El Gobierno hizo todos los deberes y más. Sostuvo el superávit fiscal desde que asumió, bajó la inflación, acordó con el Fondo Monetario, liberó el dólar y, sin embargo, el acceso al mercado internacional de deuda sigue completamente cerrado. Es verdad que el riesgo país, que bajó ligeramente las últimas semanas, viene de desplomarse de los 2.000 puntos básicos a 700 pb. Pero esa caída sigue siendo insuficiente para la principal misión que tiene ahora por delante el Gobierno; recuperar el acceso al financiamiento genuino para, al igual que ya lo están haciendo las empresas privadas de primera línea, para pagar sin dificultades los abultados vencimientos de deuda por delante. Eso sólo será posible con un nivel de riesgo pais por debajo de los 450 pb.
Pero lo cierto es que todavía sigue oscilando en el rango de los 650-700 puntos, el cual se alcanzó por primera vez en el año a principios de febrero. Aunque la cifra está lejos de la tasa exorbitate de hace poco más de un año, el dato llama la atención, En principio, porque se salió del cepo cambiario, aunque sea de manera parcial pero con una señal contundente del rumbo, lo que debería haber impactado positivamente en la métrica creada por JP Morgan. Lo mismo que la recomposición de reservas en función del desembolso del FMI, que garantizan el margen de estabildad cambiaria. Y, finalmente, el enorme apoyo, inédito, del Tesoro de los Estados Unidos que prácticamente anunció una red de contención financiera en caso de turbulencias, lo que tiende a despejar dificultades con el pago de los bonos. ¿Qué es, entonces, lo que sostiene en altos niveles el riesgo país?
Una primera explicación es puramente técnica y tiene que ver con las características que adquirió el mercado en las primeras semanas post apertura del cepo. Por definición, la clave está en el desempeño de los bonos soberanos de mediano plazo , es decir, los Globales, ya que su precio y rendimiento es lo que le da forma al riesgo país. Pero no son precisamente esos títulos los que están recibiendo los mayores flujos de capital por parte de los inversores para hacer carry trade. De acuerdo a Leonardo Anzalone, director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC), la eliminación casi total del cepo y la llegada de fondos provenientes de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) son señales positivas, pero gran parte del flujo que entra al mercado local lo hace por instrumentos financieros de corto plazo para hacer carry trade y no con una estrategia de posicionamiento estructural en deuda de mediano y largo plazo como sería la apuesta a los Globales.
"Esto limita la demanda por bonos soberanos y, por ende, frena la mejora en sus precios. Además, el contexto internacional sigue siendo desafiante: las tasas altas en Estados Unidos elevan el costo de financiamiento global y afectan a todos los mercados emergentes, incluyendo a la Argentina", añadió el economista especialista en finanzas.
Por su parte, los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) coincidieron en que el entorno global no es el más favorable para la deuda argentina. "La performance no está determinada exclusivamente por factores locales: el frente externo también juega un rol crucial. En este sentido, el contexto internacional enfrenta días clave, con la publicación de datos económicos relevantes en Estados Unidos que podrían impactar en los activos argentinos", indicaron.
Y agregaron: "La atención estará puesta en el dato de crecimiento del producto bruto interno del primer trimestre y en el reporte de empleo, que, de resultar desfavorables, podrían generar un cambio de sentimiento hacia un entorno de risk-off". Sin embargo, ése no parece ser el panorama. Los datos publicados hasta el momento lucen favorables.
A su vez, para entender el comportamiento del riesgo país, se deben tener en cuenta algunas variables monetarias y políticas. Por caso, la situación de las reservas. Según el analista Adrián Moreno, el foco está en que "la acumulación de reservas por parte del Banco Central le permita hacer frente a todos los cumplimientos de deuda, como también que el dólar siga en calma y sin grandes traspasos a los precios de los bienes y servicios de la economía. Además, que el oficialismo obtenga una victoria en las urnas este año también blindaría de certidumbre al mercado".