JPMorgan Chase, el banco más grande de Estados Unidos, se cansó hace años de entregar gratis los datos de sus clientes a empresas fintech. Ahora, su CEO, Jamie Dimon, que maneja miles de millones, parece aprovechar un momento de desregulación para imponerles nuevas comisiones. Las próximas negociaciones van a marcar cuánto daño le hace el gigante a esos negocios.
El movimiento del banco representa una escalada fuerte en la pelea que vienen sosteniendo las firmas financieras tradicionales con las fintech. Desde los comienzos del sector fintech, las empresas nuevas necesitaron acceder a los datos bancarios de los usuarios para tareas básicas como transferir plata o hacer recomendaciones de presupuesto. Para cubrir esa demanda, aparecieron hace más de diez años agregadores de datos como Plaid y MX. Estas compañías desarrollan software que conecta a los bancos con las fintech y cobran por ese servicio.
Durante mucho tiempo, bancos grandes como JPMorgan Chase les dieron a los agregadores acceso gratuito a los datos de los clientes, en cumplimiento de una norma de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB), que les prohibía cobrar por eso. Pero en mayo, en plena ofensiva del gobierno de Donald Trump para recortar regulaciones, la CFPB anunció que quería derogar esa norma. Ahora, JPMorgan Chase les dice a los agregadores: "Construyeron un buen negocio con nuestros datos; ahora dennos nuestra parte". Lo que preocupa a las fintech es el tamaño de las comisiones.
Chase les envió las hojas de precios a los agregadores a comienzos de este mes. Aunque los detalles todavía no son públicos, las tarifas más altas se aplicarían a las transferencias de datos vinculadas a pagos. Según una persona que vio esa hoja de precios, Plaid —el principal agregador— tendría que pagar cerca de US$ 300 millones al año en comisiones nuevas. Eso equivale a más del 75 % de los ingresos de Plaid para 2024. Bloomberg fue el primero en contar la novedad.
La jefa de asuntos corporativos de Plaid, Freya Petersen, y el vocero de JPMorgan Chase, Drew Pusateri, prefirieron no comentar el monto de las tarifas.
Dos ejecutivos de fintech con los que hablamos para esta nota creen que tiene sentido que JPMorgan Chase cobre por el acceso a los datos. "La configuración y el mantenimiento seguros de la fuente de datos le costaron al banco mucho dinero", dijo Jamie Dimon la semana pasada. Sin embargo, los costos reales que enfrenta el banco para crear y mantener esas conexiones siguen sin conocerse, al igual que el criterio que usa para ponerle precio a unas comisiones que parecen desmedidas. Si las comisiones no bajan, podrían volver inviables varias funciones populares que ofrecen las fintech y terminar afectando a los usuarios, según creen ejecutivos del sector.
Miranda Margowsky, vocera de la Asociación de Tecnología Financiera, una entidad estadounidense que agrupa a empresas fintech, acusó a Chase de haber diseñado estas tarifas "para aplastar la competencia, gravar la innovación fintech y consolidar su poder en el mercado".
Drew Pusateri, vocero de JPMorgan Chase, dijo que las comisiones buscan controlar la cantidad excesiva de pedidos de datos de sus clientes por parte de las fintech. "Recibimos casi dos mil millones de solicitudes mensuales de datos de clientes por parte de intermediarios, y más del 90 % de ellas no están relacionadas con un consumidor que utiliza servicios fintech", dijo. Además, aseguró que las nuevas comisiones "garantizarán que los datos se proporcionen solo cuando los clientes los soliciten". También señaló que Chase "se reserva explícitamente el derecho a cobrar por el acceso a los datos en sus acuerdos actuales con los agregadores de datos".
Por su parte, Freya Petersen sostuvo que Plaid invirtió mucho para construir sus conexiones y que entrega información "solo a petición de los consumidores". También remarcó que los datos pertenecen a los consumidores, no a los bancos.
Sima Gandhi, ex emprendedora fintech, una de las primeras empleadas de Plaid y hoy asesora sénior en la consultora regulatoria FS Vector, cree que Chase debería pensar una nueva estrategia de datos que beneficie a los usuarios y les transfiera el costo de las comisiones. Por ejemplo, propuso que el banco podría ofrecer una función premium y cobrar, por caso, US$ 1 al mes por compartir datos sin límite, como hace Apple con el almacenamiento. Pero Chase no tiene esa idea en los planes, según Pusateri.
¿Qué van a hacer los otros grandes bancos si las comisiones de Chase entran en vigencia? Todo indica que van a seguir el ejemplo de Dimon y van a empezar a cobrar también, en vez de mirar cómo su principal rival gana más control y suma otra fuente de ingresos. Bill Demchak, director ejecutivo de PNC Bank, ya dijo que también analiza imponer comisiones por el acceso a datos.
Ahora, los agregadores esperan poder sentarse a negociar una baja en las comisiones. Sospechan que Chase podría estar aplicando una estrategia de negociación al estilo del presidente Donald Trump: arrancar con un precio altísimo y después mostrar disposición a bajarlo bastante. Según una persona al tanto del tema, las negociaciones están en manos de Allison Beer, directora ejecutiva de Servicios de Tarjetas y Comercio Conectado del banco.
*Con información de Forbes US.