A diferencia de lo sucedido en 2024, cuando la economía cayó un 1,7%, se cree que el producto bruto interno (PBI) avanzará fuertemente este año. Sin embargo, existen algunos factores de riesgo que podrían interrumpir la mejora, al menos parcialmente.
En concreto, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el 2025 terminaría con un crecimiento económico del 5%.
Para el promedio de los diez mejores analistas encuestados, la variación trimestral sin estacionalizar del segundo trimestre sería del 0,5%, mientras que la del tercero rondaría el 0,8% y la del cuarto, también el 0,8%.
De esta forma, las proyecciones indican que este año finalizaría con una mejora económica del 5% para luego terminar el 2026 con un salto del 3,5% y el 2027 con un aumento del 3,3%, en ambos casos con cifras "contenidas" porque se habría salido del estancamiento.
Pero los especialistas del mercado coinciden en que hay algunas variables y cuestiones económicas a observar de cerca dado su potencial de impactar en la mejora económica.
En primer lugar, se encuentra el plano político, que podría poner en riesgo la situación fiscal del país. "Hoy, la principal amenaza es la votación en el Senado, o cualquier votación en el Senado que tengamos que empioje lo fiscal. Vemos como una locura que el sistema político vote un paquete fiscal que cuesta entre 0,75% y 1,75%, dependiendo de la magnitud que salga. Estas cosas son hoy el principal motivo de desestabilización de Argentina", relataron desde Bull Market Brokers.
En esta línea, Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso (LyP), detalló que, en el actual contexto preelectoral, ya que se avecinan las elecciones legislativas, si bien el Gobierno tiene una solvencia fiscal que antes no existía y un Banco Central con una capacidad de regulación monetaria sólida, se podría "generar incertidumbre". Y esta incertidumbre, con el "grado de inestabilidad que siempre caracterizó al país, genera volatilidad", señaló el ejecutivo.

Por otro lado, la situación cambiaria del país, que comenzó a recalentarse en las últimas jornadas, también podría atentar contra el crecimiento económico. "El principal riesgo que puede tener hoy la proyección de crecimiento para este año es el asociado al tipo de cambio. La incertidumbre cambiaria pospone decisiones de inversión y producción hasta que el sendero hacia delante luzca más previsible. Si hubiera expectativas de depreciación, las tasas de la economía deberían mantenerse en niveles más elevados, desincentivando el crédito", mencionó Gonzalo Lacunza, analista en Empiria Consultores.
Por su parte, desde Bull sumaron que puede haber chances de un testeo de la banda superior en los próximos 70 días. De acuerdo a los especialistas, la estructura del mercado cambiario es "pésima", y eso daña la estrategia del Gobierno. Cabe señalar que no es solamente la demanda y oferta, es el mercado en que se mueve y forma precios. "Creemos que hay riesgos elevado de colusión de exportadores, oferta poco competitiva y una demanda atomizada competitiva", comentaron.
Asimismo, no hay que olvidarse del contexto macroeconómico global, que también influye en la evolución de la economía local. "En lo que respecta al sector externo, menos controlable por Argentina, la rentabilidad del agro y la energía están sujetos a precios de commodities (un precio internacional de petróleo por debajo del nivel actual, podría empezar a impactar en la producción convencional, cuya productividad es menor a la de Vaca Muerta)", sostuvo Lacunza.