincia le marca un techo al peronismo y puede ser un piso para el oficialismo que le dejaría un margen para tener un repunte en octubre.
"De llegar a ganar, lo que veríamos sería directamente un rally en bonos y acciones y muy probablemente una compresión en la curva de pesos dado que estaría implícita una victoria aplastante en octubre", aseguró el ejecutivo.
Las consecuencias de una derrota
El escenario de una derrota fuerte de La Libertad Avanza no puede descartarse en lo absoluto y también es analizado por el mercado. En este caso, habría algunas consecuencias considerables.
"Una derrota clara del oficialismo probablemente genere una reacción inicial de cautela. En este escenario, se vería una mayor dolarización de carteras y preferencia por activos externos, como cobertura frente a la volatilidad local. La suba del riesgo país se trasladaría a una caída en los bonos soberanos, activos particularmente sensibles a las variables políticas. El mercado podría interpretar este desenlace como una pérdida de apoyo al programa económico actual, lo que elevaría la incertidumbre sobre la continuidad y sostenibilidad de las reformas en el mediano plazo y aumentaría la percepción de riesgo sobre las inversiones locales", señaló Botta, de Balanz.
Para los expertos de Proficio, un escenario negativo sería una derrota del bloque LLA+PRO por una diferencia mayor a 5 puntos. "En este escenario, el tipo de cambio podría ir a testear la banda superior, y las tasas de los títulos en pesos podrían volver a subir a los niveles observados semanas atrás. Si bien este descontrol no sería sostenible hasta octubre, podría tener un impacto negativo en las expectativas a futuro y generar un descontento que complique el resultado de las elecciones nacionales para el Gobierno", relataron.
En detalle, el panorama más desalentador incluye un tipo de cambio de aproximadamente $1.460, tasas efectivas anuales superiores al 80% y un riesgo país por encima de los 1.000 puntos, así como un Merval medido en dólar CCL muy cerca de los 1.200 puntos, aproximadamente.
Un escenario "neutro"
Lógicamente, los análisis también estudian un escenario "neutro" o de "empate técnico", que podría ser interpretado de manera favorable por el mercado.
"Lo esperable sería observar un punto medio entre ambos escenarios. Por un lado, algo menos de presión dolarizadora por parte del mercado, ya que una derrota por menos de 5 puntos en PBA tranquilamente podría traducirse en una victoria en octubre (en el ballotage Massa ganó PBA por 1,5% y Milei se impuso a nivel nacional por +11% de ventaja), mientras que, por el lado del equipo económico, podría haber algo (no mucho) más de flexibilidad en la política monetaria, que hasta el momento tuvo como objetivo principal mantener al margen el tipo de cambio y la inflación", indicaron desde Proficio.
Asimismo, Botta comentó que, en el último mes, los bonos soberanos retrocedieron entre 3% y 8% y las acciones, alrededor de 15%, presionados por el ruido político, por lo que "un resultado de paridad abriría espacio para un rebote técnico y un recupero parcial de esas pérdidas, con variaciones de ±5% que, en el actual contexto, deben leerse como movimientos normales y más cercanos a una estabilización tras la corrección reciente que a un cambio estructural en la tendencia".
En cualquier caso, lo que sí es seguro es que el Gobierno debe tomar una serie de medidas económicas tras las elecciones legislativas, independientemente de cuáles sean los resultados finales.
"El Gobierno está obligado a un cambio de régimen monetario que le permita acumular reservas y asegurar los pagos de deuda, ya que para enero no se presentan problemas, pero el panorama es diferente cuando avanzamos en el año 2026. Anuncios de desregulaciones monetarias, mayores flexibilidades cambiarias y un cambio de régimen, que no significa eliminar las bandas de flotación, pero sí una intervención más agresiva por parte del Gobierno en la compra de dólares que al mismo tiempo le daría liquidez al sistema, permitiendo reducir las tasas reales de intereses", explicó Gustavo Gardey, cofundador de Bull Road Investments.