De acá en adelante, el Ministro de Economía, Martín Guzmán, deberá dirigirse a la norteamericana Julie Kozac para continuar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, planteándose así un marco completamente diferente. A priori, no debería verse como una complicación en las "condiciones", pero sí como una marcación de estilo en la manera que deberán plantear la comunicación los funcionarios argentinos, publicó Ámbito.
Al parecer, Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, observó que sostener al mexicano por adopción Alejandro Werner como el máximo responsable de la relación con Argentina podía ser contraproducente con el objetivo de llegar a una Carta de Intención en algún momento futuro. Por eso su decisión de "empoderar" a Kozac.
De todos modos, su encumbramiento no es algo negativo para Argentina si se tiene en cuenta que la economista norteamericana detenta el cargo de directora adjunta del departamento Occidental y es, literalmente, el número dos de Werner. Fue designada como parte del equipo que debería fiscalizar al país, desde el primer momento que Alberto Fernández llamó a renegociar el stand by vigente pero suspendido cuando este llegó al poder.
Un perfil comprensivo
En sus visitas a la Argentina Kozac apostó a la comprensión de la situación de la economía del país, pareciendo comprender las circunstancias políticas y económicas en las que se encontraba el gobierno de Alberto Fernández y deslizando algunas consideraciones negativas a la manera en que se otorgó el crédito que ahora se renegocia.
No obstante, "siempre dejó en claro que Argentina debe comprometerse a metas numéricamente comprobables y mensurables. Y, lo más importante en las actuales circunstancias, siempre habló de acuerdos a 10 años para el posible Facilidades Extendidas que discute el país; y en los términos clásicos del organismo financiero internacional", añadió este medio.
Reconoce Kozac que cualquier alteración a este marco la excede, y deberá pasar a ser considerado dentro de las líneas políticas del FMI. Sería terreno de Georgieva, o, más aún, los líderes de los países que dominan el "board" del organismo; comenzando por el presidente norteamericano Joe Biden.
