La mayor estabilidad económica, con apreciación cambiaria, caída de la inflación y tasas más bajas, trajo aparejado un rotundo cambio de reglas para todos los sectores. Particularmente para los bancos, cuyo negocio se modificó de cuajo en las sucesivas etapas del programa impulsado desde el Gobierno, en el que el sistema financiero tuvo y sigue teniendo un rol central. Ese rol, sin embargo, va mutando hasta volver al origen: la intermediación financiera más que prestamista del sector público.
Si bien el sistema está más que sólido, la transición no es sencilla para todos los jugadores. Dan cuenta de ellos dos informes recientes, Moody's Local y del Bank of America (BofA). Ambos arriban a un diagnóstico coincidente: aunque los bancos argentinos enfrentan un inicio de año difícil, hay fundamentos que anticipan una mejora en el segundo semestre. En ese sentido, destacan la evolución del crédito, los efectos del acuerdo con el FMI y la normalización progresiva de la economía.
Los resultados del primer trimestre de 2025 mostrarán caídas de ganancias de hasta 91% interanual para bancos como Galicia, Macro y Supervielle. Es lo que advirtió el BofA e identificó los factores detrás de esta baja. En primer lugar, la volatilidad previa al acuerdo con el FMI, que fue in crescendo desde fines de febrero hasta su firma a mediados en abril, que introdujo fuertes presiones cambiarias ante la incertidumbre del inminente nuevo régimen cambiario. Esa situación provocó la escalada del riesgo país, que aún no vuelve a los mínimos de principios de año, por lo que los bancos registraron una menor ganancia por la tenencia de títulos públicos, amén de la exposición cambiaria en cuanto a la deuda en pesos. La entidad tampoco pasó por alto el impacto de la inflación sobre la posición monetaria.
Con todo, la entidad mantiene su recomendación de "comprar" acciones de los tres bancos, apostando a una recuperación durante el año a partir de la apertura del cepo cambiario, nuevas líneas de financiamiento internacional y un entorno macro más estable.
El factor crédito
Por su parte, Moody's destaca una fuerte recuperación del crédito al sector privado, que creció 90% interanual en términos reales a febrero y alcanzó una participación del 40% en el total de activos bancarios, frente al 23% de 2023. Esto se logró a costa de una reducción en la exposición al sector público.
La calificadora espera que el crédito siga creciendo en 2025, aunque a un ritmo más moderado del 40%-50% real, con una mayor participación de préstamos en dólares a empresas exportadoras. El crédito como porcentaje del PBI podría alcanzar el 13%, aún bajo en términos regionales, pero en recuperación desde mínimos históricos.
Ambos informes coinciden en que hay señales de presión sobre el sistema:
- Morosidad: Moody's prevé que suba del 2% al 3%, impulsada por el deterioro en carteras de consumo no bancarizadas.
- Depósitos: El crecimiento de los depósitos (+16% i.a.) es menor al de los préstamos, lo que podría limitar la capacidad de expansión del sistema.
- Rentabilidad: La competencia por captar fondos presionará los márgenes bancarios, aunque el retorno sobre el capital (ROAE) estimado es del 15% en promedio para este año, con potencial de volver al 20% en 2026, según BofA.
Respecto de la liquidez, Moody's señala que tanto la liquidez (30-40% en pesos, 65% en dólares) como la capitalización (esperada entre 15% y 20%) seguirán siendo adecuadas, aunque en descenso desde los máximos de 2023, debido al crecimiento del crédito que exige más capital regulatorio.
Si bien el arranque de 2025 encuentra a los bancos en un terreno desafiante, tanto BofA como Moody's coinciden en que el sistema financiero argentino está mostrando mayor solidez estructural que en años previos. El foco estará puesto en cómo evoluciona el crédito, se estabiliza la economía y se relaja el cepo cambiario.